La actriz española Marisa Paredes, una de las grandes figuras del cine de su país, murió este martes a los 78 años. La noticia fue confirmada por la Academia de Cine de España, institución de la que la artista fue presidenta.
Según fuentes de su entorno cercano, la muerte de la actriz fue repentina. El domingo pasado había asistido al Teatro Español a ver la representación de la obra "Luces de Bohemia" en la que participaba su hija la también actriz María Isasi.
La actriz, con una larga trayectoria en el teatro, el cine y la televisión, era un rostros ligado a la figura del cineasta Pedro Almódovar, con quien colaboró en múltiples películas: "Tacones lejanos" (1991) y "La flor de mi secreto" (1996), donde tuvo un rol protagónico, "Todo sobre mi madre" (1999), "Hable con ella" (2002) y "La piel que habito" (2010).
A lo largo de seis décadas de carrera participó también en películas como "El espinazo del diablo" (2001), del mexicano Guillermo del Toro, y "La vida es bella" (1997) del italiano Roberto Benigni.
Su aparición en filmes internacionales incluye trabajos con el mexicano Arturo Ripstein ('Profundo carmesí', 1996, y 'El coronel no tiene quien le escriba', 1999), el israelí Amos Gitai ('Golem, l'esprit de l'exil', 1992), el suizo Daniel Schmid ('Hors saison', 1992), el francés Raoul Ruiz ('Trosi vies et une seule mort', 1996, donde compartió cartel con Marcello Mastroianni), o el portugués Manoel de Oliveira ('Espelho mágico', 1977).
Fue reconocida con Premio Nacional de Cinematografía (España, 1996), Medalla de Oro al Mérito en las Bellas Artes (2007) y Goya de Honor 2018 por "una prolífica y prolongada carrera, trayectoria que mantiene con absoluto vigor, apostando en numerosos trabajos por proyectos cinematográficos nacionales e internacionales definidos por el riesgo y el prestigio". Presidió la Academia de Cine española entre 2000 y 2003.