En Brasil las reservas turísticas de argentinos están 100 por ciento por encima de las del año pasado y las reservas 50 por ciento. Este es el panorama que pintan desde Brasil representantes de diversas agencias que trabajan con turistas argentinos. La razón es clara: destinos de Argentina encarecidos en dólares y destinos brasileños más baratos producto de la devaluación del real. Es una relación de precios desventajosa para los destinos argentinos, no sólo en los alojamientos sino también en comidas y excursiones.
Así lo cuentan a Página/12 desde la agencia Lucas Aimar Turismo con sede en Río de Janeiro. Pablo, uno de sus representantes, asegura que "la demanda creció considerablemente" con respecto al verano pasado, "en especial en el ultimo mes y medio". "Para fines de septiembre explotó, los mensajes volvieron a ser mayoritariamente argentinos como era en 2017 o 2018. Luego de eso se había diversificado un poco y ahora no sólo volvió con fuerza, sino que tuvimos que reforzar la atención para las distintas reservas. De diez consultas, cinco o seis son argentinas", agrega.
Las reservas en alza
En el caso de Pablo, la empresa que representa tiene un 100 por ciento de reservas por encima de la temporada anterior en lo que respecta a consultas, mientras que "los cierres de reservas están en un 40 o 45 por ciento, pero van a llegar al 50 antes de enero". Rodrigo Araoz, trabajador de una agencia con base en Buenos Aires y en Río, coincide en los números del incremento aunque asegura que, en su caso, las reservas ya se encuentran en el 50 por ciento arriba y podría seguir subiendo: "Para ser sincero creo que nadie esperaba algo así. Tal vez sí que iba a haber un aumento, pero no tanto", asegura ante la consulta de este diario sobre las expectativas iniciales de cara a la temporada. Pablo se expresa en el mismo sentido al calificar al fenómeno como "algo totalmente inesperado". Asegura que el cálculo inicial era del 20 o 25 por ciento por encima del año anterior.
Página/12 fue anticipando en diversos artículos la masividad de la migración turística hacia destinos internacionales, en particular por los altos costos de los destinos nacionales, en particular los de la Costa Atlántica. Los precios de los alojamientos en pesos, pero dolarizados de hecho, aparecen como la principal causa: en las costas brasileñas llegan a ofrecerse hoteles o departamentos más baratos que otros con las mismas prestaciones de los destinos locales. Las ventas de pasajes a Río de Janeiro y Florianópolis aumentaron un 500 por ciento con respecto a la temporada pasada.
Más barato en Brasil que en argentina
Arthur, de una agencia de Buzios, sostiene que una noche de hotel tres estrellas puede costar entre 60 y 90 mil pesos argentinos en base doble para enero, algo que puede comprobarse en cualquier plataforma de alojamientos. El hombre asegura que eso se vuelve atractivo para los argentinos "por el dolar bajo y la devaluación del real que tenemos acá". "Es cierto que hay que pagar el avión, pero sacando eso, el resto de los rubros muestran precios similares o más bajos que los de allá", asegura. En cuanto a los departamentos, Pablo pone un ejemplo de Río de Janeiro: "Uno en Copacabana para cuatro personas, sencillo y económico pero ubicado a cien metros de la playa, está hoy en 60 mil pesos por día", sostiene.
Consultado por las razones del fenómeno, el representante de Lucas Aimar Turismo coincide con Arthur: "Tenemos muchos clientes de confianza y les preguntamos para saber las razones y todos lo atribuyen a lo económico por la depreciación del peso. Argentina se encareció mucho en dólares y veranear en la Costa Atlántica ya no es tan barato. A eso hay que sumarle la devaluación de acá que influye en los precios", afirma Pablo, argentino radicado en Brasil. El hombre ejemplifica con un caso particular: "Un pibe que ama la costa argentina y las vacaciones familiares me dijo que estaban imposibles los precios. Más allá del pasaje de avión, le convenía el presupuesto", señala.
Una estudio reciente de la Universidad Abierta Interamericana sobre los planes turísticos de los argentinos para la temporada, ratifica un viraje hacia el turismo internacional, con 38,3 por ciento de los encuestados respondiendo que viajarán al exterior. Dentro de los que viajarán en el verano, mayormente de clases medias-altas, aparece un aumento significativo de quienes elegirán Brasil. Según indica la encuesta, la cifra creció en más de 20 puntos porcentuales con respecto a la recabada el año pasado, pasando del 27 al 48,9 por ciento.
Todos los consultados coinciden en que la cuestión de los precios no sólo aparece en los alojamientos, sino también en otros puntos como la comida. Ante la pregunta de este diario por un almuerzo en algún local cercano a la playa, coincidieron en indicar precios de entre 7 y 10 mil pesos argentinos. En Copacabana, aseguran, se pueden encontrar menús con entrada, plato principal y postre, sin bebida, por alrededor de 7500 pesos. Un chopp grande de cerveza tirada cuesta 2 mil pesos, mientras que la caipirinha ronda los 4500 pesos.
Las excursiones, sostienen, también ofrecen precios medianamente razonables para argentinos. Un clásico tour al Cristo Redentor puede llegar a encontrarse entre 45 mil y 60 mil pesos, mientras que paseos de ida y vuelta en un día a playas como Buzios, Arraial do Cabo, Angra dos Reis o Ilha Grande cuestan un precio similar.