Víctor Hugo Morales cuestionó durante su editorial por la 750 al poder judicial y afirmó que, en complicidad con los medios de comunicación, actúan de manera mafiosa, dando protección a sus propios intereses y atacando a más no poder a todos aquellos que se opongan a sus pretenciones. “El fiscal Ramiro González, que tiene la causa de Alberto Fernández no es mencionado en una sola de esas denuncias de su exmujer y su hija”, ejemplificó.
El editorial de Víctor Hugo Morales
¿Qué es la mafia? ¿Cómo se expresa? ¿Qué hace? De eso hablamos todos los días.
Porque estamos en manos de mafias. Por supuesto que al ciudadano común no le llega de una manera tan directa. No tiene el oficio, la experiencia, la cobertura a la que accedemos los periodistas por nuestro trabajo.
Porque los delincuentes extienden su poder hacia la justicia y la política. Y eso es mafia. Lo que acabamos de escuchar es un comentario de Carlos Pagni sobre la red de la justicia. ¿Cómo entra la llamada mafia de Clarín en esta historia siniestra que cuenta Pagni? Dando protección.
La mafia da resguardo, vende protección y castiga a los que no se suman a sus intereses. El fiscal Ramiro González, que tiene la causa de Alberto Fernández y otras de interés del Grupo, no es mencionado en una sola de esas denuncias de su exmujer y su hija.
Si ustedes ponen en su trabajo de ciudadano, el nombre del diario y el fiscal juntos, lo único que encontrarán es el elogio a la actuación a favor de los intereses del diario. En contra, en este caso, de Alberto Fernández.
Durante estos años hemos visto desollar vivos a los que la mafia quiere liquidar. Puede ser una figura de la política, del periodismo o de la propia justicia. Si no se ponen en fila para obedecer, los mata quitándoles las ganas de vivir.
Si es Ercolini, el delincuente que con ellos es sinónimo de la matufia de Lago Escondido, si es Rosenkrantz o Irurzun, protección, salvo que descarrilen. Si es un Ramos Padilla o un Mahiques, he ahí la diferencia.
Ramiro González juzga a Alberto Fernández por lo mismo que lo denuncian a él, pero algo peor… está denunciado por sus hijas de abuso sexual. Este año quisieron llevar su caso a la oficina de violencia doméstica de la Corte Suprema y, por supuesto, rebotaron.
Con jueces y corte cómplices, no hay problemas en la podrida comarca de Comodoro Py y de la calle Tacuari. La protección de las mafias es más fuerte que aquella que le pedimos al cielo.