En Mendoza, un cirujano fue detenido sospechado de provocar la muerte de una mujer, que falleció luego de someterse a una operación estética en una clínica clandestina. Al allanar el centro médico en cuestión para detener al médico, la policía sorprendió al hombre mientras se practicaba a sí mismo una intervención para alargarse el pene. Por las lesiones que presentaba fue trasladado al hospital Central de la capital mendocina, con custodia policial tras la imputación de la fiscal Claudia Ríos por “homicidio simple”.
El viernes 1 de diciembre, en el consultorio de la calle Alem 388, el cirujano plástico Carlos Arzuza, de 48 años, realizó una lipoaspiración y un implante de glúteos a Isabel Beatriz Gattari, de 48 años.
El miércoles pasado, la mujer, madre de tres hijas, fue encontrada por sus familiares desmayada en su casa de un barrio privado del departamento de Guaymallén, cercano a la capital provincial. Esa noche falleció.
Voceros de la fiscalía informaron a PáginaI12 que luego de la denuncia de los familiares, y tras tomar declaración a las hijas de Gattari, la fiscal especial Ríos, esperó el reporte de los médicos forenses. Con esa información en su despacho, ordenó el allanamiento de la clínica, que, además, no contaba con habilitación municipal para funcionar.
Durante el operativo realizado en la clínica, también fue detenida una asistente del médico, Laura Dutta, de 39 años, de nacionalidad rumana. La mujer quedo imputada por “homicidio simple” y por “ejercicio ilegal de la medicina”, según informaron fuentes de la fiscalía.
Arzuza quedó detenido con custodia policial en el hospital Central “tras tener una complicación medica”, aseguró la fiscal.
“El lugar no estaba habilitado como clínica”, informó la fiscal Ríos, quien también indicó que durante el allanamiento fueron secuestrados diferentes elementos quirúrgicos, entre ellos algunos de uso ginecológico. Tras este hallazgo los investigadores también intentan determinar si en la clínica se realizaban abortos. La clínica, además de no tener habilitación, tampoco reunía los requerimientos mínimos de higiene para ese fin.
Inspectores municipales procedieron a clausurar el lugar, que estaba alquilado, y cuya propietaria es una mujer mayor que vive en un departamento lindante a la clínica.
Arzuza ya contaba con antecedentes de mala praxis. En 2013, Roberto del Barco, un empresario de 45 años, falleció luego de someterse a una liposucción abdominal en la clínica de la calle Pedro Molina 639.
Durante aquella intervención quirúrgica, en una clínica que tampoco estaba habilitada para ese tipo de operaciones, no hubo anestesista en el quirófano. Tras ser mal anestesiado, del Barco sufrió un paro cardiorrespiratorio y falleció.
Arzuza y su colega Carlos Gassibbe fueron imputados por “homicidio simple con dolo eventual” por la muerte del empresario. El cirujano fue detenido y luego liberado tras pagar una fianza. La causa fue elevada a juicio en septiembre último, según fuentes de la investigación.
En diálogo con este diario, un vocero de la fiscalía informó que “tras difundirse la noticia de la muerte de Gattari, comenzaron a aparecer más denuncias que la fiscal va a incorporar de oficio a la causa. Entre esas está la que publicó (el diario mendocino) El Sol sobre una mujer que tenía 65 años y se sometió a la operación de una hernia, y a la que Arzuza le habría practicado también una lipoaspiración. La mujer falleció dos días después”, dijo el vocero.
Ayer por la mañana una médica forense verificó el estado del médico, “debe permanecer internado porque tiene una lesión y una gangrena en la parte genital”, dijo Ríos.
El mismo vocero dijo que Arzuza, que se negó a declarar, será trasladado a la penitenciaría una vez que se recupere de la infección en la zona peneana, por la autooperación.