Luego de participar de un encuentro nacional realizado en Carlos Paz, Córdoba, los trabajadores de la carne de la provincia de Buenos Aires mantuvieron una reunión con el ministro de Trabajo de la Provincia, Walter Correa, mientras siguen de cerca el conflicto de Granja Tres Arroyos.
Medio millar de delegados bonaerenses fueron los que asistieron al Congreso Nacional Anual de la Federación de la Carne que conduce Alberto “Beto” Fantini, en Villa Carlos Paz, minetras el secretario general de la federación minoritaria, la Fesitcara, fue recibido por el ministro Correa.
El Congreso Anual Ordinario es, como su nombre lo indica, una actividad de rutina, donde se dan cita delegados y dirigentes de todos los sindicatos afiliados, en calidad de congresales, para tratar y aprobar la memoria y balance del año que concluye. Sin embargo, en esta ocasión, pesaba más la necesidad de escuchar el análisis de la coyuntura y las perspectivas para 2025 por parte de Fantini, que los aspectos formales de la convocatoria.
Por ese motivo, de los más de mil que acudieron, unos quinientos sindicalistas eran de la provincia de Buenos Aires. En su mayoría llegaron de La Plata, Florencio Varela, Berazategui, Cañuelas, La Matanza, y San Vicente. Ocurre que la actividad frigorífica se sigue concentrando mayoritariamente en tierras bonaerenses, seguida de lejos por Entre Ríos, Santa Fe y otras con volumen comparativamente menor.
“Los exportadores hacen grandes negocios, pero a nosotros nos lloran porque dicen que el atraso cambiario les hace perder rentabilidad o directamente y todo eso se vuelca a la exportación, porque los argentinos cada vez comemos menos carne”, explicó a Buenos Aires/12 uno de los asistentes.
Los números del propio Consorcio de Exportadores de Carnes Argentinas avalan más la lectura sindical que el lamento empresario: se exportó por valor de dos mil quinientos millones de dólares, a un promedio de cuatro mil dólares la tonelada.
El 73 por ciento de esa carne tiene como destino China, lo que genera cierta preocupación, tanto por la relación oscilante de Milei con esa potencia, como por las presiones que el gobierno nacional podría sufrir por parte de su "amigo" Donald Trump.
Por este motivo, aunque los trabajadores del sector lograron mantener sus ingresos durante 2024, a pesar del shock inflacionario de los primeros meses, el año próximo intentarán recuperar unos puntos más. En el año que concluye, el sector había logrado 40 puntos de aumento entre abril y junio, a los que se suman otros 11 en el tramo final.
Conocida popularmente como "la Federación de la Carne", la Federación Gremial del Personal de la Industria de la Carne y sus Derivados, es la organización histórica de los trabajadores del sector, su congreso anual de 2024 fue el número 51.
De hecho, allí revista el sindicato porteño, que ocupa el histórico edificio del frigorífico Lisandro De La Torre, en el barrio de Mataderos, donde se llevaron a cabo la toma y la huelga de 1959, uno de los hitos de la resistencia peronista.
En 2003 se produjo la escisión de una docena de sindicatos, algunos de ellos con terminales políticas en sectores de la izquierda y el trotskismo, que dio lugar a la Federación de Sindicatos de Trabajadores de la Carne de la República Argentina (Fesitcara), que hoy conduce Gabriel Vallejos.
Vallejos, junto con su asesor legal, Daniel Argentino, fue recibido por el ministro de Trabajo Walter Correa en sus oficinas de La Plata. El tema central de la reunión fue el desarrollo de un centro de formación y capacitación sindical de gestión conjunta, entre el sindicato y la cartera laboral.
El factor Tres Arroyos
Granja Tres Arroyos, el gigante avícola, que tiene siete mil empleados y plantas en Pilar, Ezeiza, Esteban Echeverría y Capitán Sarmiento, solicitó un procedimiento preventivo de crisis y evalúa despedir al diez por ciento de su plantel de trabajadores.
Los trabajadores de Granja Tres Arroyos están afiliados al Sindicato de Trabajadores de la Industria de la Alimentación de la Provincia de Buenos Aires, pero algunos establecimientos avícolas tienen a su personal encuadrado en el convenio de la carne.
Por ese motivo, los dirigentes sindicales siguen de cerca lo que ocurre en esa empresa, cuyos dirigentes elogiaron el rumbo económico de la administración Milei, hace apenas un par de semanas.
La situación actual, sostienen, remite a los noventa, cuando la convertibilidad facilitó el ingreso de carnes de pollo y cerdo importadas, especialmente de Brasil. Luego, con la devaluación posterior a 2001, muchos frigoríficos nacionales fueron adquiridos por capitales de esa nacionalidad.
La planta cuyo cierre evalúa Granja Tres Arroyos, ubicada en Tristán Suárez, partido de Ezeiza, fue adquirida en 2018, cuando una de sus competidoras directas, Cresta Roja, no pudo sobrevivir a la crisis generada por el macrismo.