Hace pocas semanas, Litto Nebbia visitó Centro Cultural Contraviento en dos fechas de música y cine. Ahora, el díptico se reitera y con otra propuesta: Sonidos del Sur, de la mano de Silvina Garré y el propio Nebbia, junto a la guitarra de Daniel Homer. Hoy y mañana a las 21 en Contraviento (Rodríguez 721): dos noches en donde los músicos presentarán algunas de sus colaboraciones, en un repertorio que incluirá composiciones de Tom Jobim, Milton Nascimento, Caetano Veloso, Cuchi Leguizamón, entre otros. “Vamos a hacer canciones los tres juntos, algunas de manera solista, y otras a dúo; así que será un lindo espectáculo, diferente, en dos noches que serán muy felices”, comenta Silvina Garré a Rosario/12.

-Habrá canciones de un próximo trabajo en conjunto, ¿no?

-Vamos a hacer algunas canciones de un disco que ya tenemos juntos, que se llama Archivo Jobim (2016), con temas de Tom Jobim; además de canciones que tocarán Homer y Litto, junto con algunos temas míos. Y estamos también por sacar un disco llamado Archivo Bacharach, con todo un repertorio dedicado a Burt Bacharach. Es decir, estuvimos de alguna manera homenajeando a los autores que nos conmueven; todo muy precioso.

-Elegir un repertorio para discos así, debe ser todo un incentivo.

-Es algo que hice también con el propio Litto en Más que Loca (2010), con temas suyos. Y después me di el gusto de hacer ese mismo formato con Retrato de Caetano Veloso (2019) y ahora Retrato de James Taylor, que sale a fin de año o el año próximo. Los discos con Litto con canciones de Jobim y de Bacharach son proyectos algo atípicos, pero en los que uno se da ese gusto, ¿no? Y además, a la gente les gusta.

-¿Cómo es ese trabajo con Litto?

-Con Litto somos muy amigos, desde principios de los ’80; así que, ¡imaginate! Hemos hecho tantos proyectos, y siempre con respeto, con cariño. Nos vamos consultando y nos ponemos de acuerdo fácilmente, rápidamente. Elegimos las canciones, cada uno se las comenta al otro, y siempre nos gusta el tema elegido. Así que ha sido muy sencillo el trabajo; con Litto se trabaja con mucha fluidez y es siempre placentero.

-Tratándose de él, debe ser un aprendizaje mutuo y continuo.

-Creo que Litto ha sido un maestro para todos, pero además es una figura a seguir y a imitar en muchas cosas. Es alguien muy generoso, un músico que siempre ha innovado y que no se queda en una zona cómoda. Entonces, cuando me ha convocado para diferentes proyectos, siempre se trató de un repertorio o de un tipo de disco que a lo mejor, por mi cuenta, yo no hubiese abordado; y no porque no me guste, sino porque tal vez no se me hubiese ocurrido. Entonces, siempre es un desafío. También como cantante, porque cuando uno ya canta las propias canciones, como me pasa a mí luego de 40 años, si está el desafío de interpretar otro autor, hay que aprender a cantar a ese autor. Que uno cante no significa que pueda cantar cualquier cosa; para hacerlo bien, uno tiene que aprender a cantarlo. Es un aprendizaje y es también un aire nuevo, porque se trata de hacer algo distinto. Uno siempre va a terminar ganando, nunca se pierde.

-Se me ocurre pensar en “Nueva zamba para mi tierra”, de Litto, que vos grabaste, porque me significa un diálogo renovado con la tradición musical.

-Es una canción hermosa, como tantas de Litto, y habla del desarraigo. Él tuvo ese desarraigo en México, y de alguna manera también los que nos vamos de Rosario sentimos ese desarraigo. O el que se va de su lugar natal, sobre todo de su lugar de infancia, que creo yo es el lugar que más queda grabado a fuego, en el corazón; el lugar donde uno vivió su infancia.

-Para el caso tuyo y el de muchos, ese lugar es el de una Rosario tan real como simbólica; así como la infancia.

-Igualmente, yo ahora estoy mucho tiempo en Rosario; ya pasaron 40 y pico de años en Buenos Aires. Si bien tuve unos años extrañando la ciudad y cuando tenía dos días viajaba, nos fuimos también porque tuvo que ver con una oportunidad, hubo algo positivo. Yo recuerdo como algo bueno esa partida, porque tenía que ver con proyectos, para poder hacer lo que amábamos, algo que finalmente todos terminamos realizando y seguimos haciendo. Ahora, se llega a un momento de la vida en el que uno ya puede estar en Rosario más tiempo, también porque cambiaron mucho las cosas y uno puede hacer su trabajo viviendo en cualquier lugar, no hace falta que sea desde Buenos Aires. Ahora podemos volver y estar con la gente querida, los años lo han cambiado todo.