El Anfiteatro Municipal Humberto de Nito se convirtió en el epicentro de la solidaridad rosarina con “Diciembre Solidario”, un evento destinado a ayudar a más de 30 comedores y centros comunitarios de la ciudad. La iniciativa, organizada por la Unión de Trabajadores y Trabajadoras de la Economía Popular (UTEP) junto a artistas locales, fue mucho más que un espectáculo cultural: se consolidó como un acto de compromiso social en un contexto de creciente desigualdad. Este martes se entregaron las más de 3 toneladas de alimentos recaudados, lo que representará un alivio para miles de rosarinos de cara a las fiestas de fin de año.

Pablo Basso, referente de la UTEP y uno de los organizadores, destacó la importancia de la acción colectiva: “Esto demuestra que el pueblo tiene la capacidad de organizarse para responder donde el Estado está ausente. Frente a las políticas de hambre y abandono del gobierno nacional, somos nosotros quienes nos hacemos cargo de que nadie pase hambre en nuestros barrios”.

La entrega contó con la participación de los mismos artistas que formaron parte del evento. “Es emocionante ver a los músicos y a los compañeros trabajando codo a codo para llevar esta ayuda a donde más se necesita. Esto es más que una jornada solidaria: es la prueba de que podemos reconstruir el país desde la solidaridad y el esfuerzo colectivo”, agregó Basso.

Para el dirigente, lo recaudado no solo representa un alivio inmediato para las familias beneficiarias, sino también una forma de visibilizar el trabajo que llevan adelante los comedores populares, muchas veces invisibilizados por las políticas oficiales. “Si el gobierno nacional no se hace cargo, somos nosotros los que tenemos que sostener a las comunidades. La solidaridad no puede ser la única respuesta, pero mientras el Estado siga ausente, no vamos a abandonar a los que más lo necesitan”, sentenció.

En medio de un contexto social complejo, “Diciembre Solidario” fue una contundente demostración de la fuerza del pueblo rosarino. Más allá de los números, el mensaje quedó claro: la organización popular es el motor para enfrentar la adversidad y construir un futuro más justo.