Este miércoles 18 de diciembre se estrena por YouTube el último capítulo de “Un futuro sin vos”, la primera serie original producida por un canal de streaming. Protagonizada por Esteban Lamothe, Gonzalo Heredia y Galia Moldavsky. Un futuro sin vos es una ficción que se desprende del programa que emite el canal de streaming Blender, los martes a la medianoche, Galanes en temporada baja.
La serie está escrita y dirigida por Facundo Diaz y Matias Bertelli, producida por Blender y cuenta con la participación especial de Julieta Cardinali, Sebastián Wainraich, Manu Jove, Facha Espi, Malena Sánchez, Guille Aquino, Pablo Mir, Juanita Groisman, Juan Ruffo, Julia Funari, Ana Schimelman, Tomas Masariche, Max Suen, Almudena González, Felipe Saade, Julia Zlotnik, Matu Rosu y Facu Díaz.
Facundo Díaz, guionista de la serie y coordinador de contenidos creativos de Blender, es oriundo de la Provincia. Díaz creció y vivió toda su vida cerca de la Panamericana, en el partido de Vicente López, al borde de Munro. Siempre padeció que todo pasara en Capital. “No se dan cuenta los porteños, pero tienen todo a la mano. A diez cuadras o veinte a la redonda, hay un lugar para hacer teatro, otro para aprender a escribir, otro para hacer un curso de lo que quieran. Eso en mi barrio no pasaba. Incluso es un barrio de personas grandes, tiene otra tonalidad”, explica y agrega que eso igualmente le dio una subjetividad tranquila que trata de hacer parte de su oficio.
Estudió Comunicación Social en la UBA y recuerda que siempre disfrutó mucho de la literatura y la poesía. “Internet me atrajo como concepto desde el principio, me interesaba mucho el lenguaje propio que se maneja”, dice Díaz, que tiene casi treinta años y fue uno de los primeros en hacer streaming en el país. Durante la pandemia condujo un programa por Twitch que no tenía título y salía por Somos Beba, un medio feminista. Después creó el programa “Periodisca” junto con Juli Luna y Daniel Arzúa. Luego llegó a “Somos Mate” de Ivana Szerman, un medio de humor político en donde comenzó a escribir el guion del noticiero diario. A Blender entró como Community Manager y fue ascendiendo hasta ser el coordinador creativo del canal. También conduce el programa “Las inferiores de Blender” con Anacleta Chicle y Jere Juárez.
“Hay diferentes acepciones de lo que es ser un streamer. El streamer originalmente lo hacía desde su casa. Pero rápidamente aparecieron los canales. Yo creo que desde Argentina se le da otra impronta al género, porque somos un país con una industria de la comunicación muy fuerte. Hay una gran tradición radial y televisiva. Es algo muy común para nosotros sentarnos a escuchar y debatir un programa”, relata.
Blender, con esta serie de ficción, se lanza como productora de contenidos en un momento de crisis total de las producciones ficcionales en Argentina, producto del desfinanciamiento y del éxito de las megaplataformas internacionales que fueron dejando sin público a los canales de televisión. Para Díaz, el streaming local es una suerte de televisión de bajo presupuesto y suponía que tarde o temprano iban a empezar a producirse series y películas, así que quiso adelantarse.
La primera serie que presentaron junto con Matías Bertelli no prosperó. Ellos venían trabajando como dupla haciendo los spots publicitarios de los programas del canal. Cuando les tocó hacer el de “Galanes en Temporada Baja” se dieron cuenta de que había algo interesante ahí, algo que podían explotar más.
“¿Por qué los galanes estaban en temporada baja? ¿qué representaban antes para la mujer tradicional y qué representaban ahora? En el spot se la podía ver a Galia, como una mujer refugiándose en su novela favorita y a partir de esta insatisfacción en su vida cotidiana terminaba entrando a la novela que le gustaba, como sucede en La Rosa Púrpura del Cairo de Woody Allen, pero al revés”, dice Díaz. A Lamothe y Heredia les interesó la premisa del spot e insistieron en que se desarrollará como miniserie.
“Un futuro sin vos” parodia las novelas y comedias románticas. Se burla de sus estereotipos y recursos narrativos. En la serie, los personajes se van quedando sin memoria, ciegos, se embarazan sin razón, solo “para que suceda algo”.
Galia es una chica “normal” que tiene una discusión con su pareja y se refugia en lo de su abuela, que tiene la novela diaria encendida. Ahí es abstraída por el televisor e ingresa al mundo de la ficción como protagonista, en donde será disputada por los dos galanes protagonistas. Heredia (un jefe malo y cursi) y Lamothe (un hombre forzudo que resuelve y arregla cosas sin parar).
La serie se emparenta y juega con referencias a “Barbie” (de Greta Gerwin), “Como si tuviera 30”, “Toy Story”, “La rosa púrpura del Cairo” y en términos locales, con “Porno y Helado” (de hecho cuenta con la colaboración de Martina López Robol, una de las autoras). “Trabajamos con un universo exagerado al que se le ven los hilos constantemente. Hay un loop artificial que al personaje de Galia le asquea y aburre. Lo que parecía divertido desde afuera desde adentro se vuelve vacío”, dice Díaz.
Actualmente, en internet corren como agua los videos de gurús que intentan explicar el arte de la seducción y garantizan fórmulas para tener éxito en el amor. Si antes el “para siempre” estaba en exceso idealizado y no había pistas de lo que pasaba después de encontrar al amor, ahora hay toda suerte de manuales para retener el cariño como si de una receta se tratara. Son videos cortos que circulan constantemente e imponen un modelo donde hombres y mujeres cumplen su rol a rajatabla y cualquier excepción a la regla o desvío de la hegemonía, inaugura una nueva etiqueta. En la serie aparecen dos estereotipos, el hombre proveedor y el hombre cursi, que se pelean por el amor de una persona que no saben quién es. El personaje de Galia está todo el tiempo aclarando su nombre y proponiendo “tener conversaciones de verdad” o que al menos los impliquen subjetivamente, los hagan salir de “la repetición del discurso aprendido” y rompan con lo solemne. El amor como un monumento o una estatua. Pero estos hombres no pueden dejar de hacer aquello por lo que creen serán amados: arreglar cosas, mostrar sus músculos, leer poemas, dar regalos extravagantes. El programa pareciera dar ahí con el quid de una época. El onanismo. Sólo pueden mirarse a sí mismos y a su performance. El amor como un acting, en donde el sujeto que se supone desean reclama su identidad. Su nombre propio. Su rasgo particular.
En la serie las cosas suceden tan rápido que los personajes no se dan cuenta. Galia dice: “Ya me sacaste y pusiste el saco, ya comimos, ya tomamos, ¿cuándo pasó esto?”. No hay tiempo para instalarse en las escenas porque ya hay algo nuevo sucediendo. Como si la vida y la ficción estuvieran funcionando bajo la lógica del “scrolleo”. Importa más lo que se dice y sugiere que lo que pasa. Es ahí donde la serie planta su bandera contra el amor como producto. Pareciera decirnos que el problema no es la idealización del Otro sino su ausencia. El Otro ya prácticamente no tiene lugar en la escena. No importa. Da lo mismo. Es solo público cautivo. Testigo funcional.
Pero el material se balancea entre el homenaje y la parodia sobre lo romántico, ya que Díaz es un gran fanático y consumidor de romcoms y es ahí donde encuentra su ternura. Otro gesto que se agradece y embiste contra el cinismo “del reino del baiteo”.
La serie también cuenta, entonces, una historia de amor alejada “de lo ideal”. Más cotidiana y menos perfecta. Historia de amor entre el personaje de Galia Moldavsky y el de Juan Ruffo (co-conductor en la vida real del programa de Tomás Rebord “Hay algo ahí” y también pareja de Galia). “Yo no quería que fuera una historia solamente absurda sino proponer una forma de readaptar esas historias que tanto disfrutamos”, dice Díaz.
La escritura del guión también contó con la colaboración de Martina Cruz y de Matu Rosu. Heredia y Lamothe también aportaron mucho desde la improvisación. El rodaje fue exprés. En diez días filmaron todo. La serie la escribieron en un mes y medio.
“Hoy en día, internet está repleto en su noventa por ciento de basura. Contenidos que son virales un día y después desaparecen. Creo que es necesario jugársela con materiales que sean diferentes, que se escapen de lo funcional, que puedan proponer formas interesantes de pensar nuestras realidades”, concluye Díaz.
El 17 de diciembre se proyectará el último capítulo de “Un futuro sin vos” en el Teatro Broadway (Av. Corrientes 1155) a las 18:30. Las entradas se pueden adquirir por Passline.