El juez federal con jurisdicción electoral en la provincia de Buenos Aires, Alejo Ramos Padilla, puso sobre la mesa la conflictividad a la que se someterá a los bonaerenses luego de la decisión de aprobar la implementación de la Boleta Única en Papel en las elecciones a nivel nacional. De esta manera, el magistrado recomienda dilucidar con urgencia el camino de cara a las elecciones provinciales en 2025 porque es necesaria “una pronta y eficiente planificación”.
“La transparencia de las elecciones es fundamental”, sostiene Ramos Padilla en una resolución que ya está en manos de, entre otros, el ministro de Gobierno provincial, Carlos Bianco, y el Jefe de Gabinete de la Nación, Guillermo Francos. En el texto, el juez analiza cuatro escenarios posibles que se pueden presentar en las próximas legislativas: simultaneidad, concurrencia, desdoblamiento y la eliminación de las PASO.
En cada caso, hay complejidades. Afirma que la posibilidad de votar la misma fecha y con el mismo sistema, es decir, en un escenario de simultaneidad, la dificultad será menor que en el resto, aunque no ausente.
El peor de los panoramas es, para el letrado, el desdoblamiento de las elecciones. Elegir con sistemas distintos, dado que en la Provincia sigue vigente la boleta partidaria, y en días distintos, acrecienta la problemática para la capacitación de los electores y las autoridades de mesa.
A su vez, señala que las Primarias Abiertas Simultáneas y Obligatoria hoy permiten tener una primera experiencia en la utilización de la BUP. Es decir, para Ramos Padilla sería una herramienta relevante al momento de disminuir el margen de error de cara a las elecciones generales.
De todas maneras, su principal preocupación radica en “la falta de certezas” que aún persisten sobre la forma en que se realizarán las elecciones en la provincia de Buenos Aires cuando el 2024 está a dos semanas de finalizar.
“Esto torna dificultoso prever la cantidad y características de los materiales necesarios, los espacios que deberán utilizarse, la cantidad de personal necesario para uno u otro escenario, la formación y capacitación que debe realizarse sobre el personal de la justicia, las autoridades de mesa y los delegados, o los requerimientos que deben efectuarse a los distintos organismos que forman parte de la preparación y organización de los procesos electorales 2025”, resume Ramos Padilla en su resolución.
El primer par de escenarios
El juez electoral advierte que hubo cuatro reuniones a lo largo del mes de octubre y noviembre con representantes de la Provincia y la Nación a los fines de ir encuadrando el futuro electoral del 2025. En tales encuentros, dice, se resaltó “como un condicionante ineludible para la organización de las elecciones la dimensión y magnitud del distrito”.
Sucede que, estima, para el próximo año habrá más de 14 millones de habitantes habilitados a votar, distribuidos en más de 40 mil mesas, con 120 mil autoridades de mesa, en 7 mil establecimientos de votación y similar número de delegados, que llevarán a cabo esa tarea en un territorio que supera los 300 mil kilómetros cuadrados dividido en 135 municipios. Complejo.
Así las cosas, Ramos Padilla sostiene que la simultaneidad es el mejor escenario posible. Es decir, elegir autoridades nacionales y provinciales con la BUP. “Simplificaría la capacitación que es necesario impartir a los distintos actores del proceso, haría más sencilla la logística a desplegarse y permitiría un menor gasto en la realización de dichas elecciones”, subraya.
De todas maneras, los problemas abundan. Será necesario el doble de autoridades de mesa ya que habrá dos urnas, una para Nación y otra para Provincia. Serían alrededor de 90 mil personas necesarias. También habría que duplicar los delegados de la Justicia Electoral. A su vez, la duplicidad de urnas implica la preparación, almacenamiento y distribución de al menos 80 mil urnas y 80 mil talonarios de boletas por elección, lo que hace trascendental “la construcción de un galpón de urnas”.
¿Algo más? Sí. Ramos Padilla indica que se debe contemplar la compra de cabinas para la votación con BUP y que es imperativo contar con un buen viático para incentivar la participación de las autoridades dada la complejidad del escenario.
Para el segundo escenario, el de la concurrencia, “introduce la complejidad de gestionar dos sistemas de votación completamente diferentes”. La concurrencia implica la realización de las elecciones, la nacional y la provincial, el mismo día, pero con distintos sistemas. En este caso, por un lado la BUP y por el otro la boleta partidaria tradicional.
Entre las primeras dificultades, radica la coordinación de los actores intervinientes, como la Justicia Electoral provincial, la Nacional, así como la Junta Electoral provincial y la Cámara Nacional Electoral. Habrá dos urnas, pero con más espacio necesario: un cuarto oscuro para la partidaria y una cabina para la BUP. A esto se agrega la controversia judicial por quien provee las cabinas de votación y el flojo antecedente de lo sucedido en las elecciones de Capital Federal en 2023.
“Posiblemente demore la circulación de electores y se extienda la jornada electoral”, señala Ramos Padilla. Además, las autoridades de mesa “tendrán que administrar y custodiar el talonario de boleta única mientras controlan el cuarto oscuro y gestionan la correcta disposición de las boletas partidarias”, detalla. Así, advierte, el escrutinio será más complicado porque habrá dos tipos de actas y dos criterios distintos de control.
El peor y el necesario
Respecto al tercer escenario, el del desdoblamiento, Ramos Padilla hace hincapié en que “podría representar el escenario más complejo y costoso desde la perspectiva de la gestión electoral en la Provincia de Buenos Aires”. “Los cronogramas electorales nacionales y provinciales inevitablemente se superpondrán, creando conflictos en la asignación de recursos humanos y materiales y dificultando la colaboración que este Tribunal podría poner a disposición de la Junta Electoral Provincial”, aclara el juez.
A su juicio, se generará un “estrés considerable en el sistema electoral y un impacto significativo en los recursos humanos y materiales disponibles”. “La capacitación de electores, autoridades de mesa y delegados electorales también se verá afectada, ya que se necesitarán campañas de formación separadas para cada elección y la misma autoridad de mesa podría ser llamada a cumplir funciones distintas en cada una de las elecciones”, apunta.
A su vez, la gestión de materiales será más difícil ya que podría haber hasta cuatro elecciones en caso de que sigan en pie las PASO.
Más allá de esta observación, el cuarto escenario que evalúa Ramos Padilla es en relación a las Primarias. “Las elecciones primarias organizan la oferta electoral que se presenta al electorado en las elecciones generales, con menos cantidad de partidos, menor cantidad de boletas y de candidatos”, afirma en principio.
“En función de ello, podría preverse que las dificultades señaladas para los escenarios uno, dos y tres se verían incrementadas si la primera experiencia de utilización de BUP se lleva a cabo en una elección general y no en una elección primaria, con la utilización de un nuevo sistema que impacta directamente, sin ensayo alguno y con la incertidumbre que ello legítimamente genera, en la elección donde se dirimen, concretamente, los cargos públicos en juego”, explica el juez.