Los profesionales de la salud pública nucleados en el gremio Siprus hicieron ayer un paro de 24 horas con manifestación en las sedes ministeriales de la cartera sanitaria provincial de Rosario, Santa Fe y Reconquista. Y desde allí expusieron un sombrío panorama del sistema, ausente en la prédica habitual del gobernador Maximiliano Pullaro, su gabinete y su propaganda. Faltan medicamentos, el personal reclama por salarios retrasados, y el que puede migra del sistema público al privado. Encima, hay una buena cantidad que trabaja precarizado, en negro. La atención se resiente en hospitales y centros de salud, y eso se refleja ya en la percepción de los pacientes. "La crisis del sistema es total", plantearon desde el sindicato en lucha.

Luego de que la Casa Gris logró desinflar la lucha gremial docente con la imposición del presentismo (plan "Asistencia perfecta"), los empleados públicos provinciales como actor político en el tablero santafesino bajaron en el ranking de preocupaciones del Ejecutivo. Por estos días la resistencia se hace explícita en planteos de ATE, aunque el sindicato mayoritario de la administración central es el dialoguista Upcn, y en el sector salud. En ese marco surgió el paro de 24 horas que el Sindicato de Profesionales Universitarios de la Sanidad (Siprus) realizó ayer en todos los efectores provinciales.

Las banderas naranjas del gremio poblaron en la mañana la esquina de Laprida y Rioja, donde los manifestantes hicieron un corte simbólico de tránsito y llevaron a cabo la toma pacífica de la sede Rosario del Ministerio de Salud. Diego Ainsuain, su secretario general, explicó que la medida de fuerza se hizo en reclamo de recomposición salarial, la incorporación a planta permanente de 500 profesionales que vienen prestando servicio desde hace largos meses en condición de monotributistas. Y también para denunciar y poner en agenda una realidad que solo los trabajadores exponen: están faltando medicamentos en el stock de hospitales y centros de salud.

Ainsuain definió el panorama como "una situación dramática", de la que el discurso oficial del gobierno parece no tomar nota. Esta vez, la medida de fuerza se replicó también en la ciudad de Santa Fe y en Reconquista.

Según el dirigente, la remuneración de los profesionales de la salud pública sufrió una profunda depreciación a lo largo de este año. Estimó que en este período el poder adquisitivo de los sueldos de médicos, psicólogos, kinesiólogos y otras especialidades de la medicina quedaron 25 por ciento atrás respecto al nivel de hace un año.

"La crisis en el sistema de salud es total. Por eso pedimos una recomposición salarial urgente. Lo que empuja a la gente a irse es que tiene nueve, doce años de formación, entre grado y posgrado, y todo para cobrar 900.000 pesos mensuales. Es insostenible", remarcó Ainsuain. "Y a eso, sumamos la precarización laboral de mucha gente porque no se cumplieron las leyes de 2022. Sigue habiendo unos 500 monotributistas", planteó.

Por otra parte, el gremio insiste en reclamar el pase a planta de unos 500 profesionales que trabajan precarizados, como monotributistas, lo que implica que el Estado persiste en sostener personal laboralmente precarizado. Este deterioro -advierten en Siprus- está causando un proceso de vaciamiento de recursos profesionales disponibles. 

"Cada día recibimos dos o tres pedidos de licencia sin goce de haberes, que ya de por sí están recortadas, el Ministerio se las niega y entonces renuncian. Un fin claro es irse al exterior, porque nos llegan los pedidos de homologaciones para trabajar afuera", reveló Ainsuain en diálogo con Rosario/12. "Al gobierno parece no importarle, o nos lleva a pensar que quiere reducir la cantidad de profesionales, de prestaciones.

"Los cargos que se van liberando por renuncia, jubilación o fallecimiento, no se cubren. Hay un achicamiento objetivo, y pensamos que es intencional. No tiene que ver con un ahorro transitorio de plata sino con una reestructuración de los servicios de salud. Hace 8 años que venimos en achique, pero nunca se había reconocido como ahora. Vamos a una salud pública más chica, como que si un paciente debe viajar 120 kilómetros para ir al traumatólogo, que lo haga. El planteo es limitar el sistema a un cierto nivel de prestaciones y es lo que hay", denunció el referente de Siprus.

El otro rasgo de la crisis descripta es el déficit de fármacos. "La ministra (Silvia Ciancio) apunta al Pami porque no paga los medicamentos, y en sus efectores hay un montón en falta", confrontó. 

En ciertos casos, el problema es de suma gravedad, como en el caso de pacientes psiquiátricos, oncológicos y cardíacos. A la interrupción que dispuso Nación para los tratamientos oncológicos de alto costo, la Provincia le suma su parte en el ajuste. "El vademecum se achicó totalmente. Los pacientes o se quedan sin tratamiento, o todos los meses debemos pasarlos de una droga a otra porque lo que venía tomando ya no está. Esto es muy complicado hacerlo en salud mental, o cardiovascular. Muchos servicios hacen malabares. Ni hablar de anticoncepción: no hay. Desde mayo que no se licita compra de anticonceptivos. Y psicotrópicos desde abril tampoco", expuso, preocupado el titular de Siprus.

"Estas cosas también empujan a los compañeros a irse: encima que cobran poco, deben poner la cara y decirle al paciente que no tiene el medicamento que necesita, sabiendo que esa persona no tiene dinero para comprarlo por su cuenta. Es una carga extra de angustia", concluyó.