El año que se despide no fue grato para Boca, debido a que se le hizo imposible lograr alguno de los objetivos que se propuso en materia futbolística. En ese sentido, el cambio de entrenador muestra los inconvenientes que padeció el equipo.

La última escala que tiene por delante es lograr un lugar en la Copa Libertadores de 2025, pero lo sorpresivo es que depende de quién sea el campeón de la Liga Profesional este domingo. La consagración de Vélez o Talleres le permitirá tener la posibilidad de jugar la fase de repechaje del torneo. De lo contrario, volverá a participar de la Copa Sudamericana.

Las cinco victorias en los últimos seis partidos de la Liga lo envalentonaron para ocupar ese lugar deseado en el máximo torneo continental. Sin embargo, la irregularidad en el juego fue una constante. Y esa tesitura no se modificó ante Independiente, un rival que levantó su producción en el último mes, y también jugará la Copa Sudamericana.

El mayor inconveniente de Boca se centra en el mediocampo. El técnico Gago todavía no pudo encontrar los nombres indicados para esa zona de la cancha, y frente a los de Avellaneda ingresó el juvenil Delgado en lugar de Miramón. Si bien pudo combinar en algunas acciones con Zenón y Fernández, el traslado de la pelota no tuvo fluidez.

El más desequilibrante, una vez más, volvió a ser Zeballos, que desbordó con frecuencia por la izquierda, y buscó tanto a Giménez como a Merentiel con los envíos de la pelota al área.

Independiente tampoco derrocha fútbol. Loyola y Millán son los que arman el circuito ofensivo, y se tratan de conectar con Hidalgo y Tarzia. Entre los cuatro intentan prevalece y habilitar con precisión a su goleador Avalos.

Millán fue el que estuvo muy cerca de convertir en el segundo tiempo, cuando tocó la pelota luego de una mala salida de Brey. El defensor Rojo fue el que lo evitó al rechazar justo en la línea.

La defensa del conjunto de Vaccari presentó algunos desacoples, sobre todo por el lado de Vera. Esa franja aprovechó Zeballos para generar peligro, y en otra de sus apariciones hizo rebotar la pelota en el palo.  

El visitante, con el correr de los minutos, se fue animando y se acercó con frecuencia al área de Brey. El arquero respondió ante un tiro de Sporle, y luego ante un cabezazo de Marcone. Lo poco que transmitía Boca generó la reacción de su gente, que le empezó a exigir a los jugadores mayor entrega. Pero desde la cancha no hubo respuesta.

[email protected]