Victoria Villarruel tendrá razones para celebrar este fin de año. La Cámara Federal porteña ordenó que se investigue la bomba en el comedor de la Superintendencia de Seguridad Federal (SSF) colocada en julio de 1976 –en plena dictadura. La causa, impulsada por defensores de represores y por el genocida Eduardo Kalinec, se presentó como una reacción al proceso de juzgamiento por crímenes de lesa humanidad. El argumento de los camaristas para favorecer la avanzada contra los sobrevivientes de los años ‘70 es que el hecho no se investigó entonces. La dictadura hizo justicia a su modo: secuestrando, torturando, asesinando y desapareciendo a quienes sindicó como responsables. “Los tres jueces de la Cámara se hacen los tontos y pretesalieron a matar a los curas palotinos y a decenas de militantes en los días posteriores. avalan las desapariciones, torturas y muertes de los represaliados por el hecho del 2 de julio de 1976Pablo Llonto