La política de apertura comercial se cobró ayer otra víctima: la textil Sedamil, encargada del hilado de la nueva camiseta de la Selección Argentina de Fútbol, decidió el cierre definitivo de su hilandería en Trelew, Chubut. La empresa había pasado por distintas instancias antes del cierre, como la suspensión y el ofrecimiento de retiros voluntarios a sus 107 trabajadores que finalmente quedarán en la calle. Según trascendió de fuentes gremiales, el acuerdo por el cierre de la hilandería contemplaría reconocer el 110 por ciento del sueldo bruto en el cómputo de las liquidaciones a pagar en seis cuotas y una ayuda vía Repro proveniente del Ministerio de Trabajo durante otros seis meses por la mitad del salario, pero para ello los trabajadores de la textil deberán acogerse al marco de retiros voluntarios. Esta obligación es para que la empresa pueda continuar con los subsidios en otros sectores, como la tintorería, que todavía se encuentran en funcionamiento.
Es la textil más importante de Trelew, con casi 40 años operando en esa localidad, pero ya hacía once meses que se encontraba en serias dificultades y con la paralización de la producción. Toda la actividad textil está en crisis en la localidad chubutense, con reducción de jornadas laborales, atrasos en los pagos, adelanto de vacaciones. Por su parte, acceder a los Programas de Recuperación Productiva (Repro) se hace cada vez más difícil para las pymes y en la mayoría de los casos no son suficientes para evitar el cierre. “Están destruyendo absolutamente todo lo que es la producción”, aseguró el secretario adjunto de la Asociación Obrera Textil (AOT), Sergio Cárdenas.
El año próximo el seleccionado argentino disputará el Mundial de Rusia con una camiseta oficial de la marca de las “tres tiras” a partir de tela confeccionada por Sedamil. La empresa elaboró un entramado que se hace con poliéster especial para contener la transpiración, en un trabajo que demandó más de tres meses, entre el diseño, las pruebas y la puesta a punto para su elaboración. Pero la compañía fue noticia por las suspensiones de empleados en los sectores de hilandería y tintorería debido a la falta de producción resultante de la apertura de importaciones y la reducción del mercado interno.
Luego de casi un año de inactividad, el directivo de la empresa Víctor Kurch comunicó a los más de cien trabajadores la decisión de cerrar el sector de la hilandería. Se mantendrá la parte de tintorería, donde trabajan unas 390 personas, mientras que la compañía hace ya tiempo que comenzó a importar los hilados que antes producía. La empresa les ofreció computar la liquidación con un 110 por ciento del salario bruto y seis meses de Repro que pagaría el Gobierno, y confirmó que en los próximos días se explicarán los alcances específicos de la propuesta.
Poco después de las 19 horas de ayer, los trabajadores se reunieron en asamblea para analizar y debatir las acciones a seguir. Un dato a considerar es que un grupo de trabajadores se encuentra alineado con el gremio de la AOT (Asociación de Obreros Textiles) y otros son afiliados a Setia (Sindicato de Empleados Textiles de la Industria y Afines), lo que podría demorar la negociación. Setia nuclea a 30 trabajadores en la hilandería de Sedamil, mientras que AOT tiene bajo su órbita a 77, lo que podría demorar un entendimiento de partes sobre la propuesta.
“Hacía once meses que venían con suspensiones y todos sabemos que es imposible tener una planta sin producir y con los obreros cobrando casi la totalidad del sueldo”, aseguró Cárdenas, quien responsabilizó a la política oficial para las economías regionales, que “no atiende las desventajas comparativas de los parques industriales alejados de los centros urbanos”.
Ariel Schale, director ejecutivo de la Fundación ProTejer, había afirmado días atrás que “el principal problema que se tiene actualmente es una retracción de la demanda, que ocasiona el 75 por ciento de la caída del sector, producto del deterioro del poder adquisitivo y el 25 por ciento lo compone la presión importadora”. Según explicó el referente del sector, un hogar debe destinar más dinero al soporte de la estructura de costos fijos, como tarifas, prepagas y escuela, entre otros, y dilata otros gastos como el calzado e indumentaria.