El gasto público en 2024 alcanzó su nivel más bajo en los últimos ocho años, pero el Gobierno lo vive como una celebración porque el ajuste permitió el superávit en las cuentas públicas, que en noviembre llegó a 1.024.383 millones de pesos y a 357.162 millones luego del pago de intereses por la deuda del Tesoro. En el mes los ingresos fiscales cayeron 7 por ciento contra igual mes del año anterior descontando el efecto de la inflación, mientras el gasto público cayó 24,5 por ciento. Analizan una reforma tributaria para 2025, que tendrá ganadores y perdedores como ocurrió con el “paquete fiscal”, prevén simplificar la carga tributaria.

En noviembre los ingresos totales del sector público alcanzaron 9.609.299 millones de pesos, lo cual implicó una caída de 7 por ciento interanual descontando la inflación, según estimaciones del Centro de Economía Política Argentina (Cepa). El aporte del impuesto a las Ganancias, de los Aportes y contribuciones a la seguridad social y el pago de impuestos vinculados al comercio exterior (los Derechos de exportación fundamentalmente), tuvieron un impacto positivo sobre la recaudación. A diferencia de otros impuestos relevantes como el IVA, el “impuesto al cheque” y los Bienes Personales que disminuyeron en términos reales.

El presidente al conmemorar un año de su mandato adelantó que el Gobierno analiza una reforma tributaria con el objetivo de “simplificar” una estructura tributaria super concentrada: los primeros diez impuesos explican el 92 por ciento de la recaudación total. Pero esa reforma lógicamente tendrá sus ganadores y perdedores, según dijo el ministro de Economía, Luis Caputo, en declaraciones ante la prensa: habrá premios y castigos para las intendencias y provincias que bajen o suban impuestos.

En septiembre el ministro lanzó una cruzada contra las Tasas de Seguridad e Higiene que cobran los municipios a las empresas con una alícuota fija, de modo que la recaudación depende de su facturación. Constitucionalmente, las comunas no pueden hacer eso sino solo cobrar tasas por servicios determinados que deben financiar, como por ejemplo el alumbrado, el barrido y la recolección de residuos. En este contexto, tres cadenas de supermerados –Coto Vea y ChangoMás- se presentaron ante la Justicia en Lanús contra el pago de la Tasa de Seguridad e Higiene. También el Banco Nación realizó una presentación jurídica ante jueves federales contra el pago de diferentes tasas por los préstamos que otorga. Las tasas son una fuente de fondeo muy importante para los municipios, pero para el Gobierno Nacional deben compartir el ajuste.

Por otro lado, en relación a los impuestos derivados del comercio exterior, el presidente Milei dijo días atrás en un almuerzo privado ante la Sociedad Rural Argentina (SRA) que las rentenciones a las exportaciones podrían modificarse en 2025. Un reclamo que los jefes del campo no se cansan de repetir. Según observó el primer mandatario, esa posibilidad quedará ceñida a la dinámica del gasto público –el año próximo seguirá con la motosierra- y a verificar un aumento en los ingresos que no sea transitorio.

Gasto mínimo

Al analizar los datos fiscales en términos del PBI en los últimos ocho años, el Cepa encontró que el gasto público alcanzó en 2024 el nivel más bajo, equivalente a 13,1 por ciento del PBI, esto es 4,7 puntos porcentuales por debajo del promedio. “En los once meses de 2024, de cada 100 pesos ajustados, 24 pesos correspondieron a la obra pública. El segundo lugar en relevancia lo ocupan las jubilaciones con 22,1 pesos. Le siguen las prestaciones sociales que aportaron 13,9 pesos (entre las que se incluyen asignaciones, pensiones no contributivas, prestaciones del PAMI, entre otros), luego los gastos de funcionamiento del Estado (principalmente salarios) con 12,8 y los subsidios con 12,2 pesos”, apuntó el Cepa.

Puntualmente en noviembre, el gasto público totalizó 8.227.754 millones pesos, lo cual implicó retroceder 24,5 por ciento interanual en términos reales, y esto representó un ajuste más leve del gasto ya que la caída promedio en el año fue del 28 por ciento. “Por primera vez en el año, la partida de jubilaciones y pensiones muestra un crecimiento interanual. En noviembre, también la Asignación Universal por Hijo (AUH) y las prestaciones de PAMI exhiben una recuperación”, advirtieron. Todas las demás partidas tuvieron caídas.

A diferencia de otros períodos de la historia argentina en donde la acumulación de divisas conllevó al superávit fiscal –es decir, en un contexto de bonanza económica y no de recesión como el actual-, en la actualidad el ajuste fiscal es el que ordena las cuentas públicas. Esto trae aparejado un riesgo de morderse la cola, es decir, con el ajuste enfriar la economía al punto que la caída de la recaudación aparejada impida conseguir el superávit fiscal. Esto pasó miles de veces en distintos países del mundo. El experimento de LLA viene dando sus frutos a costa del dolor de jubilados, trabajadores públicos y de la construcción, la clase media que paga tarifas más altas, etc. pero el Gobierno sólo festeja el balance fiscal.