“Nos dicen que somos quienes iluminamos el camino, y nosotras insistimos en que esa luz hay que mantenerla encendida”. La frase es un agradecimiento, una conclusión, un aviso y, a la vez, un mensaje de esperanza. La autora es Taty Almeida. Taty, una de las cinco incansables que desde hace casi 50 años visten el pañuelo blanco de la resistencia, de la persistencia, de la lucha digna y abrazadora, fue electa esta semana como la nueva presidenta de la Línea Fundadora de las Madres de Plaza de Mayo.

Una asamblea de la que participaron las Madres Carmen Lareu y Vera Jarach, el grupo de hermanes (de detenidos desaparecidos), compañeres y colaboradores la eligió como nueva presidenta del organismo en reemplazo de Enriqueta Maroni. “Enriqueta lamentablemente hace tiempo que por razones de salud no sale, no puede participar, no habla, no opina, pero esta elección es más que nada una oficialización y a la vez algo que no va a implicar variaciones porque voy a seguir mientras pueda haciendo todo lo hago hasta la fecha”, puntualizó Almeida.

Lidia Stella Mercedes Miy Uranga era docente. Tenía 45 años el 17 de junio de 1975 cuando Alejandro Almeida, el segundo de sus hijos, fue secuestrado y desaparecido por la Triple A. Taty, como se la conoce en Argentina y en el mundo, se sumó a Madres de Plaza de Mayo en 1979. En democracia continuó su participación en la Línea Fundadora del organismo. Junto a Nora Cortiñas, que falleció en mayo pasado, es de los pañuelos más activos, más presentes, más escuchados. Carmen y Vera Jarach asisten bastante seguido a las rondas de los jueves. La partida de “Norita”, sin embargo, no fue la única que sufrió el colectivo –el movimiento de derechos humanos, el país todo– en 2024. Fallecieron Sara Rus, Herenia Martínez Camara, Mirta Baravalle. “También se nos fue la Tana”, recordó Almeida, en recuerdo de Lita Boitano, referenta de Familiares de Desaparecidos y Detenidos por Razones Políticas. “Pero acá quedan los hechos y quedamos nosotras, las poquitas, pero que no estamos solas de ninguna manera”, rescató la flamante presidenta.

–¿Cuán importantes son las Madres de Plaza de Mayo en este momento de la historia de Argentina?, ¿Por qué?

–Si hay algo importante para hacer en estos tiempos es resistir. Y las Madres sí que sabemos hacerlo. Por todos lados nos dicen que las Madres somos quienes mostramos el camino, quienes demostramos y enseñamos con el ejemplo una manera de luchar por un reclamo y de resistir en esa lucha. Nos llaman heroicas. Y, realmente, nosotras podremos iluminar con nuestro ejemplo el camino de lucha, pero también insistimos en que a esa luz hay que mantenerla siempre encendida. Hay que estar, hay que hacer memoria, hay que transmitirla a las nuevas generaciones siempre, hay que contar, hay que insistir, hay que caminar, no hay que rendirse. Yo voy a muchos lugares, me invitan centros de estudiantes, incluso de colegio primarios. Y cuando hablo a mí me emociona la atención con la que me escuchan, me miran, me preguntan. Y yo en cada lugar en donde hablo, digo: “Re sis ta mos”.

–¿Frente a qué hay que resistir hoy?

–Frente a este gobierno arrasador, a esta realidad que duele. Cuando este gobierno empezó a dejar de ser una posibilidad remota, una amenaza lejana, nosotras pensábamos que iba a ser un desastre. Pero fue mucho peor. Lo que (Javier) Milei, (Victoria) Villarruel y los que están con ellos hicieron con el país raya lo insólito. Lastima comprobar el odio con el que están gobernando. Los ataques a la democracia fueron y son diarios, su regocijo en pegarle a los jubilados, en empobrecerlos, su batalla diaria contra los derechos humanos y, en especial, su encono con querer cambiar los hechos concretos de esa parte tan triste de nuestra historia que fue la dictadura, que se llevó a nuestros 30 mil, las violaciones a los derechos humanos. Más triste aún es recordar que avisó que lo haría y cumplió. Pero lo importante es resistir. No hay que bajar los brazos, tenemos que demostrar, y lo estamos haciendo con los hechos, que no nos han vencido.

–¿En qué se parece esta resistencia a la que sostuvieron ustedes?

–Argentina es la única parte del mundo que parió a este grupo de mujeres madres, también algunos padres, que salieron de sus casas, de sus cocinas a reclamar sin saber bien cómo, sin recetas, por sus hijos e hijas, que de un día para el otro ya no estaban más. No somos heroicas, hicimos lo que cualquier madre haría si le arrebatan lo más preciado. Un poco es lo que está sucediendo hoy, que le están arrebatando al pueblo derechos, que son tesoros.

Además de reunirse en asamblea para renovar autoridades, las Madres de Plaza de Mayo de la Línea Fundadora elegirán este lunes a los integrantes de una subcomisión “para formalizar el trabajo diario de muchos y muchas militantes que hace años que están con nosotras colaborando, haciendo cosas muy interesantes. Nosotras ya estamos delegando. Ellos y ellas son el recambio, eso que garantice que cuando ya no estemos nuestra lucha, esta lucha que ya no nos pertenece porque nos trasciende, va a continuar. Realmente es una maravilla como estas nuevas generaciones tienen presente la memoria, esta memoria que este hombre que gobierna hoy quiere borrar. No lo va a lograr ni por casualidad, lo que pasa en Madres es garantía de que eso no será posible”.

–¿Cuáles son los desafíos que presenta este presente y el futuro?

--Acá lo principal es la unidad, la unidad de los nuestros. Hay que tener muy en claro quién es el enemigo. Y tenemos que estar unidos, más unidos que nunca. Es la única manera que vamos a poder afrontar toda esta malaria, esta maldad, a este hombre y sus secuaces. Hay que hacer lo que las madres hace 47 años hacemos y decimos: la única lucha que se pierde es la que se abandona. Yo tengo esperanza, porque es lo único que se pierde.