Quizás ir al cine sea una experiencia cotidiana para algunos argentinos, pero para muchos otros todavía constituye una rareza. No se trata solamente de una cuestión económica: en la Provincia de Buenos Aires, los cines comerciales en pie son escasos, y los pocos que quedan, generalmente en grandes centros urbanos, proyectan películas extranjeras, muchas veces dobladas. Al cine argentino se le escapan las oportunidades de conseguir espectadores.
Como varios otros territorios, los vecinos de Lanús habían perdido la costumbre de ir al cine. Eso fue así hasta que surgió como un paseo posible el cine Tita Merello, que pertenece a la Universidad Nacional de Lanús. Construido sobre terrenos que pertenecían en los años 50 al ferrocarril y hoy pertenecen al campus de la UNLa, ofrece ciclos de cine con entradas accesibles con el firme propósito de integrarse y mejorar la calidad de vida del barrio. Este jueves, el cine será sede de una jornada de películas independiente, con una programación variada a cargo del Festival Cine con Riesgo. Desde las 17hs, se podrán ver cortometrajes y películas de diferentes géneros y temáticas, cuya programación (a cargo de la Secretaría de Cultura y Comunicación de la UNLa) se erige sobre el concepto de "cine aula", un norte que les permite no solo pensar en sus alumnos como espectadores, sino ofrecerle una oportunidad de descubrimiento a la comunidad local.
Cine aula
No es casualidad que una de las carreras pioneras de la Universidad de Lanús sea la carrera de Audiovisión. Aunque no está estrictamente enfocada en el cine, su especialidad es formar profesionales en técnicas audiovisuales. Desde que se creó la Secretaría de Cultura y Comunicación, a cargo de Juan Lobianco, se tomó la decisión de utilizar el cine de la universidad para retomar una histórica tradición que supo tener el Tita Merello: la de difundir cine del alumnado.
"El concepto de cine universitario nos ayuda a pensar el cine como un aula, que amplía la formación integral de los estudiantes dentro de un centro cultural universitario. Pero además, incluye a la comunidad local, a través de una manera generosa. Un cine comercial lo puede poner una empresa o un cine de barrio lo puede abrir un municipio, pero me parece que nuestro desafío es otro. El de hacerlo más completo", afirma Ayelén Capranzano, responsable de la programación del Tita Merello.
Las películas que se pasan este jueves retoman la programación del Festival Cine con Riesgo, un festival oriundo de Florencio Varela que este año festejó su edición número 11. Es uno de los festivales que se agrupan bajo el Foro Audiovisual de la Provincia de Buenos Aires. "Esos festivales, cuando abren sus convocatorias, se llenan de películas. Acá existe una producción, y es cuestión de tener espacios. El cine universitario muestra y enseña, visibilizando todo el arco del cine en la historia y en su contemporaneidad, y también en las maneras de producción", afirma.
Este año, realizaron un ciclo de la mano de los directores y los estudiantes de la carrera de audiovisión con entrevistas. "Fue nutritivo en términos académicos conocer distintas motivaciones de esos directores y de esos equipos de producir su película, totalmente diversa una de otras", afirma Ayelén. Llegaron en un mes a tener ocho entrevistas y proyecciones, lo que generó un variopinto de diversidad de la producción nacional y regional. El Tita Merello tiene una responsabilidad: forma parte de la red de salas del MERCOSUR, una instancia de exhibición latinoamericana de la RECAM (Reunión Especializada de Autoridades Cinematográficas y Audiovisuales).
Este año hicieron más de 106 funciones y pasaron los 5.500 espectadores. "Cuando se dice eso de que a las películas no las ve nadie, hay que responder con políticas de exhibición y de difusión. Hoy lo que tenemos es la organización comunitaria, por decirlo de alguna manera, histórica, por ejemplo la experiencia del Cineclub Turdera, pero es necesario que existan espacios institucionales. Así como hay historia de producción, también hay una historia en las audiencias", dice.
La entrada es libre y gratuita, con acceso por orden de llegada hasta agotar la capacidad de la sala. Eso permite la democratización. "Hubo gente que entró a una sala de cine como en la del Tita Merello, que es de calidad, que da gusto, que tiene una acústica que recibió premios por su arquitectura, que nunca antes había entrado a un cine", afirma.
"En nuestra sala podes tener un formato intergeneracional donde va la abuela con el nieto, el estudiante con la madre. A nosotros analizar eso nos ayuda a entender a quién le hablás, y programar en relación a eso", dice su encargada. Este año, tuvieron una función de Los sonámbulos de Paula Hernández que los dejó muy felices con la reacción del público. "Salimos y éramos 120 personas. La película nos dejó a todos sin palabras. Eso pasó porque existía porque el terreno, el tiempo y el espacio de todas esas personas confluyendo, el ritual cultural de ir al cine. Como Universidad Nacional nosotros lo podemos ofrecer, y queremos que llegue a la mayor cantidad de personas", afirma.
Este jueves
Este jueves a las 17hs se proyectará el cortometraje "Croman, el maldito", dirigido por Andrés Damonte. Esta obra corta se desarrolla en una taberna del interior argentino, donde la xenofobia entre los gauchos borra la línea entre la ley y la trampa, mostrando un retrato crudo de las tensiones sociales en un contexto rural.
A continuación, "Suburbios del alma", de Claudio Santorelli, llevará al público a mediados de los años 90 en una ciudad costera. La película cuenta la historia de Clara y Miguel, dos personas solitarias que se conocen en un encuentro casual, mientras Luis y Viviana luchan por su hijo adolescente, Marcos. Lorena, una joven ingenua, completa el rompecabezas de personajes cuyas vidas se entrelazan en una trama que desvela las verdades ocultas de sus existencias cotidianas.
A las 19hs, el ciclo continuará con el cortometraje "Resistencia, nadie se salva solo", dirigido por Enrique Fraquelli. En un mundo apocalíptico, Gabriela y Damián huyen de las autoridades por no haberse inscrito como ciudadanos. Su encuentro con Mateo desencadenará una revelación inesperada que cambiará sus vidas.
La noche culminará con "La Noche cobra Vida", película dirigida por Roberto Ramirez. La historia sigue a un programa de radio nocturno que, al cubrir la noticia de un suicidio local, descubre que detrás de este hecho aparentemente aislado se oculta un misterio que involucra a personas poderosas del pueblo. Con una trama de suspenso, la película mantiene al espectador al borde del asiento.
La programación del cine Tita Merello no es un capricho, tiene una responsabilidad. "La pregunta es qué hay en la provincia por fuera de Dios atendiendo en Capital. Hay cine, hay festivales. Hoy vamos un paso más allá y somos pantalla de eso, de películas que si no es por los festivales no hay posibilidad de tener acceso a ellas", concluye.