"Hubo gente con mala intención que se encargó de humillarme para dejarme en una posición que no era la correcta ni la real. Algunos quisieron hacerme quedar como que había dejado un vacío en la Selección y eso es una gran mentira", afirma Guillermo Milano, exentrenador del seleccionado argentino masculino de handball, Los Gladiadores, quien afronta un nuevo desafío profesional en el club Vardar, de Macedonia, al que calificó "como lo más importante" de su vida deportiva. Desde allí habló con Página 12, y agregó: "dos o tres dirigentes y dos o tres entrenadores operaron para que esté afuera con mentiras y actitudes con falta de moral”.

Milano, de 51 años y oriundo de Morón, provincia de Buenos Aires, reemplazó al español Manuel Cadenas, quien llegó al equipo argentino en 2017, y dejó el cargo después de los Juegos Olímpicos de Tokio 2020. Ex integrante del cuerpo técnico de Eduardo "Dady" Gallardo –DT en los Juegos Olímpicos de Londres 2012 y de Río de Janeiro 2016 y en los torneos ecuménicos de Qatar 2015 y Francia 2017 (fue como asistente) y en los París 2024–; luego del de Cadenas –Tokio 2020–, Milano, que en su carrera conquistó la medalla de oro en los Juegos Panamericanos de Chile 2023 y los Odesur 2022 de Paraguay y que obtuvo la presea de plata en los Torneos Sur-Centro Recife 2022 y Buenos Aires 2024, dejó de ser el DT del seleccionado por decisión de la Confederación Argentina de Handball, que designó en su lugar a Rodolfo Jung.

–¿Te fuiste del seleccionado como querías?

–No, no me fui como quería. Primero porque pensé que no me iba a ir y segundo porque hubo gente con la mala intención que se encargó de humillarme para dejarme en una posición que no era la correcta ni la real. Algunos quisieron hacerme quedar como que había dejado un vacío en la Selección y eso es una gran mentira.

–Expresaste que estuviste "muy triste" cuando te comunicaron que no continuabas. ¿Por qué?

–Así es. Estuve muy triste, obviamente, porque hubo cierta gente que quiso dejarme mal parado como si yo hubiese dejado un vacío en la Selección y porque, además, estaba armando el plan para la próxima clasificación olímpica. No solamente lo hice desde el día uno sino que lo continué una vez que clasificamos a los Juegos. Que haya ido a París con algunos jugadores que estaban por terminar su ciclo no significa que no estaba trabajando antes para el próximo camino. Pero bueno, hubo determinada gente que intentó instalar algo que no era real.

–En el programa radial "Handball de primera" manifestaste: "Me hicieron mucho daño. Todo lo que han dicho de mí es una operación para sacarme y poder manejar la selección". Ampliá ese concepto, por favor.

–No voy a ampliar mucho porque no voy a utilizar los medios para hablar mal de la gente. Las cosas las digo en la cara. Primero en un café y si en el café no se entiende, lo diré de otra manera, pero no utilizando a un medio para atacar a los demás. Simplemente hubo algunos dirigentes que operaron para sacarme. En esto saco a Carlos Ferrea, presidente de la Confederación. Más allá de que él tome decisiones y tomó la decisión final, yo sé que esto tiene que ver con otro tipo de situaciones que, tal vez, él haya tenido que aceptar. Es una persona con sentido común y demócrata y no es autoritario. Si hay algunas partes que no están de acuerdo, entiendo que tendrá que respetar algunas otras opiniones. Tanto uno o dos dirigentes; o tres y dos o tres entrenadores operaron para que esté afuera con mentiras y actitudes con falta de moral.

–Además, admitiste: “No hacía falta humillarme. No había necesidad. Me faltaron el respeto tremendamente”. Qué explicación tenés de eso luego de dos años y medio al frente de Los Gladiadores?

–Por supuesto que me humillaron. Dijeron que había dejado un vacío y es mentira. Conmigo pasaron 59 jugadores. Trabajé 24 horas por siete días por la Selección. Y lo único que tendrían que haber hecho es decirme que debía retirarme con respeto. Ferrea conmigo se comportó bien. En cambio hubo cierta gente que utilizó los medios para maltratarme e intentó hacerlo en el ambiente del handball pero todos quedaron expuestos.

–¿Hablaste con Rodolfo Jung, el nuevo DT del seleccionado?

–No, porque no tengo nada que hablar. El asumió mientras yo era entrenador. Se reunió con los dirigentes mientras yo era el entrenador y estaba al lado mío y nunca me lo comunicó. El que tiene que hablar conmigo es él. Yo no hubiese tenido ningún problema de hacerlo. Hubiese sido bueno para que la transición sea correcta y haga las cosas de la mejor manera posible. Pero bueno, hay diferencias de valores.

–Recibiste ofertas de Kuwait y de un seleccionado americano. ¿Por qué aceptaste la del club Vardar, de Macedonia?

–Acepté la del Vardar porque fue la que primero me terminó de cerrar y porque, además, es un sueño para mi estar este club, uno de los grandes de Europa, que creyó en mí, apostó en mí. No había ninguna duda de que de todas las opciones que tenía ésta era la mejor.

–¿Qué desafíos afrontás con Vardar?

–En Vardar el desafío es tremendo porque es un club que quiere volver a estar en lo más alto de Europa en mediano o largo plazo. Acá se respira balonmano y ganar es lo más importante. Me parece bien, acepto la propuesta; entiendo cual es el objetivo y para eso estoy: intentar ganar y hacer crecer al Vardar.

–¿Qué representa en tu carrera este salto a un club europeo?

–Esto es lo más importante de mi vida deportiva. Hasta ahora tuve cosas increíbles como, empezando de cero, haber llevado a Dorrego a la Liga de Honor por primera vez en la historia; haber dirigido en veinte mundiales; haber estado en cuatro juegos olímpicos y haber llevado a Boca, de cero, a lo más alto del handball argentino. Ahora me llega esta propuesta y es la primera vez en la historia que un entrenador de América dirige en Europa a este nivel. Un sueño para cualquier entrenador del mundo. Esto es un privilegio y abre las puertas a otros entrenadores. El que lo ve así es porque deja el ego de lado. Ya estoy teniendo propuestas para otros entrenadores. No solamente para Macedonia sino para otras selecciones. Ya me comuniqué con entrenadores argentinos para pasarles propuestas. Puse un pie aquí y ya me ofrecen cosas para entrenadores argentinos. Lo que pasa es que algunos no lo pueden ver.

–¿Quedaste conforme con el trabajo que realizaste en Los Gladiadores?

–Sí, claro. Cómo no voy a quedar conforme si me contrataron para clasificar a un Juego Olímpico y se logró. En dos años y medio, la gestión más corta de un entrenador en un ciclo olímpico, logramos la mejor clasificación de la historia con el mejor Brasil de la historia y haciendo jugar a Argentina en un nivel de juego de los mejores de la historia. Cumplí. Por supuesto, ¿se podía haber hecho un poco mejor? sí; ¿podía haber mejorado algunas cosas? sí; ¿cambiaría alguna cosas? sí. Es un aprendizaje pero cumplí con lo que me pidieron.

–¿Cómo quedó tu relación con los jugadores del seleccionado?

–Lo más grande que me pasó en la vida es haber tenido a estos jugadores: tanto los de Boca como los de la Selección; como los que pasaron por Polvorines y por Dorrego. Mi vida como entrenador sumó más que afecto y feedback entre los jugadores y yo. Y los chicos de la Selección como los de Boca están absolutamente felices por lo que me está pasando.