Corría 2017 y, aunque no era del todo evidente, la industria de los videojuegos había empezado a cambiar (otra vez). Mientras los estudios de todo el mundo buscaban nuevas formas de contar historias que pudieran satisfacer las exigencias de un mercado demandante –desde mundos abiertos hasta más de 40 horas de juego–, PlayStation consolidaba su catálogo de exclusivos con experiencias narrativas más adultas y formidables en lo dramático. Fue entonces cuando Guerrilla Games dio un salto al vacío. El estudio holandés, propiedad de Sony desde 2005, dejó la zona de confort de Killzone para crear un mundo post apocalíptico dominado por máquinas. La nueva IP se llamó Horizon Zero Dawn.
Aunque los directores del estudio llegaron a decir que fue la decisión más arriesgada que tomaron en toda su trayectoria, la apuesta no solo funcionó comercialmente sino que contribuyó a establecer un nuevo estándar narrativo en los juegos de mundo abierto. Horizon Zero Dawn recaudó más de 400 millones de dólares y se convirtió en uno de los principales pilares de la consola japonesa, a la par de clásicos como God of War y The Last of Us. Y ahora, tras el éxito de Forbidden West (la secuela de Zero Dawn estrenada en 2022), y con una franquicia que acumula 32 millones de unidades vendidas, la primera aventura de Aloy vuelve remasterizada para PlayStation 5 y PC.
Este remaster incluye el juego base y la expansión The Frozen Wilds, que suman un mínimo de 50 horas de juego. Los usuarios que jugaron el original en PlayStation 4 pueden conseguir la actualización por 10 dólares en PlayStation Store, mientras que para los nuevos jugadores la remasterización cuesta 50 dólares. La versión digital incluye un libro de arte con conceptos, bocetos originales y comentarios de los desarrolladores.
El mundo después de nosotros
En el siglo XXXI, mil años después de nuestra época, el mundo está irreconocible. Entre las ruinas oxidadas de nuestras ciudades, la humanidad volvió a un estado tribal y lucha por sobrevivir en un ecosistema dominado por máquinas que emulan la fauna prehistórica. ¿Cómo terminó así el planeta? ¿Qué pasó con el conocimiento y el desarrollo tecnológico que alcanzaron los humanos? ¿Y por qué las máquinas, cada vez más agresivas, amenazan con destruir lo poco que queda? En este mundo hostil nace Aloy, una cazadora marginada de su tribu por razones desconocidas. Criada en los márgenes de la sociedad, Aloy emprende una búsqueda personal que la llevará a descubrir no solo el misterio de su origen, sino también los secretos que yacen bajo las ruinas de la civilización.
Como Tomb Raider, pero sci-fi
Zero Dawn se estrenó en 2017, poco después del reinicio de Tomb Raider (2013-2018), una trilogía que dio un tono más adulto a la mitología de Lara Croft y apostó por zonas abiertas donde eliminar campamentos enemigos, cazar animales y resolver puzzles ambientales. Horizon bebió claramente de aquella experiencia, pero Guerrilla Games elevó la fórmula con un sistema de combate más profundo y un universo narrativo más elaborado. Los holandeses también tomaron como referencia a Monster Hunter para la caza de máquinas y a The Witcher III para la construcción de misiones secundarias.
Sin lugar para los débiles
Siete años después, el combate sigue siendo el punto más fuerte de Zero Dawn. Las máquinas son formidables y difíciles de enfrentar, incluso en el nivel de dificultad Normal. Si bien no estamos ante un desafío tipo souls-like y las opciones para abordar los encuentros son variadas, el combate no perdona: se necesita estrategia, planificación y creatividad para analizar las debilidades elementales de los robots y elegir cuidadosamente el arsenal ideal. En esta remasterización, además, la IA mejorada de los enemigos hace que las máquinas muestren comportamientos más complejos y adaptativos, coordinando entre ellas para acorralar a Aloy y elevando la parte táctica del combate. Aunque el arco y flecha es el arma principal, hay opciones interesantes para probar como un original lanzacuerdas que ata a las máquinas al piso para dejarlas inmóviles y recolectar mejor sus componentes.
Chapa y pintura
Aunque el título asegura que es una remasterización, esta nueva versión desarrollada por Nixxes desafía la etiqueta que le asignó Sony. El salto técnico es sustancial: el nuevo sistema de iluminación recrea el ciclo completo del día con doce fases distintas. Los modelos de los personajes fueron reconstruidos totalmente y se mejoró la distancia de trazado de los paisajes. La vegetación, notablemente más densa, presenta una variedad que acerca al juego a los estándares de Forbidden West. Los cambios son tan notorios que sería difícil distinguir esta versión de un juego desarrollado nativamente en PlayStation 5.
Un lore fascinante... no tan bien contado
Una de las dificultades inherentes al desarrollo de una nueva IP radica en crear un mundo nuevo, en fabricar personajes e historias que no conocemos y tengan el poder de cautivarnos, de convencernos de entrar en ese universo. En este sentido, Zero Dawn aborda temas como la inteligencia artificial, el cambio climático y la responsabilidad científica. Sin embargo, las escenas son pocas, carecen de profundidad dramática y gran parte del trasfondo –rico y detallado– está disperso en textos y audios coleccionables fáciles de pasar por alto. Las nuevas animaciones faciales y corporales, junto con más de 10 horas de captura de movimiento filmadas exclusivamente para el remaster, ayudan a dar vida a las conversaciones que antes resultaban estáticas, pero el desarrollo narrativo sigue dependiendo demasiado de la voluntad del jugador por explorar cada rincón.
Un mundo real para explorar
El universo de Zero Dawn se desarrolla en lo que alguna vez fue el suroeste de los Estados Unidos, abarcando principalmente Colorado, Utah y partes de Arizona, Wyoming y Montana. Lugares icónicos como Yellowstone, el río Colorado o el anfiteatro Red Rocks son reconocibles en sus contrapartes post apocalípticas. En la remasterización, los asentamientos y las ciudades cobran vida con una densidad poblacional significativamente mayor: los lugares que en PlayStation 4 estaban vacíos ahora ofrecen experiencias urbanas más orgánicas y convincentes.
Los puntos débiles persisten
A pesar de las mejoras técnicas y jugables, los aspectos más criticados del juego original siguen presentes. Las misiones secundarias, si bien narrativamente interesantes, suelen caer en patrones repetitivos de "ir y volver". El sistema de escalada, que restringe al jugador a seguir rutas predefinidas marcadas con pintura amarilla, resulta limitado en comparación con títulos contemporáneos como Breath of the Wild. Sin embargo, el punto más débil sigue siendo el combate cuerpo a cuerpo, especialmente comparado con la excelente mecánica de arco y flecha.
Cualquiera puede jugar
En los últimos años, la accesibilidad se convirtió en un pilar ineludible de la industria de los videojuegos. En la línea que viene manteniendo Sony de ofrecer alternativas cada vez más inclusivas, la remasterización implementa un sistema integral de opciones de accesibilidad heredado de Forbidden West. Hay decenas de opciones para personalizar el juego según las necesidades y preferencias de cada jugador, desde ajustes de audio y tamaños de texto hasta alternativas para modificar la dificultad, como la posibilidad de personalizar el daño que reciben las máquinas, la asistencia de puntería o la curación automática. Además, el HUD rediseñado presenta una interfaz más limpia y adaptable que facilita la lectura de información durante la exploración y el combate.