Lanús buscará hoy agrandar más su historia cuando reciba a Gremio de Brasil, con la confianza de poder revertir la derrota 1-0 de la final de ida, en Porto Alegre, y consagrarse por primera vez campeón de la Copa Libertadores. El partido se disputará en el estadio Néstor Díaz Pérez, con el arbitraje del paraguayo Enrique Cáceres. El juez del encuentro tendrá a disposición el polémico sistema de Asistencia Arbitral por Video (VAR), que estará a cargo del paraguayo Mario Díaz de Vivar, asistido por su compatriota Milcíades Saldívar y el peruano Víctor Carrillo. Luego de la polémica actuación del árbitro chileno Julio Bascuñán en el duelo del miércoles pasado, y por pedido de los brasileños, el asesor internacional de la comisión arbitral será el colombiano José Buitrago, quien reemplaza al argentino Héctor Baldassi.
Lanús necesita ganar por dos goles para obtener por primera vez este certamen, aunque con una victoria por la mínima diferencia forzará la definición con tiros desde el punto del penal, sin importar los goles del equipo visitante, ya que en la final no tienen valor doble.
El equipo del Sur, dirigido por Jorge Almirón, se aferra al buen juego, a la contundencia que tuvo en condición de local, y en el apoyo de sus hinchas para creer en una remontada que le permitirá alcanzar la gloria y sumarse al salón de ganadores argentinos que hasta ahora tiene ocho integrantes: Independiente (siete veces), Boca Juniors (seis), Estudiantes (cuatro), River (tres), Racing (una), Argentinos (una), Vélez (una) y San Lorenzo (una).
El antecedente más cercano que ilusiona es el triunfo 4-2 ante River, en el partido de vuelta por las semifinales, cuando el equipo logró en 25 minutos convertir los goles que necesitaba para cambiar la serie.
El equipo bonaerense también levantó el 2-0 que sufrió en la ida de cuartos de final ante San Lorenzo, y aunque no consiguió pasar directamente, en la tanda de penales apareció la figura del arquero Andrada, quien contuvo dos tiros para lograr una clasificación histórica.
La gesta de Lanús, una institución en constante crecimiento, tendrá una dura oposición, ya que Gremio anhela la tercera obtención del máximo torneo sudamericano, que levantó en las ediciones de 1983 y 1995, y que se quedó en la puerta en 1984 y 2007. El conjunto que conduce Renato Gaúcho perdió un solo partido fuera de Porto Alegre (2-1 ante Iquique en Chile), y en la fase eliminatoria no recibió goles.