César Angeleri cerrará su año este domingo 15 a las 18 en la Casa Polaca (Borges 2076). Fue un año intenso –aunque todos lo son para el guitarrista, cuando uno se detiene a observar su frondoso currículum- que incluyó el reciente lanzamiento de un nuevo disco: Punto de partida: lo que sigue, que presentará formalmente en 2025, aunque los ansiosos podrán escuchar algo esta ocasión.

“El punto de partida no es un disco, es un proyecto que abarca aristas, puntas, está escrito para cuarteto, pero también para trío y para orquesta. El formato se acomoda según la situación”, explica a Página/12 en su estudio. Lo que sigue debe entenderse, concede, como una continuación de Punto de partida, un disco que lanzó en 2019, y que ya entonces se proponía como un camino a seguir. Los cambios impuestos por la pandemia trajeron nuevos músicos. “Que ahora me acompañen otros músicos trae otros colores también, y esto sí estaba planeado, porque vos cuando arreglás tenés que saber con quién contás para sacar lo mejor de los músicos”, comenta. “Capaz un músico es rítmicamente muy groso, entonces digo vamos por ahí”, plantea.

Con cuarenta años de carrera, el título del díptico de discos parece una humorada. Pero nada más lejos de Angeleri. “Yo considero que siempre estamos aprendiendo, cuando uno cree que se las sabe todas, empezó a perder”, se pone serio. “Vivo así, para siempre estar abierto a aprender, incluso en el conservatorio donde doy clases, el Manuel de Falla”, señala.

¿Y el pasado? “El pasado te sirve, es el patrimonio que tenemos nosotros. La guita se va mañana, o pasado. O antes de ayer. Vos podés quedar en la lona en 24 horas, pero el único patrimonio que tenés es esto. Esto no te lo saca nadie. Es tu patrimonio, tu construcción”.

Para Angeleri el pasado son 12 discos solistas, pero más de un centenar de discos en su guitarra, en proyectos grupales o como invitado de colegas. Para hacer tanto, se alimenta de lo que tiene alrededor. También del tradicional quilombo porteño. “Viste que de cada quilombo siempre sale algo. Del bienestar es muy difícil que salga data grosa para componer, vos tenés que estar muy claro para que tengas un buen pasar y puedas seguir componiendo y laburando como el primer día”.

“Un músico tiene tres características diferentes: la parte rítmica, la armónica, es como la ropa. La melodía somos nosotros. Eso no cambia. ‘El día que me quieras’ es ‘El día que me quieras’. No cambia. Pero la pilcha son el ritmo, la armonía. En general un músico es fuerte en algo, el mío es lo armónico y lo rítmico, por eso este disco ahora suena más rítmico, porque fui para el lado donde me sentía más cómodo”.