TEXTO: Sergio Sánchez
FOTOS: Alejandra Morasano
"¡Gracias al hip hop! ¡Es amor y unión", lanzó Trueno varias veces frente a 30 mil personas extasiadas. Es que su nuevo disco, El último baile (2024), justamente está dedicado a la cultura hip hop de todas las épocas. Una cultura de la que el rapero y compositor de La Boca se siente parte y reivindica desde muy pequeño. Desde allí canta, escribe y reflexiona Trueno. "Somos el nuevo rock and roll", canta casi el final en Sangría, más como un signo de época o de continuidad que de ruptura. De hecho, entre sus cambios de vestuario se lo pudo ver con una remera que decía: "No bombardeen Buenos Aires", un claro guiño a Charly García y a la cultura rock.
¿A quién le canta Trueno? En principio, a una generación sub 25 que el viernes a la noche llenó el estadio ubicado en Caballito. Una generación que no piensa tanto en términos de géneros y que disfruta con la misma naturalidad un solo de guitarra rockero, un reggaetOn bien picante, un trap midtempo o una batalla de freestyle.
Pero desde arriba hay un mensaje muy claro. Trueno habla de comunidad, federalismo y de reivindicar las raíces. El barrio de Trueno es el hip hop y su gente. "Siempre ready, mato y muero por mis ñeris/ Tengo al barrio haciendo party, ya no importa si no hay money/ Hacemos historia, vos estás haciendo story", canta en una barra de Plo plo!. Después, en Fuck el pólice activa el pogo y le dedica unos versos a los "dinosaurios que avalan a los milicos": "Hip-hop pa' que tenga y pa' que guarde/ Se rascan el bigote pero es demasiado tarde/ Videla y Massera ya lo pagaron con sangre/ 911 veces me cago en su yuta madre".
Luego, baja el pulso en el trap de amor Night y se pone existencialista y reflexivo en Rain III; también le canta a su "gente y al barrio" en Buenos Aires en llamas y convoca de nuevo al pogo en el trap Panamá –que en el disco tiene una colaboración con Duki–, a fuerza de guitarras rabiosas y la batería al palo.
Entre la oscuridad de Eminem y la picardía de Daddy Yankee, dos de sus principales influencias, Trueno va desde el hip hop vieja escuela en No cap hasta el reggaeton más sensual y pistero en Como antes, ambas de El último baile. Pero también dialoga con el perfume del tango y el misterio de Yupanqui en Argentina ("Me llaman abandonao") y reivindica las raíces indígenas y la diversidad cultural en Tierra Zanta, en la que participa Víctor Heredia. "Es una canción que le hice a mis hermanos de mi comunidad. No importa el color de ojos o de piel. La música es unión. En un mundo donde nos quieren dividir, somos todos familia y tenemos que estar juntos", dice Trueno.
"¡Qué año de loco! Gracias por todo. En 2023 hicimos un Vorterix, algo chico. Y no esperaba lo que iba a pasar con El último baile. Superó todas las expectativas. Hubo una canción que explotó. Argentina está en la casa más que nunca", larga antes de Real gangsta love, una canción que en YouTube alcanza las 45 millones de escuchas. Luego, para Sudaka invitó a Dante Spinetta ("Uno que hizo un poco de historia") y siguió con el rap Background. También se sumó a la fiesta y a la pista de baile Tiago PZK, en Salimo a la noche, y el perreo terminó de explotar en Ñeri.
El show de Ferro continuó en clave hip hop. En un momento, subió su papá, el rapero Pedro Peligro, y preguntó al público con tono de arenga: "¿Quién vio campeón a Trueno en la Red Bull? ¿Y en la FMS? ¿Alguien viene de la época de El Quinto Escalón?". Con esa intro, subió al escenario el tercer invitado de la noche, Acru, rapero unos años mayor, que compartió días, noches y batallas con Trueno, Wos, YSY A y Duki, por nombrar algunos de esa camada. Ante la euforia del público, Trueno y Acru se cruzaron en una contienda de freestyle.
"Hay días en que la vida se pone difícil, pero estos momentos me dan ganas de seguir adelante. Lo dice Mateo, no Trueno. Argentina va a ser siempre mi puta casa", dijo el músico de 22 años, emocionado y con orgullo, después de más de dos horas de show. Entonces, se mandó con una batería de hits de su disco debut, Atrevido (2020): Mamichula, Atrevido, 20.1.9, Cucumelo y Sangría. El último baile de Trueno no indica ningún final, sino un nuevo comienzo, una nueva etapa. La continuidad de un futuro prometedor.