Desde Ivan Drago contra Rocky Balboa no había una pelea tan despiadada entre dos contrincantes tan bien entrenados como en la contienda entre Wanda Nara y la China Suárez. No obstante, estas rivales tienen más similitudes que diferencias: son famosas, exitosas, deseadas y hasta incursionaron en el mundo de la música. Ambas siempre dieron que hablar con sus relaciones y, constantemente, están en el foco del escrutinio público. Muchas veces por infidelidades, y ahora, por si faltaba poco, por las diferencias de edad con sus respectivas parejas.
Eugenia Suárez, de treinta y dos años, rompió Internet cuando comenzó a salir con el corredor de Fórmula 1 y objeto de deseo de la calle online Franco Colapinto, de veintiún años. No era la primera de sus relaciones polémicas, ni una en que la edad era un factor problemático para los miles de comentaristas sedientos de sangre. En 2022 la China (en ese entonces de treinta años) empezó una breve pero muy mediatizada relación con el trapero Rusherking, de veintidós. Desde 2023, la actriz estuvo envuelta en un romance con otro cantante: Lautygram, de veintiuno. No hay que especular demasiado para leer que la relación entre ambos puede haber inspirado su canción "Mayor que yo". Antes del shippeo con Colapinto, este año también se la vinculó con el ex Gran Hermano Marcos Ginocchio (25), lo cual no hizo sino avivar el fuego del odio en redes. “La foto íntima de la China Suárez y su joven novio”;“La China Suárez y Rusherking: el amor cuando la mujer es mayor que el hombre en la pareja”; “La China Suárez y la diferencia de edad con sus parejas: fuerte crítica en redes que se hizo viral” fueron algunos de los titulares.
Nadie parecía tan preocupado cuando la misma China salía a sus dieciséis con un chico de veintidós, su co-star de Casi Ángeles Nicolás Riera. Tampoco durante su segunda relación con el productor Nacho Viale, cuando él tenía veintinueve y ella dieciocho, recién llegada a la mayoría de edad. Al empezar su noviazgo con el actor Nicolás Cabré (en ese entonces de treinta y dos) ella tenía veinte: juntos tuvieron su primera hija. Nadie mencionó el tema de las edades tampoco en su vínculo con Benjamín Vicuña, catorce años mayor que ella.
Sus haters alegan que no es solo la diferencia etaria lo criticable, sino también los elementos escandalosos de sus romances, entre los que se cuentan la infidelidad o los chats filtrados y que hacen que se proyecte en ella el arquetipo de la rompehogares: “la otra” que amenaza la visión idílica del team dios, patria y familia. No fueron solo los medios sino las redes, especialmente la app más viciosa y libre de corrección política, X (antes Twitter), en la que los usuarios descargaron su ira (tal vez mezclada con un poco de envidia) sobre “@sangrejaponesa”. Cataratas de críticas, memes y apodos lapidarios llovieron por días en los que la actriz estuvo en boca de todos.
Pero la nueva relación de Wanda Nara, a pesar de no cargar con el “prontuario” de su contrincante, tampoco pasó el filtro de la moralina twittera actual. En el medio del escándalo de su separación del futbolista Mauro Icardi, la confirmación de su vínculo con el cantante de RKT L-Gante ―“Wanda Nara y L-Gante: la sorprendente diferencia de edad de la pareja del momento”; “Este contraste generacional ha sido uno de los temas más comentados desde que empezaron a mostrarse juntos”; “«Mucha diferencia de edad»: polémica por el supuesto romance de Wanda Nara”― hizo que TikTok, otra red en la que la gente tiene la oportunidad de vomitar veneno, se llene de comentarios sobre la diferencia de edad de la pareja. Tampoco faltaron los comentarios clasistas sobre el origen social del exitoso artista y especulaciones sobre la opinión de los hijos de la conductora sobre el romance. Porque al margen de su notoriedad, sus carreras y sus logros estas mujeres deben recordar que son antes que todo, madres.
Antes que ellas, otras celebrities ya habían hecho más visibles este tipo de relaciones “polémicas”: Priyanka Chopra (42) y Nick Jonas (32); Shakira (47) y Piqué (37); Demi Moore y Ashton Kutcher, a quien la actriz llevaba 15 años, ayudaron a romper tabúes durante los ocho años que duró su relación. Íconos pop como Cher y Madonna fueron igualmente admiradas y juzgadas por salir con hombres que podrían ser sus hijos. Según Madonna hablando de sus innumerables romances con parejas más jóvenes “la edad es solo un número” y “solo es algo que pasa. Soy una romántica incurable”. Para Cher, por su parte, la razón no tiene tanto misterio: “es porque los hombres de mi edad o más viejos están muertos” y “bueno… los hombres más jóvenes fueron criados por mujeres como yo”. En fin, cosa de divas.
En nuestro país las precursoras de esta tendencia fueron vedettes como Graciela Alfano, Susana Giménez y Moria Casán con su inolvidable “harén de chongos”. ¿Y quién puede olvidar el famoso romance entre Alfano y Matias Alé, quienes se conocieron cuando el mediático tenía veintidós años y ella cuarenta y cinco? Susana y Ricardo Darín también shockearon a la sociedad argentina en los 70s: él con veintiuno y ella con treinta y tres, por suerte antes de la existencia de Twitter, Instagram, Intrusos o LAM. Más recientemente otras famosas como la Joaqui, Cazzu, e incluso la pareja de nuestro actual presidente, la ex vedette y conductora Yuyito González, se animaron a blanquear sus noviazgos.
Por supuesto, si nos pusiéramos a buscar relaciones equivalentes para los hombres del espectáculo, no sería posible siquiera compilar una lista por la infinidad de casos. Al fin y al cabo los hombres mayores con novias jóvenes son el orden natural de las cosas, ¿no? El único hombre en ser señalado y ridiculizado por esto sea tal vez Leonardo Di Caprio, cuya insistencia en salir con modelitos sub-25 ya es un meme.
“Pero qué manera de romper los huevos con la edad. Y todas mujeres. Tengo 31 años y están muy bien vividos. Esto recién empieza, así que vayan acostumbrándose o rajen de mis redes. Con amor”, declaró la ex Casi Ángeles en enero de 2024 en su cuenta de Instagram ante las críticas no solo por su romance de ese momento sino también por su forma de vestir: “demasiado juvenil” para el gusto de la policía de la moral y las buenas costumbres.
Por otro lado muchos de los memes que la ridiculizaron en el último mes también referían sin buscarlo a otro tropo en el que logró caer la China: no solo la otra, la rompehogares, la cougar, o la femme fatale, sino también “la tentadora”, la mujer que lleva al hombre por el mal camino y lo “distrae” de su carrera. El hombre no es responsable sino solo una pobre víctima. Lamentablemente Colapinto no tuvo la astucia de atarse al mástil y así evitar seguir el canto de esta sirena.
En las relaciones con diferencia de edad siempre se analiza el tema de la transaccionalidad: la mujer que está con un hombre más grande es claramente una chupasangre y una mantenida; la que está con un hombre más joven, está manipulándolo y robándole la juventud. El hombre parece emerger siempre inmune o en todo caso víctima. Ya sea como gold diggers o como vampiresas las mujeres no podemos ganar.
“Ella tiene una manera muy libre de vivir la vida” dijo Wanda sobre la China en su última entrevista en el living de Susana Giménez, “y yo no soy así”. Disiento: algo más que tienen en común estas mujeres es que a pesar de sus desencuentros, siguen viviendo su vida como se les da la gana y la libertad de las mujeres siempre molesta. A la prensa, a veces a otras mujeres, otras a sus hijos, a sus exes, a sus parejas actuales: a veces solo queda decir la que puede puede y seguir. En definitiva, muchas hablan pero no todas se bancan ser como Madonna en los ‘90.