Con la muerte de Marisa Paredes se apagó la vida de una actriz descomunal que, pese a su amplio registro, quedó encasillada en la categoría "chica Almodóvar". Fueron apenas seis sus colaboraciones con el director manchego, pero alcanzaron para darle entidad dentro de ese selecto grupo que, entre otras, incluye a Cecilia Roth, Carmen Maura, Rossy De Palma, Chus Lampreave, Loles León, Penélope Cruz, Victoria Abril, Verónica Forqué y Blanca Portillo. Y por qué no sumar a Julianne Moore y Tilda Swinton, ahora que Almodóvar rompió las barreras del idioma con La habitación de al lado.
Marisa todoterreno
La Paredes no dejó terreno donde dejar su marca: cine, teatro y televisión. Pero será por siempre el símbolo de la "chica Almodóvar" que, si hubiera un canon, ocupó el lugar que tuvo Carmen Maura después de 1988, cuando el éxito de Mujeres al borde de un ataque de nervios: el reencuentro sería en 2006 en la descomunal Volver, un auténtico tour de force de chicas almodovarianas.
En 1983, Almodóvar dirigió su tercera película, Entre tinieblas, y allí apareció Paredes por primera vez. Su Sor Estiércol se codeó con varias musas del director, como Roth, Lampreave, Maura y la no menos inmensa Julieta Serrano. Fue un papel de reparto y en 1991 le llegó el protagónico en Tacones lejanos, una obra clave del universo almodovariano, cuando el director pasó de la comedia alocada al melodrama bajo la influencia de Douglas Sirk.
La relación madre-hija de Paredes con Victoria Abril signó una película que fue un enorme éxito de taquilla y orientó el cine de Almodóvar hacia otro tipo de registros, cosa que ahondó en 1995 en La flor de mi secreto. Allí se vio otra enorme actuación de Paredes como autora de novelas rosas, en un film que cimentó además el interesante vínculo de Almodóvar con la música de Caetano Veloso.
La Huma Rojo que Paredes personificó en Todo sobre mi madre en 1999 es otra de sus grandes creaciones. La película tiene como punto de arranque (a la vez que un homenaje) a Noche de estreno de John Cassavetes, lo cual emparenta a Paredes con el personaje de Gena Rowlands, otra que dejó este plano en el 2024. La oscarizada película la reunió con Roth y con la chica Almodóvar del siglo XXI por antonomasia: Penélope Cruz. Más tarde vendrían participaciones en Hable con ella (2002) y, sobre todo, La piel que habito (2011).
Maura, la musa de los 80
Pero antes que Paredes, el sitial lo ocupó Carmen Maura como actriz fetiche. Se la vio en 1980 la ópera prima del cineasta, Pepi, Luci, Bom y otras chicas del montón y en Entre tinieblas antes de la consagratoria ¿Qué he hecho yo para merecer esto? (1984).
Más tarde tuvo roles secundarios en dos películas notables como Matador (la obra de 1986 a partir de la cual Almodóvar demostró que lo suyo era cosa seria) y La ley del deseo, en 1987, antes del éxito arrollador de Mujeres...Corría 1988 y los caminos se bifurcaron después de la nominación al Oscar.
Nunca quedó claro por qué hubo un distanciamiento entre Almodóvar y Maura, una dupla que iba camino a una simbiosis como las de Ernst Lubitsch y Greta Garbo o Federico Fellini y Giulietta Masina. Lo cierto es que el reencuentro llegó en un film que lo dice todo desde el título: Volver.
Estrenada en 2006, la película más femenina (¿y feminista?) de Almodóvar le valió el premio a mejor actriz en el Festival de Cannes a todo su elenco femenino. Un relato que parece de realismo mágico hasta que tiene la vuelta de tuerca más notable de la carrera del director, juntó a Maura con Penélope Cruz, en la síntesis entre chicas Almodóvar. Resultó un cierre notable para la colaboración del cineasta con Maura. Y la puerta para una relación breve pero intensa con Blanca Portillo, a quien convocó para Los abrazos rotos (2009), su siguiente opus.
Penélope, una chica Almodóvar para el siglo XXI
Si la línea histórica la comenzó Maura y la siguió Paredes, la continuación es con Penélope Cruz. Apareció en el universo almodavariano en la fundamental Todo sobre mi madre (antes tuvo un pequeño papel en 1997 en Carne trémula), pero fue con Volver que logró una actuación consagratoria, nominación al Oscar incluida. Volvería a optar por la estatuilla por otro film de Almodóvar, Madres paralelas, de 2021.
En el medio, y además del bolo de 2013 en Los amantes pasajeros, Cruz dejó otros dos grandes papeles. Uno fue en Los abrazos rotos, tal vez la película más subestimada del director en lo que va de este siglo, además de otra notable aproximación a Douglas Sirk. La otra fue en Dolor y gloria (2019), como la madre del alter ego de Almodóvar que compone Antonio Banderas.
Hablar de Penélope Cruz en Dolor y gloria implica hacerlo de Julieta Serrano, que en ese film hace el mismo personaje, pero en la ancianidad. Hacía casi treinta años que no trabajaba con el cineasta, de quien fue una habitué en los 80. Se la vio en Pepi..., en Entre tinieblas y en ¡Átame! (1989). Pero su punto más alto fue en Mujeres... con Lucía, la esposa del amante de personaje de Maura.
Chica made in la Argentina
El big bang almodovariano fue su primera película. Y allí apareció Cecilia Roth, que tuvo asistencia perfecta en los primeros cuatro films. Después de Pepi... estuvo en 1982 en Laberinto de pasiones, en Entre tinieblas y en ¿Qué he hecho yo... El reencuentro llegó en Todo sobre mi madre y después vinieron pequeños papeles.
El personaje de Todo sobre mi madre quizás resuma en buena medida la esencia de la chica Almodóvar: una mujer sufrida pero tierna que sale a enfrentar al mundo para reafirmarse ante las adversidades. Esa figura se repite en buena parte de la filmografía del director con su habitual toque kitsch.
Otras chicas del montón
Chus Lampreave fue una notable actriz, reducida muchas veces a roles de reparto. Pero con Almodóvar brilló de manera notable. Fueron ocho colaboraciones entre 1983 y 2006, de Entre tinieblas a Volver. Y merecidamente se llevó su partecita en el galardón colectivo a mejor actriz en Cannes por esta última.
Victoria Abril estuvo en cuatro películas de Almodóvar hasta Kika (1993), el primer fracaso de crítica y taquilla del director. Antes, fue una figura insustituible en Mujeres... y sobre todo en ¡Átame! (donde también destaca Loles León) y en Tacones lejanos.
Kika también marcó la tercera y última colaboración con Verónica Forqué. Había estado en ¿Qué he hecho yo... y Matador (addenda: una lástima que Almodóvar no volviera a filmar con Assumpta Serna, la impagable femme fatale de su película más buñueliana) antes de tener el protagónico en la última comedia alocada del manchego, que incluye una escena de violación en clave cómica que hoy sería imposible de filmar.
Siempre tuvo roles de repartos y Almodóvar la convocó para ocho películas. Que quede al final de esta selección no es sino para destacarla en el cierre: Rossy De Palma dio vida a varios personajes alocados, y en su última intervención con el director, en Julieta (2016), ofreció uno de los mejores roles dramáticos del cine de Almodóvar.