Rosario, ciudad de música. Y de historieta. Para articular tales instancias, Varoner asumió un alias diferente: Fiebre de Oro. El integrante de Golden Boyz se convierte en un paladín de la justicia poética y presenta nuevo disco: Aurum, un álbum conceptual en donde la ciudad trastoca en un escenario parecido al de Ciudad Gótica, entre calles que fusionan músicas y destilan rimas filosas. Toda una experiencia, que el músico presenta hoy, pasada la medianoche, en Centro Cultural Güemes (Güemes 2808). “La idea del show es presentarme como Fiebre de Oro, con su traje y personalidad; de hecho, estoy trabajando con compañeras mías, que hacen teatro, y que me incentivan a actuar dentro del show. Así que habrá algunos momentos un poco teatrales”, comenta Fiebre de Oro (Varoner) a Rosario/12.

El artista del Hip-Hop ya es una referencia ineludible dentro del mundo del rap, junto a sus compañeros Troubless e Irivrte, con quienes integra Golden Boyz. Dicho sea de paso: la película Golden Boyz: Tesoros Invisibles, que dirigen Santiago Galafassi y Agustín Wicki, tuvo su estreno en Cine Lumière a sala llena, donde volverá a verse el jueves 26 de diciembre a las 20. “Me voy a mostrar de otra forma, incluso desde mi manejo con el público, que será con un carácter un poco más frío y trastornado, como los del personaje; al revés de Varoner, que es más exaltado y feliz”, continúa el músico.

-¿Cómo nace la referencia del cómic para el disco?

-Nace desde mi gusto por ellos. Mientras escribía el disco, me compraba novelas gráficas que iba leyendo, y de ahí sacaba mucha información. Pero también está relacionado con un momento de mi vida, en el que yo estaba conectando con mi infancia. En este caso, Batman fue una parte muy importante de mi infancia, y yo estaba un poco perdido, te diría que en excesos y en cosas banales, que me estaban haciendo daño. El disco y Batman fueron un refugio personal, que me dieron impulso. Batman representa algo bueno en mi vida, y valorar a la infancia como un lugar de refugio es algo que no pasa mucho en nuestra sociedad.

-Al mismo tiempo, el disco tiene una mirada crítica, y sobre una ciudad que, por estos días, se jacta de adquirir la mayor cantidad de videocámaras del país.

-Esta crítica nace de siempre querer estar mejor o de que las cosas mejoren para todos, desde lo colectivo, algo que me han inculcado desde mi familia. Creo que, en nuestra ciudad, hay un momento sociopolítico muy grave, que hay que entender y comprender; y si se puede, hacer de eso algo artístico, de una manera linda. Rosario tiene muchas relaciones con lo que puede ser Ciudad Gótica, si bien Gótica ya es un punto ficticio y elevado de criminalidad. Pero son también los lugares así donde nacen ciertas convicciones: la convicción de ponerme un disfraz y de salir a intentar mejorar las cosas.

-¿Cómo fue el proceso de trabajo, junto a Irivrte?

-Hubo dos factores muy importantes en mi relación de trabajo con el “Turco” Irivrte. Por un lado, estábamos los dos escuchando el mismo tipo de música, de rap, que pasamos a denominar “minimal”, porque cuando lo escuchás tiene más sampleos que baterías, si bien las baterías están y no se sacan, como en lo que se conoce “drumless”. Nos atraía el hecho de usar samples, y que el sample tomara la mayoría del beat, pero con baterías que lo acompañen. Al mismo tiempo, nos compramos una bandeja giradiscos Direct Drive, y pudimos pasar el audio del vinilo a la computadora para samplearlo. Fue la vuelta de tuerca que nos abrió un portal a las dimensiones de las ferias y de las tiendas de vinilo. A partir de ahí, ya no era simplemente juntarnos a hacer un tema de rap. Con el Turco fuimos viciándonos de vinilos, recorriendo tiendas y comprando. De esta manera, nació en nosotros un ritual; es decir, el segundo factor: nos juntábamos temprano para buscar unos discos, nos comprábamos algo para tomar, y creábamos los temas. Escuchábamos los discos y sampleábamos una o dos cosas, éramos muy selectivos con el sonido. La mayoría de los temas, excepto “Metamorfosis” y “Persianas bajas”, están sampleados de vinilos. Ya desde un principio, me imaginé un disco que fuera una experiencia o una inmersión en un universo de cómic.

-¿Fiebre de Oro tendrá “continuará”?

-Dentro de lo personal, el personaje representa un proceso de mi vida, el proceso dio frutos y tuve un montón de cambios positivos. De manera que Fiebre de Oro tiene que ver con algo que está cerrado. Pero quiero seguir haciendo música con él, y abrirme a otros conceptos. Esta vez fue Batman el foco principal, pero quiero tomar otro personaje u otro universo como fuentes de inspiración, y adaptarlos a Fiebre de Oro.