No existe lujo más caro que mandarse a hacer una ciudad. Pero si uno tiene 40 casas y varios palacios y aun así le sobra muchísimo, ¿a qué más podría aspirar? Magnates tecnológicos y reyes del siglo XXI sueñan smart-cities como proezas ingenieriles e islas de superlujo, utopías a salvo de un mundo cada vez más desigual e inestable, donde se sobrevalora lo que escasea: aire puro, un hiper-confort e
Los billonarios planean smart-cities libertarias a puro lujo, con leyes autónomas
Las utopías urbanísticas high-tech de reyes y CEOs
Arabia Saudita construye una ciudad lineal de 170 km y Elon Musk fantasea urbes corporativas libres de impuestos --para él-- donde instalar a sus empleados. Una gobernanza algorítmica para una elite de creadores aislados de la polución y la inseguridad.
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