El excomisario Alfredo Fanchiotti, condenado por el asesinato de los militantes sociales Maximiliano Kosteki y Darío Santillán, acudió ayer a la Defensoría de la Cámara de Casación de la provincia de Buenos Aires en busca de elevar su pedido de libertad condicional. Su defensa tuvo que acudir allí porque la Sala III de la Cámara de Apelación y Garantías en lo Penal de Lomas de Zamora le denegó la solicitud porque, entre varias razones, no se hace cargo de los delitos que cometió. Familiares y compañeres de Kosteki y Santillán, asesinados en el marco de la feroz represión policial del 26 de junio de 2002 en Puente Pueyrredón --cuando el gobierno de Eduardo Duhalde reprimió el intento de cortar ese acceso por parte de agrupaciones piqueteras--, repudiaron la presencia del ex comisario condenado a cadena perpetua, junto a organismos de derechos humanos y organizaciones sociales y políticas. "Si no hay justicia hay escrache, como papá, familia y compañerada no tenemos justicia plena", dijo a Página/12 Alberto Santillán.

"Queremos recordarle a este asesino que no olvidamos, no perdonamos y no nos reconciliamos", remarcaron las organizaciones que montaron una radio abierta frente al edificio de la Cámara de Casación. "Pasaron más de 20 años y quizás mucha gente no tenga idea, por eso vamos a insistir y escrachar para que todos sepan quién es quién, y que sepan también quiénes eran Darío y Maxi", agregó Santillán.

Alfredo Luis Fanchiotti Pagano fue condenado por el Tribunal en lo Criminal 7 el 9 de enero de 2009 a prisión perpetua por el homicidio agravado por alevosía de Kosteki y Santillan, y por el intento de matar a siete manifestantes. Está alojado en la Unidad Penal 11 de Baradero bajo un régimen abierto desde 2012, con una "conducta ejemplar y buen concepto por parte de las autoridades, sin registro de sanciones disciplinarias". Fanchiotti tiene 69 años, recibe visitas de su familia, realizó tareas administrativas y en la actualidad concurre a un curso de elaboración de conservas de frutas y hortalizas.

Según el informe psicológico, el ex comisario "no reconoce su accionar, por el cual está condenado". Por su parte, la fiscal Paula Martínez Castro se opuso expresamente al otorgamiento del beneficio del arresto domiciliario "en virtud de los delitos por los cuales cumple condena, ante la falta de opinión de los familiares de las víctimas, la falta de acreditación de la distancia existente entre los domicilios de las víctimas y victimario, las reservas que emergen del informe psicológico y la inviabilidad estimada por el Departamento Técnico Criminológico". De esta manera, los jueces Tomás Alberto Bravo, Martín Andrés García Díaz y María Soledad Garibaldi en su fallo del 10 de diciembre indicaron que "continúan sin darse los requisitos necesarios" para concederle "la libertad anticipada", porque "mantiene su posicionamiento exculpatorio, depositando la responsabilidad en terceros".

"Es muy llamativo todo esto, Fanchiotti llegó en un vehículo con tres o cuatro custodios, sin tener en cuenta nuestra presencia, tenemos mucha bronca, no queremos que salga en libertad como ya pasó con Acosta", expresó el padre de Darío Santillán respecto del otro condenado por la masacre, el excabo de la Policía Bonaerense Alejandro Acosta.

El pasado sábado 14, los familiares y compañeros de Darío y Maxi, junto a agrupaciones sociales y políticas, realizaron un escrache en la casa donde se aloja Acosta. "Fue un repudio, no rompimos nada ni fuimos agresivos, los vecinos estaban interesados en saber quién vive ahí. Se trata de que Acosta sepa que no lo vamos a dejar tranquilo", apuntó Alberto Santillán. "Nunca mostró arrepentimiento ni dijo quiénes le dieron las órdenes aquel día", agregó respecto del operativo represivo del 26 de junio de 2002.