Rodeadas por un desmedido operativo de las fuerzas de seguridad, centenares de manifestantes de agrupaciones sindicales, piqueteras, estudiantiles, de derechos humanos, de jubiladas y jubilados, de las mujeres y disidencias, ambientales, y organizaciones políticas de izquierda, se concentraron en la Plaza de Mayo para evocar el levantamiento popular del 19 y 20 de diciembre de 2001, sofocado con una brutal represión en todo el país que se cobró la vida de 38 personas. Jubilados, universitarios, trabajadores de la salud y de la educación, entre otros sectores en lucha, exigieron a las centrales sindicales un paro nacional activo en rechazo al ajuste del gobierno de Javier Milei, y repudiaron el operativo represivo de la Gendarmería en Salta, donde fue asesinado Fernando Gómez

"El 2001 es una enseñanza identitaria en el pueblo argentino que no va a quedar atrás, el pueblo sabe que tiene derecho a rebelarse y que las posibilidades de echarlos y que se terminen yendo por los techos son concretas", dice a Página12 el abogado Sergio "Cherco" Smietnianski, compañero y amigo de uno de los asesinados en aquella jornada. Alude así al final del gobierno de la Alianza, con el ex presidente Fernando saliendo en helicóptero desde la Casa Rosada.

En medio del mar de banderas --con predominio de rojo, naranja y celeste, y también alguna palestina-- y rodeados por un cordón muy apretado de policías federales y prefectos, los y las militantes repasan las luchas del año, admiten el desgaste y el cansancio, pero lo expresan con el orgullo de haberle presentado resistencia a la administración libertaria. Ahora plantean "la perspectiva de un gran plan de lucha hasta derrotar todo el plan de Milei", según consta en el documento que están a punto de leer desde el escenario. 

Mezclados entre periodistas, camarógrafos y reporteros gráficos dijeron presente todos los referentes del Frente de Izquierda-Unidad, del PTS, el PO, IS y el MST, además de decenas de otras agrupaciones de izquierda. "Universidad de los trabajadores, y al que no le gusta, se jode", corearon desde el micrófono mientras subían representantes de los centros de estudiantes que protagonizaron las movilizaciones más masivas de 2024, junto a sus docentes. Antes habían llamado a las organizaciones de jubilados, las que más constantes se mantuvieron en la calle. 

El que no vivió el llamado "Argentinazo", lo conoce por los relatos en primera persona, los documentales, los libros y las notas periodísticas. "Recuerdo la masividad y la organización, porque parece que todo fue espontáneo y en realidad en las primeras horas los que vinimos estábamos encolumnados, es algo que quedó diluido en la historia, estaban las organizaciones sociales que después en el 2002 tuvieron gran protagonismo", describe Smietnianski. "Nosotros fuimos la segunda columna en llegar a Plaza de Mayo, después que habían reprimido a las Madres, veníamos de zona sur con el MTR, la Coordinadora Barrial de Remedios de Escalada, gran parte de lo que será luego el Bloque Piquetero Nacional", completa. Entre ellos también marchó Carlos "Petete" Almirón, uno de los seis asesinados en CABA. Los demás fueron Gastón Riva, Diego Lamagna, Alberto Márquez, Gustavo Benedetto y Jorge Cárdenas.

"La segunda tanda represiva de la tarde empezó y nunca paró, la idea del ´que se vayan todos´ los responsables de la crisis es que no se van, hay que echarlos, no alcanza con entrar a la Casa Rosada con una movilización, el poder no está solamente ahí", comenta Smietnianski, que ahora integra la Coordinadora Antirrepresiva por los Derechos del Pueblo (Cadep). En 2001, él y Petete Almirón militaban en Correpi Sur. "Era mi amigo, muy solidario, nos viene a recordar que la juventud no empezó a luchar hace diez años, era veinteañero, venía de un barrio humilde y era un laburante, entrelazaba el movimiento social piquetero con la lucha por los derechos humanos porque el gatillo fácil afectaba a los pibes del barrio", así describe al joven que murió de dos disparos en el pecho en la esquina de Avenida de Mayo y Bernardo de Irigoyen.

Entre los detenidos de aquella jornada estaba Diego Corradi. "Cuando lo liberaron contó que en el calabozo otro pibe le había dicho que le pegaron un tiro a uno de nuestros compañeros, lo describió y era Petete. Al llamar a su casa nadie atendía. Después, una compañera me atiende llorando, nos confirmó que lo habían matado" cuenta. Smietnianski afirma que Almirón, que vivía en Villa Adelina y estudiaba Sociología, "era de la misma generación que Darío Santillán y Maxi Kosteki" y aventura que "si existe el hombre nuevo del que hablaba el Che Guevara seguramente es como estos pibes". 

Debajo de la histórica palmera --que había llegado en el siglo XIX desde Río de Janeiro y que se incendió aquella noche del 19 cuando la multitud, en ese momento sí autoconvocada, festejaba la renuncia del ministro de Economía Domingo Cavallo-- se resguarda del solazo una familia, cada integrante con pecheras diferentes. Prefieren no dar su apellido, las persecuciones volvieron a estar a la orden del día. Comentan que militan en espacios diferentes. "En casa nos matamos porque soy de la izquierda trotskista, mi vieja milita en ATE y mi hermano dice que es heredero de Néstor y Cristina", cuenta Claudia, estudiante secundaria. Pero están en la Plaza por la misma razón. Ella se aleja para ir a abrazar a una jubilada que el miércoles fue golpeada por la Prefectura en Congreso.

"Seguimos exigiendo justicia por los asesinados en 2001, repudiamos la liberación del cabo Acosta (asesino de Darío y Maxi), peleamos por una huelga general que termine con el plan motosierra para dar paso a una salida de conjunto, obrera y popular", dice Carlos "Sueco" Lordkipanidse, sobreviviente de la dictadura. Y cierra con el grito "30.000 detenidos desaparecidos, presentes, ahora y siempre, venceremos", acompañado por la multitud.

Los reclamos

Durante el acto fue repudiado el fallo de la Cámara Federal porteña "que procesó a 17 compañeros del Polo Obrero por el simple hecho de convocar a movilizarse", el inicio del juicio contra "los luchadores de Jujuy que pelearon contra la reforma constitucional de Morales". Además, exigieron el desprocesamiento de los trabajadores de la educación en Santa Fe y Misiones. "Seguimos dando muestras de nuestra voluntad de lucha, a pesar de los dirigentes sindicales burócratas, que dan la espalda a todas las peleas de hoy", dijeron desde el palco improvisado sobre el acoplado de un camión, ubicado frente al Cabildo. Destacaron la lucha de los hospitales Garragan y Posadas, y el triunfo contra el cierre del Laura Bonaparte. "Los docentes combativos de AGD y de los centros de estudiantes estuvieron en la primera línea del combate por la universidad", recordaron. "No van a callar la protesta a fuerza de palos y gases, juicio y castigo a los responsables del asesinato de Gómez en Orán", agregaron.

El documento leído en Plaza de Mayo fue firmado por PTS, IS, MST, PO, Política Obrera, Polo Obrero, Ademys, AGD-UBA, SUTNA, SUTEBA Tigre, CICOP, ATE Sur, Jubilados insurgentes, Jubilados de izquierda, Marabunta, Jubilados del PTS, Coordinadora por el Cambio Social, MTR 12 de abril y Frente Popular Darío Santillán, entre otros.