Mientras la organización no gubernamental Fundación Alfarcito aseguró que la diócesis salteña pretende desalojar a artesanas y artesanos del centro artesanal de Alfarcito, voceros eclasiásticos desmintieron la versión.
El Arzobispado adelantó a Salta/12 que convocó a dialogar después de la misa de Navidad, que se celebrará hoy a las 10 de la mañana en la mítica iglesia de techos rojos.
El mercado artesanal, en el centro del conflicto, integra un complejo religioso, educativo y turístico que pertenece al Arzobispado salteño. Fue construido mientras el trabajo pastoral de Alfarcito estuvo a cargo del
sacerdote bonaerense Sigfrido Moroder. Conocido simplemente como Padre Chifri, tuvo la visión de generar un lugar de intercambio destinado a la comercialización de los productos elaborados por artesanos y artesanas de la quebrada. Según contaron a este diario habitantes de la zona, esa idea surgió mientras Chifri los acompañaba a vender sus mercancías en el Mercado Artesanal, en la capital de la provincia.
Según pudo relevar Salta/12, si bien las diferencias entre quienes actualmente gestionan la Fundación y el Arzobispado tienen larga data, el conflicto empezó a escalar hace tres años porque la Iglesia salteña cuestionó a la ong su gestión sobre la producción artesanal y las ventas que ocurren en ese mercado. Recientemente el Arzobispado dió otro giro a la disputa, cuando a finales de noviembre informó sus intenciones de intervenir más fuertemente sobre ese espacio que es fuente de ingresos de buena parte de la comunidad de la Quebrada del Toro.
"Nos llegó una nota donde nos dijeron que querían intervenir el centro", relató Inocencia Lamas, en una entrevista que concedió a una radio local. En su relato, la quebradeña contó que tras la misiva -que interpretaron como un aviso de desalojo- en asamblea decidieron enviar una respuesta por escrito al Arzobispado. La nota fue firmada por alrededor de 30 artesanos y artesanas y solicitaron dialogar directamente con el arzobispo Mario Cargnello, "pero él nunca nos respondió", dijo la artesana. "Nosotros queríamos saber cuál (fue) el motivo de la decisión. Todo esto nos dejó hace 15 años el padre Chifri y ahora no sabemos cómo seguir, por eso lo (hicimos) público", explicó.
En diálogo con este diario, la responsable del colegio secundario de Alfarcito, Hilda García, aseveró que las versiones de desalojo son falsas. "Una de las mentiras que se rumorea en los cerros es que el centro de artesanos va a cerrar y eso no es así", dijo la directora del Colegio Secundario de montaña 8214. "La Iglesia quiere que sean los artesanos quienes gestionen ese espacio", continuó. "En todos estos años, la Fundación no generó ni un sólo líder local", cuestionó a la ong.
"No hay conflicto con los artesanos por parte del Arzobispado", insistió García. "Nosotros cuestionamos a la Fundación, que es una ong independiente, y se encuentra en el predio administrando ese centro artesanal con criterios con los que el Arzobispado no está de acuerdo", advirtió. La representante del Arzobispado en Alfarcito aclaró que la prelatura local "hace varios años está intentando que la Fundación cese sus actividades dentro de un predio que es eclesial", porque su misión cambió cuando murió el padre Chifri. En el mismo sentido, Oscar Ossola, vocero del Arzobispado, informó que solicitaron a la ong cesar con la administración del centro de artesanos. "Nunca se pensó en suspender, cerrar o terminar con ese centro, ni con los artesanos actuales", aseveró.
Qué dicen en la Quebrada
Un artesano que habita en un paraje próximo a Alfarcito, se mostró preocupado por la suerte del centro artesanal. "Nosotros estamos en medio de una disputa entre dos instituciones", dijo a Salta/12. "Sabemos que hubo artesanos que decidieron no vender más por diferencias con la ong. Sin embargo, el centro fue pensado para que nosotros gestionemos nuestros productos", agregó.
Otra artesana recordó que "fue Chifri quien fundó el colegio de Alfarcito, un lugar donde nuestros hijos podían aprender y soñar con un futuro mejor". "También impulsó la Fundación Alfarcito, que nació con el propósito de atraer donantes que confiaran en una gestión transparente y comprometida con la comunidad", agregó rememorando al sacerdote bonaerense que llevó adelante la obra del complejo en Alfarcito mientras vivió en esa porción de las montañas de Salta desde 1999 hasta su muerte, en noviembre de 2011.
La artesana cuestionó la decisión del Arzobispado sobre el espacio comercial del predio. "El centro, que siempre fue gestionado por nosotros bajo acuerdos claros, ahora enfrenta una intervención unilateral por parte del Arzobispado. No nos consultaron, no nos escucharon. Simplemente tomaron una decisión que afecta directamente a nuestra forma de vida y nuestro trabajo", afirmó. "No podemos permitir que esta obra se desvirtúe. Queremos que se respete el esfuerzo de los artesanos, de los voluntarios y de todos los que hicieron posible este sueño", concluyó.