En 1981, los economistas Thomas Sargent y Neil Wallaces criticaron la emisión monetaria en un artículo llamado “Algunas desagradables aritméticas monetaristas”, un título provocativo para una publicación académica, pero a tono con la irreverencia reaganomics de los '80. 

En la Argentina, volvieron a ponerse de moda estas ideas que atrasan medio siglo. No por el monetarismo, pues la base monetaria nominal creció 217% en 2024, sino por la aritmética desagradable. Milei y Sturzenegger no aprobarían el examen de matemática que ellos empezaron a hacerles a los empleados públicos.

Las distintas proyecciones sobre el crecimiento de la economía argentina para este 2024 indican una variación entre -3,5% y -3,8%, según se tome el FMI, la OCDE o el propio presupuesto del gobierno nacional. No obstante, Federico Sturzenegger, ministro de Desregulación y Transformación del Estado, en un temerario ejercicio de transformación de las estadísticas públicas, dijo en la red social X “el PIB creció 17% anualizado, el consumo 20% y la inversión 57% VLLC!”. Resta decir que según el Indec, el consumo privado, lejos de subir 20%, cayó 3,2% interanual, y la inversión no creció 57%, de hecho fue -16,8%.

Tamaño dislate se debe a la ridícula moda que impuso en solitario Milei de tomar un dato puntual favorable y anualizarlo sin más, es decir, asumir que ese resultado se replicará (y acumulará) a lo largo del año. Recurrió a ese artilugio para decir que estábamos en una hiper con variación de precios del 17.000%, por haber anualizado el dato de precios mayoristas de un único mes (provocado por su propia devaluación). Es como pensar que si un equipo de fútbol hace un gol, a ese equipo hay que imputarle el ratio de un gol por minuto, y deducir que gana todos los partidos 90 a 0.

No lo dijo una vez al pasar, tampoco fue corregido por ningún economista de su entorno. Según La Nación lo repitió en 73 discursos a lo largo del año. Posiblemente lo siga diciendo de por vida.

Dicho razonamiento puede esperarse de un personaje televisivo y tik-tokero como Milei, que toca de oído sobre temas de economía, pero sorprende que ahora se sume Sturzenegger, PhD del MIT, autor de papers académicos. El ministro tomó el dato del PIB desestacionalizado respecto al trimestre anterior de 3,9% y lo anualizó. Ni siquiera en potencial, dijo “creció 17%”, el equivalente al desesperado “yo ya gané” de Margarita Stolbizer.

Diego Giacomini, examigo de Milei, criticó este nuevo berretín del rayo anualizador del tándem Milei-Sturzenegger dando un ejemplo con un tema sensible de suma actualidad, la disparada de los dólares financieros: “metodológica e intelectualmente esto es un mamarracho. Porque nadie sensato puede extrapolar y pensar que, porque el dólar en 7 días subió un 11%, en términos anualizados va a subir 26.000%.”

Es quizás el apuro por querer mostrar resultados positivos que habiliten la vuelta a los mercados, lo que llevó al ministro a dilapidar su prestigio académico sumándose a la desagradable aritmética libertaria.