El anuncio de la ministra de Seguridad Patricia Bullrich, que pretende obligar a trabajar gratis a los presos recluidos cumpliendo condena en el Servicio Penitenciario Federal, ha quedado bajo la lupa y recibió un fuerte repudio de abogados y especialistas, que lo han considerado como un "retroceso significativo", ya que al tratarse de un empleo "no remunerado", la medida "no fomenta la reinserción laboral".

La abogada Josefina Gulias Diaco cuestionó con contundencia la decisión del Gobierno de Javier Milei y advirtió que no solo incumple con las propias normativas vigentes en el país, sino que genera una respuesta diametralmente opuesta a la que pretende el Gobierno, afectando más la situación de los reclusos.

La medida anunciada por el Gobierno estableció la obligatoriedad para todos los presos del Servicio Penitenciario Federal a trabajar en las cárceles donde están alojados. Las actividades serán no remuneradas y tendrán una duración de cinco horas diarias, de acuerdo a la Resolución 1346/2024 del Ministerio de Seguridad que encabeza Bullrich, publicada en el Boletín Oficial este miércoles.

De acuerdo a la resolución, los internos deberán realizar tareas de mantenimiento, limpieza, aseo e higiene en los espacios propios y comunes dentro en los establecimientos a los que pertenecen y se encuentran albergados.

Para Gulias Diaco, “esta resolución tiene un problema central: las tareas no remuneradas que se pretenden justificar esto como una medida para favorecer la reinserción, pero no parecen cumplir ese objetivo”.

En principio es debido a que los presos constantemente piden trabajo. Además, sostuvo que “si revisamos la ley de Ejecución Penal, en su apartado sobre el trabajo, se establece que este debe tener ciertas características: no ser un castigo, fomentar hábitos laborales y ser remunerado”.

Este trabajo no es remunerado, y tampoco fomenta la formación de hábitos laborales”, señaló, y en la óptica punitivista del Gobierno, cabe destacar, se parece más a un castigo que un plan elaborado. 

El trabajo no debería asumirse como gratuito. El problema radica en que esta medida no contribuye a la formación de hábitos laborales adecuados. Además, esto contradice el argumento del Gobierno, que siempre insiste en la importancia de vender la mano de obra y ser competitivos”, señaló.

Y añadió: “Sin embargo, este tipo de trabajo no enseña a ser competitivos en el mercado laboral; al contrario, fomenta la idea de regalar el esfuerzo. No hay correlación entre la reinserción y esta medida, ya que no enseña una relación laboral válida. Volver a plantear esto es un retroceso significativo”.