La Legislatura de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires se tiñó de marrón el último jueves cuando de manera unánime con 55 votos afirmativos y ninguno en contra, los legisladores porteños aprobaron el proyecto de "Ley de aprobación oficial" para la restitución a Platense del predio histórico de la esquina de Manuela Pedraza y Crámer, expropiado en 1971 cuando en pleno gobierno de facto de Alejandro Lanusse desalojaron al club de sus instalaciones. 

En esas tierras llenas de historia y cultura, Platense construyó su primer estadio en 1917 y allí jugó de local hasta 1971 cuando fue desalojado con la excusa de que en ese predio se iban a realizar un complejo de viviendas, lo que no ocurrió. En cambio, sí se construyó una escuela y un polideportivo, regenteado actualmente por una empresa privada. Recién en 1979 el Calamar pudo volver a tener estadio propio en Vicente López, sobre la calle Zufriategui 2021, donde también tiene su sede social. 

Lugar histórico y también espiritual para la comunidad calamar que –dicho sea de paso– está viviendo un increíble romance con el club, con la vuelta de la familia a la cancha, con una sede que luce cada día mejor y que se va nutriendo de chicos y chicas que practican deportes como fútbol, básquet, hockey, handball, tenis, entre otras actividades, el regreso al barrio es considerado como una gran conquista tras años y años de esfuerzos y reclamos que no fueron debidamente escuchados.

"Este es un gran logro para toda la familia de Platense. Es parte también del crecimiento institucional que estamos teniendo en los últimos años tanto en cuestiones deportivas como sociales. Ya que para nosotros, recuperar el predio de Manuela Pedraza y Crámer nos permitirá darle más espacios a las actividades del club, a los chicos y chicas que practican tanto deportes como otras actividades", le dice a Página 12 Sebastián Ordoñez, presidente del Calamar. "Esto nos va a permitir seguir formando deportistas y personas del barrio, algo que para nosotros es muy importante desde lo social". 

Platense es cultura y es también Saavedra, "barrio murga y carnaval" como suelen cantar sus hinchas. A Ordoñez no se le escapan los detalles. "La restitución es muy importante para la cultura del barrio. Ahora las actividades culturales del barrio se van a poder hacer dentro de un club de bandera", se entusiasma el dirigente calamar. Justamente Ordoñez fue quien presentó el proyecto en la Legislatura, que luego tomó impulso a través de la gestión del diputado Claudio Ferreño (Frente de Todos) y las diputadas Claudia Neira (Frente de Todos) y Maia Daer (Unión por la Patria). Tuvieron que pasar 53 años para que los calamares pudieran volver a decir presentes en el barrio en el que nacieron y dieron sus primeros pasos como institución. 

"El diputado Ferreño enseguida levantó el proyecto y creo que tenemos que destacar que a partir de ahí Platense tuvo el apoyo de todos los bloques políticos y de todos los legisladores porteños. También el apoyo que recibimos desde la jefatura del gobierno de la ciudad con Jorge Macri a la cabeza. Por todo esto es para nosotros una gran emoción haber podido lograr esto. Es algo que nos eriza la piel, que nos genera pertenencia y la emoción de recordar a tanta gente que luchó por esto y hoy ya no está; esto es también un reconocimiento a esa lucha, a esos principios", afirma Ordoñez. Entre la presentación del proyecto y la aprobación se dio un extenso proceso que contempló siete audiencias de consulta pública por las que desfilaron unas 1.300 personas, quienes expresaron su apoyo a la iniciativa. Dado este paso histórico, lo que sigue es formalizar con el Poder Ejecutivo la transición del predio.

Platense tiene un plan de gestión para el predio recuperado. "Queremos llevar toda la actividad social a Manuel Pedraza y Crámer, transformar el polideportivo –que está regenteado por una empresa privada– en un lugar social, donde viva la cultura del barrio; queremos darle una oportunidad a la escuelas de la zona para que puedan usar las instalaciones deportivas; darle la oportunidad al barrio de volver a los orígenes. Volver a Manuela Pedraza y Crámer es regresar al lugar de pertenencia, a lugar en el que Platense dio sus primeros pazos, el lugar en donde nacimos como club", agrega el dirigente que, en estas horas –le cuenta a este cronista–, no para de recibir llamados y felicitaciones de exjugadores, hinchas, socios y dirigentes de Platense, y también de otros clubes.

Cierto es que el deporte une, tiende puentes y Platense vuelve al predio que perteneció a la familia Delcasse con un objetivo noble y claro: abrirle las puertas de la institución a la comunidad, al barrio.