“Esto es bastante desalentador”, plantea Jimena Rubio y respaldan el resto de los expositores respecto de los efectos en la industria nacional de las políticas del gobierno de Javier Milei, en el marco de la Tercera Jornada de Economía para el Desarrollo de la Provincia de Buenos Aires realizada en Mar del Plata por el Ministerio de Economía bonaerense que comanda Pablo López

Con la concentración del 55% del empleo industrial de todo el país, la Provincia se ve particularmente afectada por la apertura desenfrenada a las importaciones y el retraso cambiario, lo que ya se expresa en una merma en las ramas más afectadas por las desregulaciones, que representan el 19% del Producto Bruto Geográfico industrial bonaerense, alertan desde la organización Fundar. Pero más allá de los retrocesos, el panel llamado “Panorama macro - Preguntas clave para el futuro” también sirvió de plataforma para pensar hacia adelante en clave de desarrollo y crecimiento, pese a todo.

Palabras más, palabras menos, Jimena Rubio de Fundar, Nicolás Segal del Instituto de Trabajo y Economía Fundación Germán Abdala, Germán Muiño del Cepa, Lucía Cirmi Obón de Paridad en la Macro y Futuros Mejores, y la periodista Estefanía Pozzo, coincidieron en el trazo grueso del plan económico liberal/libertario y sus principales consecuencias. Entre ellas, enumran la pérdida de empleo registrado industrial en el marco de una mayor apertura comercial, la flexibilización y eliminación de barreras no arancelarias, el retraso cambiario para contener la inflación, mayores facilidades y menores costos para importaciones para consumo personal de bienes como también a futuro la intención de avanzar con Tratados de Libre Comercio con Estados Unidos y la Unión Europea. También apuntaron que las desregulaciones en las importaciones tienen como sectores más afectados al textil e indumentaria, calzado, electrónica, productos electrónicos y eléctricos, de acuerdo a los estudios disponibles.

Esas políticas, señalaron, fueron acompañas por un desarme de los programas de fomento de las industrias nacionales, como fue la derogación de la Ley de Compre Nacional que generaba una preferencia por los productores locales por sobre los extranjeros. Algo similar sucedió con la Ley de Promoción Industrial y el Programa Nacional para el Desarrollo de Parques Industriales.

Estas medidas propiciaron una fuerte caída fuerte en los ingresos en distintos sectores y segmentos, jubilados y asalariados entre los más afectados, lo que generó una caída en el consumo, tanto según las estimaciones de privados como las del propio Indec.

Capacidad a futuro

“La estabilidad macroeconómica como única política productiva relevante lleva al descuido de la microeconomía”, cuestionó Rubio, quien remarcó que la “política más relevante” de la administración Milei en términos productivos se focaliza en el Régimen de Incentivos a las Grandes Inversiones (RIGI), focalizado en atraer inversiones para explotar recursos naturales, lo que genera escaso o nulo valor agregado, además que fomenta poco la integración local. El RIGI, remarcó la investigadora, "tiene problemas con desarrollo de proveedores y con la integración local, mientras estamos a la espera de un régimen para pymes, donde no hay novedades", en relación al anunció del propio gobierno nacional sobre el que pequeños y medianos industriales aguardan señales.

La licenciada en Ciencia Política por la Universidad de San Andrés y Magíster en Ciencias Políticas y Sociales por la Universidad Pompeu Fabra (Barcelona) expuso sobre el impacto y la situación de la industria en la Provincia de Buenos Aires ante el actual plan económico nacional, donde enfatizó que “Buenos Aires se ubica como la Provincia más compleja de Argentina y la única que se complejiza a un ritmo mayor que el promedio del mundo”.

Ella lo explica de la siguiente manera: “Buenos Aires cuenta con una canasta exportadora diversificada, con desarrollo de automóviles y autopartes, industria química, productos primarios como el agro y esto se debe, en gran parte a la presencia de un fuerte entramado industrial. Todo eso está sostenido sobre una estructura industrial compleja y eso es algo bueno, pero en este contexto quizás puede tener impactos negativos por esta política de desregulación y del desarme de todo lo que es el entramado de políticas públicas productivas”.

Pese a ello, Rubio remarcó que Buenos Aires tiene una "tiene una gran probabilidad de complejizar su canasta exportadora, incluso estando arriba tanto del promedio de las provincias argentinas como del promedio mundial”.

Otro aspecto trabajado por Rubio son las desigualdades territoriales, donde se observa una predominancia del Gran Buenos Aires en la actividad industrial bonaerense. En el interior se suelen observar complejidades por la estructura del empleo. “En gran medida eso se explica por la especialización de determinadas industrias, como la química, automotriz, cementera, alimenticia, naval o software, que no abona a la diversificación de la matriz", explica. Como solución a las desigualdades territoriales urge “empezar a pensar en las especializaciones de locales y regionales, pensar el rol que pueden tener las sociedades intermedias en el desarrollo”, afirma. 

Cuatro ideas para pensar el desarrollo productivo

Más allá el sombrío panorama que sobrevoló durante toda la jornada en la Sala Bristol del Casino de Mar del Plata, Rubio se animó a trazar cuatro ideas principales para pensar el desarrollo productivo de Buenos Aires, incluso en este contexto.

En primer lugar, el rol que pueden tener las llamadas “ciudades intermedias”, perfilándose como motores de desarrollo económico, con un rol importante como lugar de oportunidades y con la promoción de nodos dinámicos para el surgimiento de empresas.

La especialización y el descubrimiento empresarial emergen como segunda perspectiva. Rubio explicó que el conocimiento sobre qué hacer no es obvio, ya que permanentemente se está ante un conocimiento local disperso y oculto. "Hay que hacer esfuerzos desde la política para armar esos conocimientos, construir ese conocimiento y que termine en políticas públicas", propuso al enfatizar también en la importancia de las universidades públicas y las instituciones intermedias.

La exportación de productos diferenciados aparece como otra clave, donde no se trata solo de identificar y explorar nuevas oportunidades de exportación, sino también consolidar un modelo de negocio de exportación, un acabado conocimiento de los mercados externos y el mantenimiento de estándares de calidad en el tiempo, lo que permita ingresar en nuevos mercados. En ese sentido, Rubio ensalzó la importancia de "dar saltos exportadores para Argentina y la provincia, con la promoción de exportaciones de productos diferenciados". "En Tandil y Balcarce hay una zona de vinos que empieza a florecer, tenemos carnes que cumplen muchos requisitos que fija el mercado externo y un fuerte desarrollo en software", ejemplificó.

Por último, la representante de Fundar planteó la relevancia de las coaliciones de actores que promuevan el crecimiento de los sectores a nivel local, dado que no alcanza con adoptar las políticas adecuadas. En esa dimensión, manifestó que "la política publica no solo es identificar la política correcta, sino que hay que potenciar la implementación con coaliciones de actores. En Tandil, por ejemplo, el cluster tecnológico se da con el trabajo que se hace con la Universidad el Centro y el municipio para la formación de programadores".

Poner en tensión el status quo 

Por su lado, y al calor del primer año de Milei, donde pese al ajuste parece mantener niveles elevados de aceptación popular, Lucía Cirmi exploró conclusiones macro con el desafío de poner en tensión y debatir postulados propios de la heterodoxia económica. “Es muy importante armar propuestas alternativas, pero no para discutir con el futuro, sino con el presente, porque muchas de estas cosas se van a discutir en 2025", señaló poniendo como ejemplo los debates que ya anticipó la adminitración nacional como el sistema previsional. 

"Otro tema son las exenciones impositivas, porque ahí hay una fuente de financiamiento y es necesario orientar en qué sectores me quiero insertar globalmente y qué les va a exigir a cambio Argentina a esos países; o la reforma laboral, donde hoy en día la tasa de desempleo no es un problema, sino la informalidad”, continuó Crimi. "Hay que tener una agenda por la positiva desde la heterodoxia, sin propuestas uno se queda en el status quo”, sostuvo.

A partir de allí, ensayó conclusiones macro a las que catalogó como “obvias”: que la inflación es una cuestión cambiaria y si se hace una devaluación, como la diciembre de 2023, se dispara la inflación, y si se frena al dólar se frena a la inflación; que las transferencias universales son un piso de protección en tiempo de crisis y que las inversiones estratégicas dan fruto y puede dar mayor soltura macro si el gobierno que recibe ese beneficio lo aprovecha.

Entre las “no tan obvias”, asoma centralmente el tema de la estabilidad. “Evidentemente la estabilidad macro es un valor para la sociedad y a veces desde la heterodoxia nos ponemos anti estabilidad porque sabemos que lo que trae detrás es un ajuste social", dijo y señaló que hay un desafío que se presenta a la hora de construir "qué hay detrás de una estabilidad heterodoxa".

Las perdedoras el ajuste

Cirm, que es economista magister en estudios del desarrollo internacional del Institute of Social Studies de Países Bajos, cuestionó sutilmente la mirada que analiza críticamente los efectos del ajuste pero sin pasarla por el filtro de la perspectiva de género, donde aseguró que las mujeres son quienes aún se ven más afectadas. 

“¿Quién está pagando el ajuste? Sabemos que son los jubilados pero yo redoblo y digo que en realidad son las mujeres, porque los jubilados que más pierden son los de la mínima, que son principalmente las personas que entraron por moratorias y donde hay una gran mayoría de mujeres", afirmó y señaló que entre los que entraron al sistema por moratoria, el 64% cobra la mínima.

Pero ello no se observa solo en el caso de estas prestaciones previsionales, sino que también se pone el foco en el ajuste en el sector público, donde se desempeñan más mujeres que varones, con especial anclaje en el trabajo en salud y educación. 

El recorte al gasto social expone un panorama similar: “la política social está llena de mujeres, la pobreza está feminizada”. Con los recortes nacionales en los gastos de capital ocurre algo similar, “porque gran parte es infraestructura que tiene que ver con la agenda de las mujeres”, dice y amplió el análisis al advertir que la caída real de los salarios de los sectores medios conllevó recortes en el ámbito familiar como en el caso del servicio de limpieza domiciliario, hegemonizado por mujeres. Según las cifras disponibles, ya se perdieron 16.600 empleos registrados en la actividad de trabajadoras de casas particulares y comunitarias.

“¿Qué esperar para 2025?”, fue la pregunta que acompañó el cierre de la jornada con vista al mar. Cirmi dejó algunas ideas flotando: “Desde la pandemia es la primera vez que se rompe la tendencia del crecimiento humano de la sociedad y desde que eso se rompió hay una tendencia global a votar gobiernos anti élite. Hay una tendencia global de enojo y crisis. La gran pregunta de qué esperar es si hay que esperar, porque uno ve la historia repetirse. Cuando se dice que esto termina mal, tarda en terminar mal”.