“En este paisaje incierto, con fe en el siglo (la fe prescinde de explicaciones), los Acalanto de distintas épocas unen por estos días su voluntad para seguir componiendo y grabando. Y para subir (no se ha dado aún con el verbo apropiado para tal tarea) estas músicas a plataformas digitales”, describe en un precioso texto el periodista Gastón Bozzano. Música vigente, que por estos días se hace necesario revisar; sea por los discos publicados y difíciles de encontrar, por las novedades y por las nuevas canciones que vendrán.

“Fue como una bola que se echó a correr, y tomó velocidad y volumen. Empezó hace un año o más, juntándonos con Alberto (Callaci), porque somos amigos y porque teníamos temas nuevos. Comenzamos a trabajar, y cuando surgió el nombre, nos preguntamos: ¿por qué no volver a pensar en Acalanto? Acalanto nos referenciaba, y no hacía falta arrancar de cero. Además, la idea original tampoco era armar un grupo, sino hacer lo que nos gustaba. Estamos en una etapa donde, si nos juntamos, es para disfrutar del momento. Decidimos armar y grabar esos temas, que estaban crudos, y comenzamos a convocar, por supuesto, a los que fueron parte de Acalanto”, comentó Charli Pagura durante la presentación para la prensa que hizo el grupo.

Acalanto reúne una selección de nombres queridos: Pagura, Pichi De Benedictis, Alberto Callaci, Luis Giavón, Irene Cervera, Ethel Koffman. Y Patricia Larguía -fallecida en 2020-, recordada a través de la escucha compartida de “Siete del domingo”, que llenó de emoción a todos. Acalanto significa un recorrido que está sellado en el imaginario popular, desde sus inicios, hace 45 años. 

“Nos reunimos con la idea de producir de una manera colectiva, algo que no sé si todavía existe. Y también porque ésta es una época donde hay que estar; y desde un grupo como el nuestro, que siempre tuvo una ideología muy marcada”, señaló Pichi De Benedictis. Y agregó: “En su momento, apareció una grabación con una canción de Riqui Meneguzzi, un compañero nuestro, de Facultad, asesinado por la dictadura. Su hermano Carlos encontró una cinta, impecable, donde él cantaba ‘Confesiones de invierno’. Y nos metimos en ese proyecto, que dimos a conocer el 24 de marzo, donde arreglamos esa grabación, en la que él canta y nosotros, como en la vieja época, lo acompañamos. Charli, Alberto y yo; la invitamos a Irene, y ahí se fue armando la cosa. Pero también el futuro, porque pretendemos ser una banda abierta y trabajar con otras personas, como un equipo de producción de canciones”.

“Ha habido conjeturas acerca de que Acalanto vuelve a las tablas, pero en realidad no. La reunión tiene que ver con el placer de encontrarnos, de trabajar y grabar, de equivocarnos y tener criterios distintos. Antes, tal vez teníamos que responder a un cliché, porque Acalanto ya representaba un grupo que componía desde determinada temática y con determinada instrumentación, y hoy eso es totalmente pasado. Los temas nuevos que vienen, no sabemos cómo serán, pero sí sabemos que está la intención de producir de la manera en que hoy podemos hacerlo”, comentó Pagura.

 

 

Los discos de Acalanto estaban un tanto desperdigados, ligados al vaivén del paso del tiempo, pero las posibilidades digitales permiten su puesta al día y también alguna novedad. Según De Benedictis: “El disco de CBS (Acalanto, 1981) se había perdido, y CBS no existe más; y del disco que produjo Quique (Llopis), Desconcierto (1987), se había quemado la cinta en un incendio”. Los dos discos ahora están en las plataformas digitales, y el sello BlueArt Records agregó a su catálogo Como enfrentando cenizas, editado originalmente en 1984.  

Pero hay más. Un EP digital con el nombre Veintiveinticuatro que a manera de adelanto ya se puede escuchar uno de sus temas: “Pocho en Gaza”. Y un disco inédito, grabado en los estudios de MIA en Villa Adelina, con Lito Vitale como técnico de grabación. Lo editará BlueArt en formato físico en en 2025.  

De la novedad que significa el recupero del archivo y la nueva música de Acalanto, participaron de la presentación voces amigas, a través de videos en pantalla grande; entre ellos, Modesto López, el productor del primer disco del grupo, en México: “Ustedes fueron el disco número 1 del sello Pentagrama; por eso, en nuestras oficinas está la foto de ustedes y también la placa, el acetato, con el que grabamos el primer LP que hicieron aquí, en México”; Juan Carlos Baglietto: “Celebro profundamente que se vuelvan a reunir; tengo el mejor de los recuerdos de aquellos shows, en algún caso compartidos, en Corchos & Corcheas en la calle Mitre. Fueron un referente para mí, como artistas y compositores. Me alegra que vayan a hacer cosas nuevas, y si tienen ganas de compartirlas, un servidor rosarino está dispuesto”; Rafael Bielsa: “Recuerdo el hermoso poema de Juan Gelman: Ha terminado el mes/ y el hijo sin venir/ y mi hermano sin volver; ésa era nuestra vida, y escuchábamos Acalanto. Acalanto nos mostraba una forma del pasado y nos permitía pensar el futuro. Somos los que somos porque escuchamos Acalanto”; Horacio Vargas (director de BlueArt): “Recuperar un disco importante de Acalanto para las plataformas digitales de todo el mundo, es una forma también de reconciliarse con estas nuevas tecnologías; hoy este disco está disponible para aquellos que lo escucharon y lo tuvieron en los ’80; y para aquellos que hoy, jóvenes y no tan jóvenes, puedan descubrir grandes canciones y grandes letras”. 

"Nos reunimos en el hotel Riviera para festejar que la discografìa de Acalanto que ya está disponible en las plataformas digitales, y tambien para recordar tiempos lejanos, donde fuimos partìcipes y protagonistas de toda esa movida que le cambió la cara a la mùsica rosarina de la mano de la ida de la dictadura y la llegada de la democracia", señaló Daniel Calvo, ex manager del grupo junto a Ricardo Alongi.

De este disco recuperado, Como enfrentando cenizas, dijo De Benedictis: “Ese disco se empezó a grabar el 11 de diciembre de 1983, o sea, el día después que Alfonsín asumiera la presidencia. Fue todo muy intenso”. Toda una época. Matices mediante, mucho cambió. Mucho más debiera hacerlo. La poesía de Acalanto lo recuerda, y se proyecta.