La periodista y conductora de la 750 Cynthia García fue agredida días atrás mientras tomaba un café en el barrio porteño de Belgrano. Según contó en su programa de radio este miércoles, recibió insultos de parte de una pareja que la increpó de forma violenta y la acusó de ser una "cucaracha ensobrada".
“Hace un par de días estaba en un bar, en Belgrano, en Roosevelt y Arcos, esperando a mi niño que estaba en un turno médico. Cuando me levanté para ir al baño vi a una pareja de una señora adulta mayor y un hombre que me miraron muy fijo. Cuando pasé por al lado escuché que dijeron 'las cucarachas salieron a la luz'".
La periodista dijo que eligió no responder y volvió a sentarse en su mesa, aunque observó que el hombre continuaba mirándola fijo y comenzó a hacer gestos obscenos. "Se levantó y me dijo algo sobre los ‘kukas, las cucarachas’. Cuando se va, él dice algo como ‘cucaracha ensobrada’.
Lejos de enojarse, la periodista pidió no tomar el relato como una mera anécdota, sino usarla como punto de partida para analizar sobre cómo se generan los discursos de odio y violencia en el país, promovidos por sectores políticos y de los medios de comunicación.
Sin victimizarse, García afirmó: “Yo me quedé pensando, y le agradezco el insulto porque me permite generar esta reflexión sobre cómo se legitima ese odio. Porque no es lo mismo decir ‘te detesto, sos una pésima periodista’, que es una discusión más ideológica, charlable, que decirme ‘cucaracha ensobrada’”.
“Hace a dos expresiones muy deshumanizantes. No es porque no haya discusión sobre el rol de los medios. Por supuesto que hay una discusión sobre los medios, pero la legitimación del otro como 'cucaracha' habilita una violencia que no sabe hacia dónde va a ir”, enfatizó.
Y siguió contando sobre el episodio: “Yo me quedé callada, no hice un escándalo. Porque no sabía cuál podía ser la desembocadura de una contrarreacción mía. Lo miré fijo y me quedé observándome a mí misma en esa escena. Por eso estuve 24 horas reflexionando sobre esto”.
Tras lo que se respondió: “No como una experiencia personal, sino como la legitimación cotidiana de lo deshumanizante. Si un ser humano ve a otro como una cucaracha… ¿qué haces cuando ves una cucaracha? A una cucaracha se la pisa, se le dispara y se le gatilla sobre la cabeza, como hicieron con Cristina”.
“En los últimos 40 años de democracia nunca estuvieron estos discursos tan legitimados como hoy”, dijo como corolario final de una larga reflexión sobre cómo desde el Gobierno y los medios de comunicación que representan a los sectores concentrados de poder fagocitan la mentira y el odio como moneda corriente.