"Llegó la hora de sacar la mugre del Senado". Así, altisonante, Victoria Villarruel convocó finalmente a una sesión para tratar, este jueves a las 11, el castigo del senador Edgardo Kueider, descubierto con más de 200 mil dólares no declarados en la frontera con Paraguay. La propuesta de Villarruel, sin embargo, es la de una suspensión hasta el 1 de marzo. Es decir, una suerte de vacaciones no pagas hasta que avance la investigación por "tentativa de contrabando". El objetivo del Gobierno es evitar la expulsión que reclama el peronismo, y para eso cuenta con el apoyo de la oposición dialoguista. Como jugada final, a última hora la vicepresidenta amplió el temario de la sesión y sumó un proyecto del presidente provisional del Senado, Bartolomé Abdala, pidiendo la suspensión de Oscar Parrilli. Será una sesión tensa: ambos sectores - el peronismo, por un lado, Villarruel y el resto de los bloques, por el otro -necesitan los dos tercios de los votos para aprobar cualquiera de los proyectos. Hasta ahora, ninguno tiene asegurado esa mayoría. 

La citación oficial a la sesión llegó con la firma del presidente provisional de la Cámara, Bartolomé Abdala, pero quien la dio a conocer fue Victoria Villarruel en sus redes sociales. La vicepresidenta, a través de una publicación en Twitter, apuntó contra el kirchnerismo, que la había puesto contra las cuerdas al pedir la sesión para expulsar a Kueider la semana pasada. "Lo de Kueider es sin dudas un bochorno que merece recibir un castigo ejemplar, aunque al kirchnerismo lo único que le importa es quedarse con su banca (sí, Kueider entró en la boleta de Cristina) y así entorpecer la tarea de nuestro Gobierno", cuestionó Villarruel desde la soledad de su despacho en el Senado, luego de no haber sido convocada por Javier Milei para celebrar, vía cadena nacional, el primer año de gestión libertaria.

Villarruel se refería así a uno de los motivos fundamentales por los cuales se resisten a echar al senador pese a haber sido detenido in fraganti con 200 mil dólares: la pérdida de poder en el Senado. Ya la detención de Kueider, que está con domiciliaria en Asunción y tiene prohibido salir del país, fue una pérdida para el oficialismo, que se quedó sin uno de sus más fieles aliados (al punto de que era el hombre fuerte de Santiago Caputo para presidir la Bicameral de Inteligencia). Pero necesitaban evitar a toda costa que esa pérdida no se convirtiera en una ganancia para Unión por la Patria, ya que, de ser removido, su lugar sería ocupado por Stefanía Cora, dirigenta entrerriana de La Cámpora. 

Villarruel buscaba frenar la expulsión sin quedar pegada protegiendo a Kueider, por lo que pergeñó una estrategia alternativa junto al resto de la oposición dialoguista: la suspensión por dos meses. La decisión se tomó el martes a la tarde, luego de una reunión en su despacho con algunas de las principales figuras aliadas de la oposición, como Luis Juez, los radicales Mariana Juri y Pablo Blanco, y "Camau" Espínola, el senador correntino que conduce el bloque que integra Kueider (y otro de los experonistas que se distanciaron de UxP para aliarse al gobierno). Juez ya le había anticipado a Villarruel que el PRO daría quórum para la sesión pedida por UxP, por lo que la vice había quedado atrapada: tenía que convocar, se estaba quedando sin aliados. Aceptar la licencia pedida por Kueider no era suficiente y algunos le sugirieron suspenderlo sin goce de sueldo por un tiempo definido. Lo aceptó y el resto de la oposición dialoguista se alineó detrás.

A último hora, Villarruel incorporó una suspensión más: la del senador cristinista Oscar Parrilli, acusado en la causa del Memorándum de Entendimiento con Irán. Era la venganza para no quedar identificados con el escándalo de Kueider, quien le había asegurado a las autoridades paraguayas, cuando lo detuvieron, que era "afín al gobierno de Milei". En un primer momento, la titular de la Cámara Alta no había logrado el apoyo suficiente para esa jugada por lo que se quejó públicamente. "Los argentinos de bien no queremos traidores a la Patria caminando por los pasillos de la Cámara por lo cual espero que los senadores de todos los bloques recapaciten y entiendan el cambio de época de una vez por todas", masculló la vice, en su publicación de Twitter. 

Expulsión versus suspensión

"Es un chas chás en la cola", cuestionó la senadora Juliana Di Tullio, minutos antes de ingresar a la UMET para el acto de asunción de la presidencia del PJ de Cristina Fernández de Kirchner. Para el peronismo, la propuesta de suspender a Kueider por dos meses era una "vergüenza". "Te encuentran con 200 palos verdes en la frontera y te meten preso, ¿y la disciplina del cuerpo es suspenderlo durante las vacaciones?", cuestionaban algunas voces del interbloque que preside José Mayans. 

En el temario original de la sesión aparecen las dos propuestas en pugna: primero, la expulsión por "inhabilidad moral" presentada por UxP y, segundo, la resolución del oficialismo y la oposición dialoguista por la suspensión sin goce de sueldo hasta marzo. Ambas iniciativas necesitan los dos tercios de los votos para aprobarse. La moneda está en el aire, ya que, al cierre de esta edición, ninguno de los dos sectores se mostraba dispuesto a acompañar la iniciativa del otro. Es decir, la oposición dialoguista -que incluye a PRO, radicales y fuerzas provinciales- no quiere acompañar la expulsión y UxP no quiere saber nada con una suspensión por dos meses. A este escenario se suma el tercer proyecto, para suspender a Parrilli, que obviamente UxP no va a acompañar.

"Es probable que ninguno consiga la mayoría necesaria", desliza un senador radical que observa, molesto, que la sesión del jueves podría terminar con el fracaso de las propuestas. Y con Kueider sin castigo.