La periodista Julia Mengolini se dio cuenta un día, escribiendo su nuevo libro Las caras del monstruo (Ed. Futurock), que se había dejado llevar demasiado por los “modos trol” de las redes sociales, particularmente Twitter. En sus palabras, se había dejado “colonizar”. Y darse cuenta de esto, dijo, fue clave para abordar uno de los temas más densos de su publicación.
Las caras del monstruo, explica la editorial, en “como un manifiesto hecho de memorias” de la propia periodista. Es un ensayo, sí, pero “estructurado a partir de la propia experiencia”. En otras palabras, una “autobiografía política”. Allí reúne anécdotas y vivencias que la marcaron y sobre las que ahora reflexiona en una extensa entrevista con Vítor Hugo Morales.
En el repaso, se detuvo particularmente en un capítulo: Game of Trols. Un capítulo que, reconoce Mengolini , al que “le costó mucho encontrar la clave” y salir del tono ensayístico para llevarlo al plano de la vivencia propia y el humor, algo que está muy presente en todo el ensayo.
“Me encontré a mí misma como un trol, y eso fue la clave para tener un hilo humorístico. Pensé en cómo me hicieron tuitear a mí”, explica ahora sobre la que considera que es una clave para poder abordar el tema de otra manera.
Y explica: “Los capítulos son bien temáticos y me junté a tomar café con gente experta. Para ese capítulo, me junté con dos politólogos muy expertos en cómo funciona Twitter. Me senté a tomar un café y la devolución fue un poco pesada, como si me hubiese sacado un seis”.
“Y ahí Ernesto Calvo me dice que no hay ningún tuit mío (en el texto). Me puse a mirar lo que escribo, que escribo poco, y me di cuenta de que era muy mal hablada. Me había dejado colonizar por esos modos de trol. Yo no soy así en la vida. No era así en Twitter. Vi cómo hubo una degradación del debate público”, reflexiona.
Más allá de la pantalla del celular o la computadora, sin embargo, también pasan cosas todo el tiempo. Y así lo sostiene en otro tramo de la entrevista: “Los medios juegan, y juega fuerte. Si buscar mi nombre en Google y la palabra ‘polémica’ lo vas a ver”.
“No todo el mundo puede decir que ha sido tan estigmatizado. Y es importate ver a los medios como un factor de poder. Pero muchas veces se salen del diagnóstico. Incluso la gente que es crítica de Milei y dice que tiene que ver con el Gobierno anterior. Y se olvidan de cómo jugaron los medios para boicotear”, dice.
Por eso, añade: “A los grandes medios les molesta los comunicadores que los cuestionan. Entonces, buscan robarnos nuestro prestigio, nuestra legitimidad. Para que la gente empecé a pensar que somos canallas. Y robarnos nuestras ideas, que es lo único que tenemos”.
“Buscan desprestigiar nuestras ideas. Ahí es donde entran las fake news. Cuando plantean las Yanina Latorre o Feinmann de dónde sale la plata de Futurock o que tengo propiedades: ahí yo me doy cuenta de que siempre se meten con la plata de Futurock porque buscan desprestigianos. Y tienen que inventarlo porque no hay nada real con lo que se puedan meter”, concluye sobre otro de los tramos del libro.