Centenares de vehículos y personal militar rusos empezaron a retirarse del sur de la provincia siria de Homs y de Damasco bajo protección de la coalición insurgente que derrocó al presidente sirio Bachar al Asad, que era próximo aliado de Moscú, informó este viernes el Observatorio sirio de Derechos Humanos.
La ONG, con una amplia red de colaboradores en el terreno, afirmó en un comunicado que "las fuerzas rusas comenzaron a retirarse de la zona de Hasiya, al sur de Homs, hacia la ciudad, para luego reunirse en la base de Hmeimim, en la zona rural de la (ciudad mediterránea de) Latakia".
Aseguró también que "un convoy de unos 250 vehículos que transportaba a personas de diferentes nacionalidades, entre ellas rusas, bielorrusas y coreanas, además de personalidades de algunas embajadas" ha salido de Damasco hacia la misma base, en el noroeste del país árabe.
"Este convoy se trasladó desde Damasco hacia la base de Hmeimim bajo la protección directa de 'Hayat Tahrir al Sham' (HTS), que confirmó que no permitirá que se haga daño (al convoy) mientras pasa por sus zonas de control", aseveró.
El islamista HTS, u Organismo de Liberación del Levante, lideró la alianza de grupos armados rebeldes que el pasado 27 de noviembre lanzó una ofensiva relámpago desde el noroeste de Siria y logro entrar en Damasco y derrocar a Al Asad en apenas doce días, tras tomar las capitales provinciales de Alepo, Hama y Homs.
Asilo político
El comunicado de la ONG llega después de que el viceministro de Exteriores ruso, Mijaíl Bogdánov, anunciara el jueves que su país, que era principal apoyo de Al Asad, al que concedió asilo político, había entrado en contacto con representantes del HTS.
"Hemos establecido contacto, por supuesto. Con el comité político que trabaja ahora en uno de los hoteles de Damasco. Allí se reúnen con representantes de la comunidad diplomática", dijo Bogdánov, e indicó que "estos contactos tienen lugar en una atmósfera constructiva". En cuanto a las bases militares rusas en Siria, el diplomático ruso aseguró que "se quedan allí donde están, en territorio sirio".
Moscú ha mantenido desde la deposición de Al Asad una postura extremadamente prudente y se ha abstenido de tachar de terroristas a los grupos que participaron en la caída del régimen, con el objetivo de llegar a un acuerdo con las nuevas autoridades sirias sobre el futuro de su base naval en Tartus y el aeródromo en Latakia.
Los festejos
Mientras tanto miles de sirios celebraron este viernes en las calles la "victoria de la revolución" tras la caída de Asad. Una ola de hombres, mujeres y niños se congregaron el viernes en el centro de Damasco y en otras ciudades como Alepo, en el norte, y Sueida, en el sur, en un ambiente festivo y con la bandera de tres estrellas, símbolo del movimiento prodemocrático de 2011, adoptado por las nuevas autoridades.
El clima de júbilo, sin embargo, estuvo también teñido de gravedad. Decenas de fotos de personas desaparecidas a manos de los antiguos servicios de seguridad fueron expuestas en las paredes de la mezquita, un recordatorio de la dolorosa búsqueda de sus familiares tras décadas de represión.
"Los Asad padre e hijo nos oprimieron pero nosotros liberamos nuestro país de la injusticia", celebró en Alepo un policía de 47 años. "Nuestra alegría es indescriptible", afirmó Haitham Hudeifa, de 54 años. "Unido, unido, unido, el pueblo sirio está unido", entonaron los fieles en la mezquita de las Omeyas de Damasco.
Abu Mohamed al Jolani, el jefe del grupo islamista Hayat Tahrir al-Sham (HTS) que lideró la coalición rebelde, alentó los festejos. "Quiero felicitar al pueblo sirio por la victoria de la revolución y los llamo a salir a las calles para expresar su alegría", declaró.
Evitar un resurgimiento del EI
Por otra parte la comunidad internacional se movilizó para responder a los sucesos en Siria. La ONU estimó en más de un millón los nuevos desplazados desde que empezó la ofensiva rebelde.
Los dirigentes de los países del G7, que reúne a las principales potencias occidentales, dijeron que apoyarán un gobierno "inclusivo" y exigieron que respete los derechos de las mujeres y las minorías. Jordania anunció acogerá el sábado una cumbre sobre Siria con ministros y altos representantes diplomáticos estadounidenses, europeos, árabes y turcos.
El secretario de Estado norteamericano, Antony Blinken, repitió en Irak y en Turquía que Estados Unidos trabajará para evitar que reaparezca el grupo yihadista Estado Islámico (EI). En Jordania, el canciller estadounidense hizo un llamado a una "transición inclusiva" que conduzca a un gobierno "responsable y representativo".
A su vez el presidente Turquía, Recep Tayyip Erdogan le dijo a Blinken el jueves que su país "no permitirá jamás la debilidad en la lucha contra el EI". Pero subrayó su determinación a impedir que el Partido de los Trabajadores de Kurdistán (PKK, separatista) se aproveche ahora de la situación en Siria, refiriéndose e esta agrupación considerada por Turquía como terrorista y núcleo de las FDS.
El ministro israelí de Defensa, Israel Katz, ordenó el viernes al ejército que "se prepare para permanecer" todo el invierno boreal en la zona de contención entre Israel y Siria, en la meseta de los Altos del Golán, parcialmente anexada por Israel.
Israel realizó en los últimos días cientos de ataques en Siria contra instalaciones militares estratégicas. Su objetivo es que los equipos del ejército sirio no caigan en "malas manos", declaró Blinken.