A finales de 2023, los depósitos de argentinos en el exterior alcanzaron los 277.793 millones de dólares, lo que representa un aumento del 77 por ciento respecto a los 158.750 millones de dólares de 2013. Así lo reflejó un informe del Instituto de Economía de la UADE. Se trata de un crecimiento anual promedio de casi 12 mil millones de dólares y muestra las tensiones que tiene la economía local al momento de acumular dólares debido a la fuga de capitales. 

Los activos externos del sector privado crecieron en forma exponencial en los últimos años. Se trata de una fuga de capitales que limita el desarrollo económico y la creación de empleo, ya que los recursos no se canalizan hacia inversiones productivas en el sistema financiero nacional. La preferencia por el resguardo de dinero en dólares por fuera del sistema financiero local no solo dificulta la movilización de recursos internos, sino que también ejerce presión sobre las reservas internacionales del Banco Central y alimenta la volatilidad cambiaria y las expectativas inflacionarias.

Según la UADE, un análisis comparativo con otros países de la región evidencia que Argentina lidera en volumen de activos externos, incluso frente a economías más grandes como Brasil y México. En 2013, mientras Argentina registraba 277.793 millones de dólares en activos externos, México contaba con 157.787 millones de dólares y Brasil con 83.685 millones de dólares. Este dato pone en evidencia que la fuga de divisas es más un síntoma de la incertidumbre local que de factores globales.

El documento, mientras tanto, registró que los depósitos privados en dólares dentro de Argentina presentaron una dinámica compleja. Entre 2012 y 2023, estos depósitos aumentaron 7.850 millones de dólares, alcanzando los 15.800 millones de dólares. 

Sin embargo, este monto sigue siendo marginal si se lo compara con los fondos depositados en el exterior: por cada dólar en el sistema financiero local, hay 18 fuera del país. Incluso en su punto máximo, a finales de 2018, los depósitos internos apenas alcanzaron los 28.951 millones de dólares, un nivel significativamente mayor al promedio de 16.000 millones de dólares observado entre 2019 y 2023.

“La disponibilidad de divisas en un país como Argentina es fundamental para hacer frente a la volatilidad de la economía global y un elemento que influye de manera decisiva en las decisiones de ahorro e inversión de los actores económicos”, consideró el documento de la univerdad. En tanto, el informe apuntó que “el incremento sostenido de estas tenencias en el exterior evidencia las inquietudes en torno a la inflación, la inestabilidad cambiaria y las políticas fiscales, que conducen a los ahorristas a buscar opciones fuera de las fronteras nacionales.

Por su parte,  se mencionó que el blanqueo fue este año un catalizador de depósitos. Según la UADE, hubo un crecimiento de los depósitos del 65 por ciento entre agosto y septiembre gracias al Régimen de Regularización de Activos. 

El informe indicó además que la "Cuenta Especial de Regularización de Activos" (CERA) cerró septiembre con 11900 millones de dólares, superando los 7700 millones de dólares registrados durante el blanqueo de 2016. En esta primera etapa del régimen, se lograron blanquear 23.321 millones de dólares.

El documento de la UADE mencionó que el incremento de depósitos y activos en el exterior tiene varias causas. Por un lado, refleja la capacidad de generación de riqueza del sector privado. Por el otro, se mencionó en el informe, evidencia la desconfianza en el sistema financiero local y en las políticas económicas del país. Problemas como la inflación, la inestabilidad cambiaria y la incertidumbre fiscal generan un clima adverso que lleva a los ahorristas a buscar seguridad fuera de las fronteras nacionales.

Al mismo tiempo que la generación de activos externos son un reflejo de la riqueza acumulada, también exponen las tensiones estructurales de la economía argentina. En el informe se planteó que la ausencia de un entorno estable y predecible desalienta la inversión local, profundizando los problemas económicos del país. Sin reformas estructurales que mejoren la confianza y promuevan la estabilidad, resulta improbable revertir esta tendencia.