Paul Reiser está desaprovechado entre los jóvenes. Fue en 2022 cuando el actor y comediante se dio cuenta de que algo no iba bien, tras volver a hacer monólogos por primera vez en dos décadas. "La gente se me acercaba y me decía que sus hijos estaban confundidos", explica Reiser, desde su casa de Los Ángeles. "Que decían, 'cómo, ¿el doctor de Stranger Things ahora intenta ser gracioso?".

Gracias a su papel de científico moralmente cuestionable (y decididamente no cómico) en varias temporadas del exitazo de Netflix, ahora es un mundo en el que Paul Reiser no se asocia automáticamente con observaciones cómicas caseras sobre la vida. O incluso con su papel como el sufrido compañero detective de Axel Foley en las películas de Un policía suelto en Beverly Hills. Y aunque es muy posible que haya algún niño de 13 años que adore el ingenio matrimonial de su comedia de los noventa Mad About You, Reiser aún no lo ha conocido. Todo esto es un poco lamentable: nadie es tan bueno en el inofensivo chiste de padre, dicho con el encogimiento de hombros de un taxista de Manhattan. "He vivido en Los Ángeles mucho más tiempo que en Nueva York", dice. "Vine aquí cuando tenía 27 o 28 años, y ahora estoy bien entrado en la treintena". 

A sus 68 años, es más rápido para bromear al principio de la conversación que al final, como si quisiera arrebatar un mínimo de control anticipado al periodista que está al otro lado del Zoom. Por ejemplo, la habitación en la que está. Detrás de él hay una bicicleta estática; más atrás, un cuadro de lo que parecen ser dos hombres tomando café. ¿Lo he entendido bien? "No sabía que se pudiera ver eso", dice, como si se hubiera vislumbrado demasiado. "Si esto fuera una evaluación psicológica y vieras a una jirafa pegándole a tu madre, entonces pensaría, muy bien, tienes algunos problemas". Se calma. "Pero no, no tiene nada de importante. Es de un amigo. Me hace cosquillas". Intuyo que eso es todo.

A Reiser no le van los confesionarios, ni los trapos sucios de los famosos. "No soy fan de los chismes", dijo hace unos meses. "No me gusta que se hable de otras personas, y desde luego no quiero que se diga nada de mí que no me gustaría que se compartiera". Sin embargo, su visión del mundo está presente en todas sus comedias, que son simpáticas y cotidianas, pero nunca edulcoradas. The Problem with People, su nueva película, es una comedia de choque cultural sobre unos primos irlandeses y estadounidenses que no se llevan bien, y en la que no faltan clichés. Pero también es una cálida aspiración, un testimonio de lo que se puede conseguir si se bajan las armas y se trata de encontrar un terreno común.

"En todas las noticias hay enfrentamientos", dice Reiser. "Pero creo que si ponés a cualquier parte enfrentada en una habitación y les preguntás qué quieren, descubrirás que no son tan diferentes". En El problema con la gente, un anciano irlandés en su lecho de muerte pide a su hijo Ciáran (Colm Meaney) que cure una desavenencia familiar que se remonta a varias generaciones. Barry (Reiser), primo de Ciáran, es un magnate inmobiliario neoyorquino y vuela a Dublín para ayudar a arreglar las cosas. Pero los dos hombres no tardan en pelearse, lanzando granadas cómicas de un lado a otro. No pueden contenerse. "Por eso la película se titula así", agrega Reiser. "Debe de haber algo dentro de nosotros que se inclina hacia la pelea o el recelo, pero si de alguna manera podemos domarlo y apuntar un poco más alto, quizá vivamos mejor".

Reiser visitó Irlanda por primera vez en 1990, pero se enamoró de ella mucho antes, atraído por la idea de "ser un pez fuera del agua en una bella e idílica ciudad costera". Pero eran los '80, y lo más cerca que Reiser estaba del agua era la humedad del East River de Nueva York. De día estudiaba música en la Universidad de Binghamton y de noche actuaba como monologuista en bares y clubes de Long Island. Entre sus amigos se encontraban Jerry Seinfeld, Larry Miller y Mark Schiff, que pronto se convertiría en cómico de culto. Los cuatro tenían una tradición que continuó hasta bien entrados los años noventa: cada día de Año Nuevo se encontraban a almorzar en Brooklyn, antes de dirigirse a Manhattan.

"Éramos una hermandad", recuerda Reiser. "Una pequeña comunidad de cómicos que compartían anécdotas: el mejor sueldo del año, la mejor noche que habías tenido en Cleveland ese año. Lo más importante era celebrar el hecho de que no teníamos trabajos de verdad. Nos levantábamos tarde, conocíamos chicas, íbamos a los clubs y actuábamos, y nos pagaban. Era como decir: '¿Qué clase de estafa estamos montando?'"

A medida que aumentaban sus éxitos individuales, los almuerzos se hacían más elegantes y el paseo hasta la ciudad se cambiaba por un viaje en limusina. "La tradición desapareció al cabo de unas décadas, no por decisión mía", dice Reiser. "Pero cuando te casás y tenés hijos (Reiser está casado desde 1988 y tiene hijos de 29 y 24 años), es más difícil vender que querés pasar el Año Nuevo con tus amigos idiotas".

Se trasladó a Los Ángeles tras el éxito de Diner (1982), una inteligente y divertida comedia dramática sobre la llegada a la madurez que también convirtió en estrellas a Kevin Bacon y Mickey Rourke. Esa película lo llevó a Beverly Hills Cop y a Aliens, de James Cameron, donde interpretó a un títere corporativo tan despreciable que sólo la muerte por ácido sería suficiente. Su elección fue un giro argumental. "Según tengo entendido, James Cameron quería a alguien de quien no se pudiera pensar que fuera un mal tipo", dice. "Aunque no sé lo bien que funciona eso. Si me meten en un drama, creo que la gente piensa al instante 'mal, mal, mal: ¡aquí hay algo malo!'".

Mad About You.

Protagonizó la comedia My Two Dads en 1987 y Mad About You, de la que fue co-creador, en 1992. Se convirtió en un fenómeno, pero hoy se siente ligeramente infravalorado en el panorama cultural. En aquella época, la serie -en la que Reiser y Helen Hunt interpretaban a un neurótico matrimonio de clase media de Nueva York- ocupaba un lugar fijo en lo que fue una auténtica edad de oro del género. La cadena estadounidense NBC la emitía como parte de su programación "Must-See TV" ("TV que tenés que ver"), junto a series como Friends, Seinfeld, Frasier y ER, y había ganado 12 premios Emmy y cuatro Globos de Oro al final de su octava temporada en 1999. Reiser admite que no se dio cuenta de su éxito hasta que terminó.

"No pude permitirme el lujo de ver el panorama completo", dice. "Estás tan inmerso en tu pequeño mundo, persiguiéndote la cola e intentando cruzar la línea de meta cada semana. Pero sabía que todo había cambiado. Pasás de ser un tipo que escribe chistes en su departamento a estar en 10 o 15 millones de hogares cada semana". Y también había una sensación de formar parte de un universo compartido de comedias masivas, a veces literalmente.

"Cuando se estrenó Mad About You, se consideraba un complemento de Seinfeld: era la comedia neoyorquina", recuerda. "Entonces Kramer apareció en un episodio, nosotros tuvimos a Jerry Seinfeld en un episodio...". También hubo un puñado de cruces entre Mad About You y Friends, sobre todo por la presencia compartida de Lisa Kudrow. Dos años antes de Friends, fue contratada en Mad About You para interpretar a una malvada camarera llamada Úrsula. "Recuerdo a Lisa diciendo un día que estaba haciendo una prueba para una nueva serie", cuenta Reiser. "Le pregunté de qué iba y me dijo: 'Son seis amigos que viven en el mismo edificio y van a la misma cafetería'. Le dije: 'Bueno, eso no suena a nada, ¡pero buena suerte con ello!' Demuestra lo mucho que sé..." Kudrow pidió seguir siendo recurrente en Mad About You, así que ambas series terminaron "compartiendo" a Úrsula, que se convirtió en la hermana gemela distanciada del personaje de Kudrow en Friends, Phoebe.

A pesar de su éxito, Mad About You no llegó a definir a Reiser. En los últimos años ha interpretado a un ejecutivo adicto a la cocaína en la serie de superhéroes de Prime Video The Boys, y a un malhumorado matón de club de campo en la comedia de culto Red Oaks. Y luego está Stranger Things, que el año que viene volverá con una quinta temporada en la que puede que aparezca o no ("Netflix tiene la dirección de mi casa, me iría mal si digo algo"). Está agradecido por cómo se ha desarrollado su carrera.

"Los actores que me gustaban de niño eran los que podían hacerlo todo: ser divertidos, desgarradores y aterradores", dice. "Alan Arkin - nadie más divertido, nadie más aterrador... Peter Falk... Jack Lemmon... Tom Hanks. Y creo que Aliens también me abrió la puerta a hacer ese tipo de cosas. No necesito ser gracioso todo el tiempo, ¿sabés?"

Mientras los niños sepan que puede, supongo.

* De The Independent de Gran Bretaña. Especial para Página/12.