Un avión privado de la familia Brito --dueña de Banco Macro-- chocó contra una casa luego de un fallido aterrizaje en el Aeropuerto Internacional de San Fernando ayer al mediodía: había entrado a la pista con normalidad según testigos y por alguna razón, no pudo frenar ni tampoco remontar vuelo en una “maniobra de escape”, muriendo los únicos que iban a bordo --piloto y copiloto-- tanto por el impacto como por el fuego. No hubo más víctimas de milagro entre los habitantes de barrio: una familia lo vio venir y corrió. Y por suerte, justo no había niños jugando en esa tranquila calle.
En el municipio de San Fernando están trabajando personal del SAME y la Policía Bonaerense. Por el momento, se desconocen las causas del incidente. Una vecina de la zona dijo a los periodistas que escuchó la explosión y debió abandonar apresuradamente su casa, tras lo cual arribaron ambulancias, la policía y los bomberos.
¿Una maniobra de escape?
No está claro si los pilotos llegaron a intentar una maniobra de escape, acaso originada por haber tocado la pista demasiado tarde o porque les fallaron los frenos, que serían las principales hipótesis. El llamado “escape” es una aceleración al final de la pista –en tierra o en el aire-- para remontar vuelo otra vez al no tener espacio para frenar.
Lo que es evidente es que los pilotos apuntaron –ante lo inevitable e irreversible de la situación— a salir del aeropuerto rodando sobre el pasto para luego atravesar la cerca, tumbar un árbol e ir --seguramente a propósito-- hacia una calle del barrio que era muy angosta, aun para este avión que venía de llevar pasajeros a Punta del Este (los videos confirman esto).
La nave salió a través de la intersección de las calles José Terry y Charlín linderas al aeropuerto, el mismo lugar donde ocurrió el accidente de 2009. Y golpeó varias casas hasta chocar contra una que se prendió fuego igual que el avión: los pilotos acaso hayan sobrevivido al impacto pero no pudieron escapar. Esa casa quedó destruida y otra está con peligro de derrumbe.
En declaraciones a la prensa, Tomás, un comerciante y testigo de la tragedia, dijo: “El avión sigue derecho, choca y explota. Justo en la parte de la grabación, la cámara enfoca donde termina la pista. Después hay 300 metros de parque, el avión sigue derecho y se estrella. Es justo una zona precaria, pasillos, calles. Entiendo que golpeó las casas pero no se incrustó. Tal vez el piloto de buena fe apuntó a la calle. Es el segundo accidente en 5 años; un avión salió sin combustible y cayó cerca de una casa. Estamos cerca, corremos riesgo, como les pasó a los vecinos. Son los riesgos de estar cerca de un aeropuerto”.
El nombre de los pilotos
Las víctimas fatales fueron Martín Fernández Loza, el piloto de 44 años, y Agustín Oforte, el copiloto de 35, según confirmó la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC). Ambos tenían mucha experiencia en vuelos privados. La ANAC informó en sus redes sociales que la aeronave accidentada tenía matrícula LV-GOK de la operadora New Lines S.A.
También habló con la prensa una mujer que vive en la casa que resultó más afectada, por el derrumbe de su parte delantera: “Yo sentí todo. Escuché a la vecina que dijo ‘el avión se cayó’ y lo primero que atiné a hacer fue sacar a mi bebé que estaba durmiendo en la pieza”. Ella se estaba bañando y debió vestirse con lo que encontró más a mano. Agrego que “estamos todos los vecinos descalzos y nadie nos acerca ni agua. Nos preguntaron si tenemos dónde reubicarnos, que ellos nos pueden dar colchones y camas pero yo no tengo a dónde ir. Acá no conozco a nadie”.
En el municipio de San Fernando operaron todo el día personal del SAME y la Policía Bonaerense. Y los bomberos trabajaron en la cabina para lograr retirar el cuerpo de los pilotos
Una vecina de la zona dijo a periodistas que escuchó la explosión y debió abandonar apresuradamente su casa, tras lo cual arribaron ambulancias, la policía y los bomberos. Los bomberos de San Fernando desplegaron un importante operativo para contener el incendio y evacuar a los vecinos de la zona.
Los vecinos acechados por aviones
Gerardo estaba en la casa que fue impactada por el avión. Asombrosamente, lo vio venir y logró dar aviso a su familia para que saliera. La Policía Bonaerense tuvo que evacuar la zona y personal del SAME revisó que ningún vecino o transeúnte hubiese sido herido.
Si bien se sospecha que fue producto de un desperfecto técnico, todavía no están confirmadas las causas del incidente. El avión hacía su ruta más frecuente a Punta del Este y los pilotos nunca habían tenido complicaciones.
El aeropuerto de San Fernando no operará hasta la medianoche, mientras que los vuelos privados son desviados a Aeroparque.
La investigación del siniestro quedó en manos de la Junta de Investigación de Accidentes de Aviación Civil y la Justicia Federal. Por eso, la jueza federal de San Isidro, Sandra Arroyo Salgado, y una fiscal se acercaron a supervisar los peritajes de Policía Científica durante horas. Las autoridades iniciaron una investigación para determinar los factores que llevaron a la aeronave a no alcanzar su destino y los posibles problemas técnicos que pudieron haber influido en esta tragedia.
Un avión muy moderno
El avión accidentado pertenecía a la familia de Jorge Brito, dueño del Banco Macro quien falleció el 20 de noviembre de 2020 en un accidente de helicóptero en la provincia de Salta. Y había sido alquilado como vuelo chárter a un tercero.
La aeronave involucrada es un Bombardier Challenger 300, uno de los jets privados más confiables del mercado. Es de tamaño mediano fabricado por Bombardier Aerospace. Su autonomía alcanza hasta 5.700 kilómetros, permitiendo vuelos intercontinentales sin escalas. Está equipado con motores gemelos Honeywell Engines HTF 7000 que le otorgan una velocidad de crucero de 870 kilómetros por hora y capacidad para realizar trayectos de largo alcance.
El avión tiene una cabina amplia y cómoda con dimensiones de 1,85 metros de alto por 2,18 metros de ancho. Su capacidad máxima es de nueve pasajeros y tiene asientos con mesas plegables y compartimientos para equipaje, con espacio para ocho valijas. Externamente, el avión es de color blanco con líneas decorativas y un diseño reconocido por premios aeronáuticos internacionales.