La canasta navideña en el conurbano es más cara que en Brasil y en España y es 230 por ciento más cara que un año atrás, muy por encima del 166 por ciento interanual acumulado entre noviembre 2023 y noviembre 2024 y del 112 acumulado en los primeros once meses del año que termina.
La conclusión surge de un estudio realizado por el Centro de Estudios por la Soberanía Popular Mariano Moreno, titulado “Informe de precios. Canasta navideña 2024”.
“Elegimos algunos artículos muy puntuales, muy representativos de los consumos navideños. Algunos son datos oficiales del INDEC y otros fueron tomados directamente de la web de la cadena Día, que es una de las más visitadas por los sectores populares del AMBA”, explica uno de los responsables del trabajo, Patricio Torras, en diálogo con Buenos Aires/12.
Según el informe, entre los catorce artículos relevados, la cerveza marca Corona es el de mayor aumento (561), los duraznos en almíbar de marca propia (277) y los turrones completan el podio (240).
Un escalón más abajo siguen las pasas de uva (233), el maní con chocolate (231) y las garrapiñadas (230). La sidra Real aumentó 216 por ciento, la caja de bon o bon 204 y el budín 190. Entre los que menos aumentaron de precio, figuran la sidra La Victoria (185), el pan dulce marca Dia (183), las papas fritas de tubo también marca Día (171) y el turrón Arcor (130).
Si la comparación interanual da cuenta de una enorme pérdida de poder adquisitivo para trabajadores y jubilados, el capitulo internacional del estudio, que compara salarios mínimos contra canastas navideñas de Argentina, Brasil y España, no es más favorable para el primer año de gobierno libertario.
"Argentina se ha convertido en un país caro en comparación con Brasil y España. Sin embargo, el problema no se limita a los precios, sino que también afecta el poder adquisitivo de los salarios que es significativamente inferior. Para este análisis, tomamos el salario mínimo como variable de referencia y evaluamos su capacidad de compra en términos de la canasta seleccionada", explican.
"Mientras que en España un salario mínimo permite adquirir 66 canastas del tipo seleccionado, en Argentina solo alcanza para 10, considerando todo el ingreso mensual. En Brasil, aunque la situación es similar, el poder adquisitivo del salario mínimo permite adquirir 12,63 canastas, un 20 por ciento más que en Argentina", concluyen.
Una primera tabla muestra los precios unitarios de los artículos, nominados en pesos, a los que se llegó convirtiendo los valores en reales y euros al dólar MEP, para facilitar la comparación.
Allí se observa, por ejemplo, que el chocolate vale 6.928 pesos en Argentina, contra 3.350 en Brasil y 2.395 en España. La lata de atún vale 3.233 en nuestro país, frente a 2.094 pesos en Brasil y 1.559 en España.
El único artículo que no está más caro en Argentina es el litro de jugo de naranja envasado, que aquí vale 1510 pesos, apenas más caro que en Brasil, donde cuesta 1.378 pesos, pero por debajo de los 1.950 que cuesta en España.
El Centro de Estudios por la Soberanía Popular Mariano Moreno es un emprendimiento del Movimiento Popular La Dignidad, fundado con el objetivo de contar con datos propios, confiables, que permitan dar cuenta de las consecuencias de las políticas económicas del gobierno sobre los sectores populares.
Allí trabajan, militan e investigan un grupo de docentes, sociólogos y economistas, en su mayoría graduados de universidades públicas, que además conoce de primera mano la realidad del conurbano.
¿Seguridad alimentaria? ¡Afuera!
En octubre pasado, el mismo centro de estudios dio a conocer un informe sobre la composición del gasto de las familias de clases populares y medias, demostrando la dificultad creciente de acceder a los alimentos en el conurbano bonaerense. En esa ocasión, Buenos Aires/12 tituló “Radiografía del mal vivir”, conclusión que parece acentuarse con las fiestas de fin de año.
"Este gobierno en menos de un año de gestión, logró que los sectores populares de nuestro país, extrañen la posibilidad de comprar alimentos, y dentro de estos sobre todo carne y leche. En un país, con potencialidad para alimentar más de 10 veces su población, esto es inadmisible", sostuvo entonces Rafael Klejzer, responsable político de la organización.