A las 22.30 del martes -horario inédito-, el juez Julián Ercolini suspendió la indagatoria del ex presidente Alberto Fernández, prevista para este miércoles a las 11 en la causa por la denuncia por violencia de género de Fabiola Yañez. El magistrado adujo que AF lo recusó el lunes y que por ello debía tramitarse primero la recusación. En el edificio de Comodoro Py afirman que la verdadera razón para postergar la indagatoria fue evitar la exposición del fiscal de la causa Ramiro González, tras la difusión del video de la megafiesta con la que festejó sus 60 años en un exclusivo salón de la Costanera. Quienes acusan a González argumentan que el evento no costó menos de 130.000 dólares, una cifra difícil de explicar para un fiscal. González, en cambio, se defendió ante algunos medios, en off the record, argumentando que sólo pagó 35.000 dólares, porque buena parte de los gastos -entre ellos la actuación de Christian Castro- fueron gestos de amistad. Aun así, la fiesta produjo un enorme impacto en Comodoro Py. En paralelo, Fabiola Yañez, seguramente contrarrestando lo que iba a ser la declaración del ex presidente, concedió una entrevista a un pequeño sitio libertario de España, OKdiario, en la que sostuvo que “Alberto nunca me pidió perdón por las palizas que me daba”.

La megafiesta se mete

La indagatoria de AF pasó para el próximo jueves 19 y la suspensión de este miércoles llamó la atención, en especial por el exótico horario en el que se notificó la postergación. Fernández hizo trascender su furia por la demora. El argumento del magistrado fue la recusación presentada por el ex presidente: ambos -juez y acusado- fueron muy amigos y ahora AF lo acusa de una feroz persecución. Ercolini rechazó los cuestionamientos por considerar que no se observan "razones fundadas" para dudar se su imparcialidad. Sostuvo que no existen hechos concretos y objetivables que justifquen su aparamiento. El siguiente paso será la resolución de la Cámara Federal, muy alineada con el macrismo.

El rumor más extendido, sin embargo, es que la indagatoria fue postergada para descomprimir la presión por las repercusiones del video de la suntuosa fiesta del fiscal González en el lugar de moda de la actualidad, Rut Haus, en la Costanera. En el video se exhibe el inusual despliegue de la fiesta del cumpleaños 60 del funcionario, incluyendo el breve show de Christian Castro. Las versiones se multiplicaron, pero seguramente no hubo menos de 250 personas, incluyendo jueces y fiscales de todos los niveles. Quienes quieren poco al fiscal afirman que el evento costó más de 130.000 dólares y que está en línea con su ostentosa vivienda en Chascomús. Los defensores de González y él mismo, en contacto con otros medios, afirman que el show de Castro fue gratuito, por su amistad con el fiscal, el video también se lo regalaron y que el costo osciló en los 35.000 dólares. Esas mismas fuentes sostienen que hoy por hoy el fiscal gana unos 10 millones de pesos -es también el fiscal electoral- y que los gastos se pagaron desde su cuenta sueldo.

Las dos posiciones

Se sabe que Fernández va a presentar un escrito y además va a declarar, algo que ya hizo en la causa que se le sigue por los seguros del Estado. En esa oportunidad, Fernández fue muy punzante con el juez, relatando muchos detalles sobre su relación, y todo hacía prever que iba a hacer lo mismo con el fiscal.

La defensa del ex mandatario está centrada en negar terminantemente que haya golpeado a Yañez y que las fotos en que se ven moretones no tuvieron nada que ver con golpes, sino que se trató de un tratamiento estético, con inyecciones, que realizó la esteticista Florencia Aguirre. En Internet se publica que el tratamiento de aplicación de plasma rico en plaquetas se producen edemas. AF ya acusó a Aguirre por falso testimonio, porque la mujer dijo que no le hizo ningún tratamiento invasivo. En la causa paralela (por falso testimonio), Aguirre está en muy mala situación, incluyendo que le encontraron unos chats con Fabiola en los que pactan la declaración de la esteticista en la causa penal. Los testimonios y las evidencias indican que sí hubo inyecciones en la zona de los ojos.

Una mediación cerrada

En paralelo, Fernández y Yañez intentaron una conciliación centrada en los dineros de alimentos y el lugar de residencia de Francisco, el hijo de ambos. La mediación se cerró sin acuerdo. A Fernández le sacan el 30 por ciento de su jubilación como ex presidente, unos 3.500 euros, pero Fabiola sostiene que necesita el triple para vivir en Madrid, lugar en el que quiere seguir residiendo. Fernández reclamaba que Francisco venga a vivir, aunque sea durante temporadas, a Buenos Aires. El trámite se cerró sin acuerdo y habrá que ver lo que resuelve la justicia.