El líder derechista e islamófobo holandés, Geert Wilders (foto), fue hallado ayer culpable de discriminación por una tribunal, pero fue absuelto del cargo de incitación al odio por unos comentarios que hizo en 2014 sobre los marroquíes que viven en Holanda.

Wilders, que lidera varios sondeos de cara a las elecciones de marzo próximo, calificó la sentencia de demencial, dijo que estaba dirigida contra él y la mitad de Holanda y que los jueces que la dictaron odian”a su agrupación de extrema derecha Partido de la Libertad (PVV). En su veredicto, que no incluyó ninguna pena pero que los abogados de Wilders dijeron que igual apelarán, los jueces dijeron: “El carácter incendiario del modo en el que se hicieron las declaraciones han incitado a otros a discriminar a gente de origen marroquí”. Sin embargo, los magistrados agregaron que había “evidencia insuficiente” de que sus palabras configuran, además, el delito de incitación al odio.

La corte no impuso ninguna pena contra Wilders, pese a que los fiscales habían pedido una multa de cinco mil euros. De todos modos, Wilders apelará el fallo por creer que “es un gran menoscabo para la libertad de expresión”, dijo su abogado. “El señor Wilders ha indicado que apelará la sentencia”, dijo el letrado Geert-Jan Knoops en un comunicado. Poco después, el propio Wilders recurrió a su cuenta de la red social Twitter para repudiar la decisión de los jueces. “Tres jueces que odian al PVV declaran que los marroquíes son una raza y me condenan a mí y a la mitad de Holanda. Demencial”, escribió.

El fundador y líder del xenófobo, islamófobo y antieuropeísta PVV, de 53 años, estaba siendo juzgado desde marzo pasado por incitación al odio y la violencia, insultos raciales y discriminación contra los marroquíes en Holanda. Durante un acto en La Haya celebrado en 2014, en el marco de la campaña para las elecciones municipales, Wilders incitó a sus seguidores a gritar “menos, menos, menos” marroquíes en Holanda. “Yo me encargaré de ello”, prometió el político, entre sonrisas. Más de 6.400 personas, ciudadanos holandeses y marroquíes, llevaron el caso ante la Justicia alegando trauma psicológicos.