El regreso a Oz nunca fue tan oscuro ni tan necesario. Wicked, la adaptación cinematográfica del clásico musical de Broadway dirigido por Jon M. Chu, aterriza en un mundo donde los chivos expiatorios continúan siendo fundamentales para la construcción de discursos políticos que desprecian la diferencia. Sin embargo, lejos de entregarnos la magia encantadora que una historia tan emblemática merecía, la película, que sólo adapta el primer acto del musical, se tropieza con su propia ambición.