La organización no gubernamental Human Rights Watch (HRW), dedicada a denunciar violaciones a los Derechos Humanos, instó a las nuevas autoridades sirias a tomar medidas urgentes para preservar las pruebas físicas de los graves crímenes internacionales cometidos por miembros del gobierno del presidente depuesto, Bashar al Asad, mediante un informe publicado el lunes, después de que se descubrieran decenas de restos humanos en una fosa común

Con el hallazgo de nuevas fosas comunes tras la caída del régimen de la dinastía Asad, la organización solicitó que se preserven estos lugares para una exhumación coordinada, para evitar poner en riesgo "pruebas cruciales" para la rendición de cuentas.

"Sin esfuerzos sirios e internacionales inmediatos para asegurar y preservar los sitios probables de crímenes masivos, y para llevar a cabo exhumaciones coordinadas e investigaciones forenses, existe un grave riesgo de que se pierdan pruebas críticas para la rendición de cuentas", afirmó Hiba Zayadin, investigadora principal para Oriente Medio y el Norte de África de la ONG.

Tadamon, el barrio de la muerte

En el barrio de Tadamon, al sur de Damasco, un equipo de investigadores de HRW verificó la ubicación de un video de abril de 2013, filtrado hace dos años, en el que se mostraban ejecuciones sumarias realizadas por fuerzas gubernamentales sirias y milicias afines.

Durante una visita realizada entre el 11 y 12 de diciembre de este año, los colaboradores de la organización lograron identificar el paradero de los cuerpos de las 11 personas que aparecían en el video, quienes fueron disparadas a quemarropa y luego empujadas a una fosa, cavada a máquina, donde se encontraron los cadáveres de otras 13 personas.

"Las autoridades sirias de transición deben tomar medidas urgentes para asegurar y preservar las pruebas físicas de graves crímenes internacionales cometidos por miembros del anterior gobierno", señaló HRW.

En el lugar, los investigadores hallaron restos humanos, incluidos huesos y dientes de diversas personas, así como fragmentos de cadáveres esparcidos por el suelo de edificios cercanos a la fosa común, lo que llevó a los expertos a concluir que "lo más probable" es que múltiples personas fueron asesinadas y enterradas en ese mismo sitio.

Los residentes de Tadamon aseguraron que las ejecuciones en la zona eran habituales, y la ONG destacó que los vecinos conocen bien los puntos en los inmuebles donde aún pueden encontrarse otras fosas comunes no exploradas. En entrevistas realizadas en 2022, los habitantes describieron al menos 10 incidentes más de ejecuciones entre agosto de 2012 y enero de 2014 en la localidad, así como en los barrios de Daraya, Moadamiya y otras zonas circundantes.

El área fue escenario de intensos enfrentamientos entre las Fuerzas de Defensa Nacional (FDN) sirias y combatientes opositores del Ejército Libre Sirio, especialmente entre 2012 y 2013.

Los testimonios de los vecinos

Los habitantes de Tadamon contaron que vivieron seguros en el barrio durante cuatro décadas, hasta el comienzo de las revueltas populares contra el gobierno de al Asad en 2011, cuando las milicias progubernamentales de la FDN se instalaron en la zona, obligando a gran parte de la población a desplazarse.

Según relató a EFE Hussam Hussain Tomeh, un viejo residente de la zona, su familia decidió quedarse en el barrio a pesar de la llegada de los militares. Un día, recibió una llamada de su nieta, quien le informó que su hermano, su cuñada y sus dos hijos, junto con otros cinco familiares, habían desaparecido. "Mi hermana vino a buscar, pero no encontró a nadie. Solo encontró colchones en el suelo, ropa tirada", relató el anciano junto a una de las posibles tumbas.

Tras este incidente, la familia acudió a un puesto de control de las FDN para tratar de obtener información sobre su paradero, sin éxito. Cuando se filtró el video de la masacre, perdieron toda esperanza de encontrar a sus seres queridos. Hussam no sabe si su familia está enterrada en esa misma fosa o en otra, ya que no se reconoció a ninguno de los muertos en el video.

Por su parte, Nazir Al Tahan, vecino del barrio, explicó que regresó por primera vez a esta zona hace aproximadamente un año, ya que antes se les prohibía el acceso para evitar que los residentes "descubrieran estos crímenes", según lo que conversó con EFE.

El joven afirmó que las desapariciones en la zona siguieron ocurriendo incluso 10 años después de la masacre mostrada en el video. "Estos son los restos de cientos de personas enterradas aquí, no de una masacre, sino de varias", afirmó.

Crímenes de lesa humanidad

Según denunció HRW, el gobierno de Bashar al Asad empleó tácticas ilegales como homicidios sumarios, detenciones arbitrarias, ataques indiscriminados y la imposición de hambrunas, para desplazar forzosamente a los residentes de las zonas controladas por la oposición.

Las ejecuciones extrajudiciales y sumarias constituyen violaciones graves del derecho internacional, pudiendo calificarse como crímenes de lesa humanidad cuando se llevan a cabo de forma sistemática o generalizada como política de Estado, señaló la ONG.

El acceso a garantías procesales y a juicios justos para los presuntos autores de la masacre en Tadamon es "vital", por lo que las autoridades de transición en Siria deben garantizar el acceso sin restricciones a observadores independientes que puedan preservar las pruebas, como el Mecanismo Internacional, Imparcial e Independiente para Siria o la Comisión de Investigación de las Naciones Unidas.

"Las autoridades sirias de transición también deben cooperar con el Comité Internacional de la Cruz Roja, que puede proporcionar conocimientos y apoyo esenciales para salvaguardar estos registros con el fin de esclarecer lo sucedido con las personas desaparecidas y permitir que las familias, que llevan años en una incertidumbre atroz, obtengan respuestas", concluyó el informe.