El presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump, presentó este lunes su visión de la política internacional de "Estados Unidos primero" en una conferencia de prensa desde su residencia en Mar-a-Lago, Florida. Durante la misma, el republicano apuntó hacia los primeros pasos de la implementación de su política migratoria, las políticas de la construcción del muro con México, sus planes para enfrentar las guerras y anunció una inversión millonaria.
Parado en el estrado entre dos banderas estadounidenses, luciendo traje negro y corbata azul, el presidente entrante se dirigió a la prensa para anunciar esa inversión, acompañado del CEO de la firma inversora japonesa SoftBank, Masayoshi Son, pero luego expresó su intención de enfocar la política exterior en los intereses de Estados Unidos sobre los demás países. Trump insistió sobre su compromiso de continuar con la construccion del muro fronterizo con México, y habló sobre las trabas a sus intenciones de una "transición suave" con el gobierno del actual presidente, Joe Biden, en su primera conferencia de prensa después de ganar al elección.
La promesa de un muro
Durante la conferencia, el líder republicano reforzó su promesa de continuar con la construcción de una barrera en la frontera con México, parte de su propuesta para resolver el tema de la inmigración ilegal, al que consideró "uno de los principales problemas del país". De cara a su asunción en enero, el presidente electo reclamó que la construcción del muro costará "cientos de millones" de dólares más que el primer tramo realizado en su anterior gestión, ya que la construcción se ha encarecido.
Durante su primer mandato, Trump logró la construcción de 727 kilómetros de barrera en refuerzo de las ya existentes, una de sus principales promesas de campaña. Sin embargo, señaló que el acero utilizado en aquel primer tramo sería ahora "muy caro", por lo que planea construir un muro de hormigón que complementará el plan de deportaciones masivas que ocupa el centro de su política migratoria.
El presidente electo señaló que los migrantes provenientes de países vecinos son un problema significativo para la economía estadounidense. "No es justo. No está bien. Y la gente de México y Canadá lo entiende perfectamente", indicó el mandatario, quien semanas atrás sostuvo que la presidenta mexicana, Claudia Sheinbaum, se había mostrado dispuesta a cooperar con las deportaciones, unas declaraciones que ella misma se encargó de desmentir inmediatamente.
Trump también aprovechó la oportunidad para criticar las acciones de la administración de Biden, pidiendo al presidente saliente que deje de vender los materiales del muro que ya están en poder del gobierno estadounidense. El año pasado el congreso estadounidense instó al gobierno de Biden a deshacerse de las partes sin usar del muro, como parte de la nueva Ley de Autorización de Defensa Nacional.
Una "transición suave"
Trump reconoció estar encarando una "transición ordenada" con la gestión del demócrata, pero se mostró sumamente crítico de ciertas medidas que consideró obstáculos para su llegada al poder. Además de la venta de los materiales del muro, el mandatario criticó duramente la decisión del gobierno de Biden de aprobar el disparo de misiles de larga distancia hacia Rusia por parte de Ucrania, semanas antes de su asunción, lo cual consideró "una locura".
"No es una cuestión de demócrata o republicano, solo es sentido común", sentenció Trump, quien condenó las políticas exteriores del gobierno demócrata señalando que, durante su primer mandato, él había logrado una gestión en la que "todo estaba en orden". "No había guerras. Medio Oriente estaba tranquilo. Rusia nunca hubiera hecho lo de Ucrania", comentó Trump, y apuntó a que, en su nuevo mandato, buscaría poner fin a la guerra, los problemas globales y la inflación.
"Durante mi primer mandato, todos me odiaban. En este todos quieren ser mis amigos. No lo sé. Mi personalidad debe haber cambiado o algo", bromeó el presidente electo. Trump apuntó que, al contrario de lo logrado durante su primer mandato, hoy el país tiene la "mala costumbre" de priorizar problemas externos, y subrayó la necesidad de que Estados Unidos se enfoque en sus propios intereses.
Relaciones internacionales
En su discurso, Trump apuntó contra los tratados comerciales con otros países, en particular México y Canadá. "Estamos subsidiando a Canadá. Estamos subsidiando a México, y me llevo muy bien con la gente de México y Canadá, pero no podemos permitir que eso suceda", aseguró el mandatario, quien también puso en la mira el comercio energético con Venezuela. "No tendríamos que comprar energía de Venezuela. Tenemos la mayor reserva energética, vamos a usarla", sentenció el presidente electo.
A su vez, el republicano se refirió a su postura frente a los múltiples conflictos en los que se encuentra involucrado el país, haciendo referencia a su relación con los líderes internacionales. Así mencionó una conversación que sostuvo con el primer ministro israelí, Benjamin Netanyahu, en la que advirtió sobre su postura en Medio Oriente de cara a su asunción el 20 de enero. "Hablé con Bibi (Netanyahu) y le advertí que si los rehenes no vuelven para esa fecha, todo se va a descontrolar", aseguró.
El presidente electo también reiteró su apoyo al presidente ucraniano, Volodimir Zelenski, en la lucha contra Rusia. El estadounidense insistió con su intención de dar por finalizado el conflicto, aludiendo a la necesidad de una negociación, de la cual no dio detalles. "Tiene que haber un trato. Demasiadas personas murieron. Y Putín también tendrá que hacer un trato", dijo el mandatario.
Al ser preguntado por las 900 tropas estadounidenses estacionadas en Siria, Trump fue rápido en apuntar contra Turquía por su influencia en la región. "Creo que Turquía es muy inteligente", dijo el magnate inmobiliario antes de acusar a la nación de llevar a cabo una "toma de control no amistosa" mediante el apoyo a los grupos rebeldes que tomaron el poder, derrocando a Bashir al Assad, a quien tildó de carnicero. "Es la nueva forma de hacer la guerra", dijo Trump.
Un empuje millonario
Durante su presentación, el mandatario estadounidense anunció una importante inversión de 100 mil millones de dólares en el país por parte de la firma japonesa SoftBank, acompañado del CEO de la compañía, quien confirmó el proyecto y dijo que la victoria del republicano había "aumentado enormemente su confianza en la economía estadounidense".
La inversión, destinada a los sectores de tecnologías emergentes e inteligencia artificial, tiene previsto generar 100 mil puestos de trabajo, y podría completarse antes de 2029, con el fin del término de Trump. La cifra es aproximadamente el doble de la cantidad que SoftBank prometió invertir en diciembre de 2016, antes del comienzo del primer mandato del republicano.
Se trata de una gran victoria para el republicano, quien dedicó la mayoría de su tiempo a promover sus políticas económicas y buscar cerrar tratos de inversión. En un mensaje en su propia red social, Truth Social, de la semana anterior, Trump declaró que cualquier inversión que supere los mil millones de dólares recibiría "aprobaciones y permisos acelerados", hasta en aprobaciones ambientales.
En otro tramo de su discurso, Trump afirmó este lunes que hay que "enderezar" a los medios de comunicación, a los que tildó de "corruptos" y "deshonestos", e indicó que, de ser necesario, interpondrá nuevas demandas por difamación contra periódicos e incluso influencers. El mandatario anunció que probablemente demandará este martes a un diario local de Iowa llamado Des Moines Register, que poco antes de los comicios vaticinó que Kamala Harris ganaría con una ventaja "de unos tres o cuatro puntos" en el estado, pero luego el republicano acabó arrasando con más de 13 puntos porcentuales de ventaja. "En mi opinión, eso es fraude e injerencia electoral", indicó, y agregó que no hace esto "porque quiera", sino porque se siente "en la obligación" de hacerlo.