Un empresario inmobiliario del Paraguay aseguró que, a pocos días de la aprobación de la Ley Bases, el exsenador argentino Edgardo Kueider intentó a través de su secretaria adquirir “con plata en mano” cinco departamentos en un exclusivo rascacielos de la capital del país, por un total aproximado de 650 mil dólares. En tanto, la Justicia Federal argentina pidió la extradición del exsenador y su secretaria.

La operatoria fue rechazada por las “sospechas” que despertó el intempestivo intento de compra y fue denunciada en su momento a las autoridades paraguayas. Pero fueron sacados a la luz a raíz de los hechos públicos reconocidos desde la detención del senador.

El pedido de extradición

La situación de Kueider y Guinsel Costa es cada vez peor. Si bien están detenidos con prisión domiciliaria en un departamento de lujo en Asunción, la jueza federal de San Isidro Sandra Arroyo Salgado envió un exhorto al Paraguay para que se concrete la extradición de ambos.

Se los acusa del presunto delito de enriquecimiento ilícito y lavado de dinero y la intención de la magistrada argentina es acelerar el regreso al país de ambos, aprovechar el desafuero de Kueider tras su expulsión de la Cámara alta, y tomarles declaración indagatoria.

Según se supo también, el juzgado pidió el secuestro de todas las posesiones de Kueider al momento de ser detenido en Paraguay: computadoras, teléfonos celulares y demás equipos electrónicos.

Kueider, de compras en Paraguay

El autor de la revelación sobre el intento de comprar departamentos en Asunción fue el empresario inmobiliario paraguayo Carlos Guasti, presidente del grupo Petra, una de las desarrolladoras más grandes de ese país.

Contó que la persona que se presentó en las oficinas de su inmobiliaria fue una mujer de nombre Iara, que se trataría de Iara Guinsel Costa, la secretaria de Kueider que fue detenida junto con él luego de cruzar la frontera con 211 mil dólares no declarados en una mochila.

La mujer “se presentó muy extrañamente a última hora y quiso concretar una operación muy apurada”, relató el empresario durante una entrevista a Radio 10, donde precisó que este hecho ocurrió a mediados de julio pasado, sancionada el 28 de junio y promulgada pocos días después del mes siguiente.

“Fue Kueider quien lo intentó a través de la secretaria, Iara. La operación siempre fue a través de ella”, aseguró Guasti.

El empresario relató los pormenores del hecho. El intento de la compra ocurrió “a última hora del día” y “fue a querer comprar departamentos de una”. “Llegó con el dinero en la mano, tenía la intención de pagar casi la mitad en ese momento y por política y obligaciones no podíamos realizar eso”.

“Fue un recorrido como ir a un shopping. Evidentemente, el dinero en la mano le estaba quemando”, recalcó el operador inmobiliario.

Los inmuebles que Guinsel Costa habría querido adquirir en nombre de Kueider fueron cinco. Guasti detalló que se trataban de “departamentos de tres ambientes en el piso 21 de un rascacielos” que la empresa tiene en Asunción, la capital. El valor de cada uno de ellos tiene “un promedio de 130 o 140 mil dólares”.

"No pudieron presentar ninguna documentación"

Debido a los procedimientos y requisitos que demanda una transacción de ese tipo –siempre según el empresario-, “la operación no se pudo concretar” en su totalidad, sino que apenas hubo un trámite de “intención de compra”.

“La compra recién se puede hacer cuando se comprueban las diligencias y los fondos lícitos”, añadió y explicó que las inmobiliarias de ese país “tenemos por normativa y obligación reportar este tipo de operaciones”.

Por ese motivo, desde la inmobiliaria “avisamos a la Seprelad” (Secretaría de Prevención de Lavado de Bienes o de Dinero) del Paraguay porque “nadie viene a comprar un departamento así como así”.

Las inmobiliarias de ese país muchas veces quedan a un tris de ser “receptoras de dinero sucio o de viejas prácticas políticas”, pero “Paraguay no es un país que se dedica a esto”, recalcó Guasti.

Lo cierto es que la operatoria no se concretó debido a las “sospechas” que despertó el intento de trámite inmediato y con plata en mano que demandó la secretaria de Kueider. El trámite habitual es la seña del inmueble, la firma de la reserva y entre 15 y 30 días después la continuidad de las diligencias con comprobantes, declaraciones juradas y demás datos comprobables.

Pero ni Kueider ni su secretaria “pudieron presentar ninguna documentación” requerida. Y cada vez que la inmobiliaria los llamaba, ellos respondían “Sí, sí, sí, ya te envío. Estoy juntando la documentación”, narró el empresario.