El Comité Nacional de la Unión Cívica Radical expulsó de las filas partidarias a los diputados Mariano Campero, Luis Picat y Mariano Arjol. Se trata de legisladores nacionales que blindaron los vetos a las leyes de movilidad jubilatoria y financiamiento universitario, en contra de lo que votó la mayoría del bloque radical.

Otro diputado con voto controvertido evitó la sanción del tribunal de ética del centenario partido: Pablo Cervi, que se abstuvo al momento de votarse el veto al financiamiento universitario. 

Según se fundamentó, la expulsión es "en grave conducta partidaria que afecta la dignidad de la UCR en los términos del artículo 53 de la Carta Orgánica Partidaria".

Tras aquella votación, doce diputados de la UCR se escindieron en una bancada que que se referencia en Facundo Manes y apoya a Martín Lousteau, presidente del partido a nivel nacional. De esa manera, el bloque de al UCR quedó limitado a veintiuna voluntades.

Dos días antes de la votación por la movilidad jubilatoria, en septiembre, los diputados habían visitado a Javier Milei en la Casa de Gobierno. Al mes, acompañaron el veto en contra de las universidades.

Hubo reacciones en contra dentro de la UCR ante la noticia de la triple expulsión.  Pamela Verasay, diputada por Mendoza, escribió en X: "Un puñado de dirigentes pretenden que la @UCRNacional se convierta en un partido chico, sin voluntad constructiva y muy alejado de los deseos de sus votantes. Queda claro que unos pocos han perdido la visión del conjunto y sólo se escuchan entre ellos".

Al rato se pronunció el gobernador de Mendoza, Alfredo Cornejo, también por la misma red social: "La decisión de expulsar de la UCR a Mariano Campero, Luis Picat y Martín Arjol no solo es una decisión completamente equivocada, sino que además demuestra que la conducción partidaria, que promovió esta idea, piensa en un partido chico, alejado de la histórica tolerancia democrática de la UCR, de nuestros simpatizantes en todo el país, de nuestros principios y nos aleja de nuestro electorado".