El 10 de agosto de 1976, Norberto Torres, un joven de 17 años de Los Cardales, fue secuestrado de su casa por una patota policial. Nunca se supo qué pasó con él. Su nombre integra la lista de detenidos desaparecidos incluidos en el informe Nunca más. Del operativo en el que dejaron maniatados a sus padres para arrancarlo de su habitación en medio de la noche, se enteró todo el pueblo. El silencio, sin embargo, cubrió el infierno de pueblo chico. Del estudiante del Instituto José Manuel Estrada de Capilla del Señor nadie habló más. Hasta que en 2003, un grupo de estudiantes recuperó su historia a través de un programa de la Comisión Provincial por la Memoria, Jóvenes y Memoria. El material fue luego recuperado por otro grupo de estudiantes, en 2016. Fue entonces cuando el Consejo Deliberante de Exaltación de la Cruz instituyó una distinción en homenaje a Norberto Torres, como un modo de preservar y expandir una memoria silenciada durante tantos años. 

El primer distinguido por su "compromiso ético con la Memoria, la Verdad y la Justicia, en la lucha por los derechos humanos" fue León Gieco, quien el viernes recibió el reconocimiento -en forma de un hermoso grabado de la artista local Milagros Cámera, quien cuando era estudiante participó de aquel primer trabajo de investigación de Jóvenes y Memoria-. El intendente Diego Nanni hizo entrega del premio que ya tiene un lugar reservado en el museo que León levantó en su Cañada Rosquín Natal.

Desde la distinción a Gieco, que no pudo entregarse oficialmente en su momento por la pandemia, cada 24 de marzo se entrega este reconocimiento "Norberto Torres". El año pasado lo recibió el fiscal Pablo Parenti, vecino de Capilla, a cargo de la Unidad Especializada para Casos de Apropiación de Niños y Niñas durante el Terrorismo. El año pasado, se eligió a las tres personas que, encadenando acciones, permitieron que la historia de Norberto Torres no quedara en el olvido. Los distinguidos fueron Diego Díaz, el autor del primer texto que dio a conocer la historia de este joven. Ese texto fue realizado a partir de una producción escolar, que había impulsado la profesora Ana Alzugaray. Y, finalmente,a Juan Vitali fue el realizador del video que cuenta la historia del joven desaparecido.

"La memoria no desaparece", insiste e video que produjeron los jóvenes de la Escuela Media N° 1 de Los Cardales. La producción escolar no solo recupera la historia de Norberto, un joven como ellos, incluso con testimonios de testigos directos del secuestro. También se detiene en lo que llaman "un protagonista inesperado": el silencio que surgió durante la investigación, en las consultas con los vecinos, y que forma parte indisoluble de esta trama.  

La distinción que se entregó ayer a Gieco es, entonces, otra forma de dar voz a la memoria.