Unos 4.500 millones de personas, más de la mitad de la población mundial, no tienen acceso a servicios sanitarios básicos como los que ofrecen los sistemas de seguridad social, y unos 2.000 millones de personas sufren problemas financieros para costearse sus cuidados médicos, advierte la Organización Mundial de la Salud (OMS).

En la celebración este jueves del Día Internacional de la Cobertura Sanitaria Universal, la agencia alerta de que las rentas domésticas siguen siendo la principal fuente de financiación de la sanidad en 30 países en desarrollo (en 20 de ellos supone más de la mitad del total).

Esto contribuye a un ciclo de "pobreza y vulnerabilidad", subraya la OMS, quien destaca que incluso en países desarrollados los costes sanitarios sufragados por las familias conducen a menudo a problemas financieros y llevan a dejar desatendidas muchas necesidades médicas.

En un tercio de los países desarrollados, más del 20 por ciento de los gastos médicos corren a cargo de los propios pacientes, indica la OMS, ysubraya que son las familias de menores rentas en esas economías las que suelen verse más afectadas por este problema.

La cobertura sanitaria universal "debe ser una prioridad nacional" para todos los gobiernos, aseguró la OMS, que hizo un llamamiento a que antes de finales de 2030 se ponga fin a la pobreza ocasionada por gastos médicos.

Con motivo de la celebración de la jornada internacional la OMS ha publicado un informe sobre los gastos estatales en sanidad en el que indicó que éstos totalizaron globalmente 9,8 billones de dólares en 2022, un 9,9 por ciento del PIB mundial.

Supusieron el primer descenso en términos reales del gasto sanitario universal en este siglo, después de los aumentos que provocó la pandemia de covid-19.

Pese a ello, el gasto sanitario se mantuvo en ese año estudiado en torno a un 6-7 % por encima de los niveles previos a la pandemia, un porcentaje que en los países de renta media-alta fue aún mayor, del 11 %.

El gasto per cápita de las familias en atención médica también se mantiene por encima de la pandemia, en porcentajes de entre el 3 % y el 4 % en los países de rentas bajas y del 11 % en rentas medias, mientras que en las economías de mayor renta no hay grandes aumentos.

"Es demasiado pronto para valorar si la pandemia ha alterado la tendencia al gasto sanitario a largo plazo, ya que no está claro que los gobiernos puedan mantener un elevado gasto per cápita ante los desafíos económicos y otras prioridades", admitió el estudio de la OMS.